Mi padre empezó a practicar Falun Dafa en 1994. Fue perseguido, detenido y amenazado innumerables veces por los oficiales del partido comunista chino (PCCh) después de que comenzara la persecución.
Cuando mi padre fue detenido, los funcionarios del pueblo nos hicieron arrodillarnos enfrente de ellos para obligarlo a renunciar a su creencia. Mi padre estaba muy serio y dijo: "¡No se arrodillen!"
Nada fue capaz de cambiar la creencia de mi padre en Falun Dafa.
Mi padre rara vez hablaba, pero en silencio se centró en las cosas para salvar a la gente. Estaba ocupado todos los días. A veces me decía sinceramente: "Lee el libro Zhuan Falun en tu tiempo libre. Aprenderás mucho y te beneficiarás del resto de tu vida".
En los primeros años perdí la oportunidad de practicar Dafa porque estaba ocupada con la familia y en ganarme la vida. Cuando el régimen de Jiang comenzó a perseguir a Falun Dafa, vivía con miedo y me sentía impotente.
Mi padre fue arrestado más tarde por agentes de la oficina 610 y agentes de seguridad doméstica locales. Lo llevaron a un campo de trabajos forzados y lo torturaron. Fue privado del sueño, electrocutado con picanas eléctricas, detenido en una pequeña celda aislada, y le inyectaron drogas desconocidas.
En tan sólo cuatro meses, mi padre estaba cerca de su deceso como resultado de la tortura. Los agentes de policía del centro de detención no querían ser responsables en caso de que muriera, por lo que nos notificaron para llevarlo a casa. Cuatro meses después, mi padre falleció.
Durante el tiempo en que mi padre fue perseguido, compañeros practicantes, jóvenes, viejos, mujeres y hombres, se arriesgaron a la presión de los funcionarios del PCCh para cuidar de mí y de mi familia. Se ofrecieron a ayudarnos una y otra vez. Sentí una sinceridad y compasión que nunca antes había conocido. Me sentía tan cerca de ellos como de mi propia familia.
Estaba profundamente conmovida por sus palabras y acciones. Me decidí a ser tan buena como ellos. Quería ser una de las mejores personas en esta tierra.
Después de que mi padre falleció, empecé la práctica de Falun Dafa y me convertí en un practicante firme, incluso cuando la persecución se intensificaba.
A través del estudio del Fa, gradualmente entendí el corazón y la creencia de mi padre. Me odiaba tanto por haber estado perdida en la ilusión. ¡Cuán grande es Dafa! ¿Por qué lo comencé tan tarde?Cambié de una persona tranquila que no tenía opiniones definidas a una persona con creencias definidas. Me llevaron a otro reino y me discipliné siguiendo los principios de Dafa, Verdad-Compasión-Tolerancia. Siempre considerando primero a los demás y constantemente elevando mi nivel espiritual. Me volví abierta y alegre.
Mi esposo tenía miedo de que pueda ser perseguida por practicar Falun Dafa. Escondió mis libros de Dafa muchas veces. Le dije: "Puedo renunciar a cualquier cosa y no me importa la gloria y la riqueza terrenal, pero nunca renunciaré a mi práctica de Falun Dafa. Dafa es tan grande. No lo has aprendido, así que no tienes experiencia personal. Si lees los libros de Dafa, podrás entenderme”.
Continué con las lágrimas corriendo por mi cara: "De cualquiera, tú sabes mejor que nadie cómo cambié después de que comencé a practicar Falun Dafa. Deberías apreciar Dafa. Si no lo hubiera aprendido, ¿cómo podría haberte tolerado tan bien?”
No dijo nada. Desde entonces, nunca ha interferido con mi estudio del Fa. Ahora mi esposo y mi familia apoyan mi práctica de Falun Dafa. También me apoyaron al demandar a Jiang Zemin. Son bendecidos como resultado y son muy saludables físicamente y espiritualmente.
Voy a menudo con otros practicantes para contarle a la gente la verdad sobre Falun Dafa y animarlos a renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas. Nos encontramos con todo tipo de personas. Algunos nos entienden, otros no; algunos sonríen, algunosmaldicen; algunos nos amenazan llamando a la policía; y algunos nos apoyan y nos protegen.
Una vez vimos un grupo de alrededor de 100 personas. Fuimos y distribuimos materiales informativos y DVD a ellos. La mayoría de ellos estaban muy contentos de aceptar nuestros folletos. Pero un oficial del pueblo nos amenazó diciendo: "¿Sabes quién soy? ¡Cómo te atreves a distribuir estas cosas!
Le dije: "Por favor, eche un vistazo. Definitivamente es bueno para ti. "
Se volvió hacia la persona que tenía a su lado y le dijo: “Llama a la policía para que los arreste”.
No me moví en absoluto.
La persona a su lado me dijo: "Pareces muy joven. Simplemente vete."
Luego se volvió hacia el funcionario del pueblo y dijo: "No llamemos a la policía."
Le dije al funcionario: "No olvides que tú también eres una buena persona".
Nuestra compasión disolvió la intención maliciosa del funcionario. Mientras la gente nos miraba con admiración, continuamos hacia nuestra siguiente parada.
Mirando hacia atrás en mis experiencias de los últimos tres años, me siento tan afortunado porque finalmente me convertí en una practicante de Falun Dafa.