(Minghui.org) Mirando las dos bolsas gigantes de calendarios de Minghui de 2017, repentinamente pensé que me gustaría repartir estos calendarios del nuevo año a toda la gente predestinada.

Miré la foto del Maestro y puse mis palmas en la posición de heshi. Dije: “Por favor, hazme joven y dame fuerzas para repartir estos calendarios a esa gente con relación predestinada”.

Levantando ambas bolsas al mismo tiempo, puse una en cada hombro. Estaba sorprendida de mi fuerza: “Guau, ¿quién dijo que una mujer de 80 años de edad no pude cargar estas cosas pesadas?”

Tomé el colectivo hacia un área popular y puse las bolsas al costado del camino. Saqué para mostrar dos calendarios y grité a los transeúntes: “El nuevo año se aproxima, traje calendarios para todos. Les deseo toda la suerte y salud en 2017”.

Tan pronto como dejé de hablar, la gente se aproximó. Una mujer tomó un calendario y dijo, “Guau, se ve hermoso. ¿Cuánto cuesta?”

Le contesté “Es un regalo gratis. ¡Le deseo salud y seguridad!”

Luego ella dijo que yo realmente era una buena persona, y puso su calendario en su bolso.

Más personas se acercaron cuando oyeron que era un regalo gratis. Escuché que algunas personas dijeron que debía ser un practicante de Falun Gong, porque nadie haría una cosa como esta, excepto los practicantes de Falun Gong.

En unos minutos, todos los calendarios se habían ido. Una nueva sensación de gratitud a Shifu llenó mi corazón.

Este fue el cuarto año que repartí calendarios.

Sin embargo,algunos días atrás, el coordinador local dijo que no necesitaban hacer más calendarios, y que algunos practicantes que ya habían hecho calendarios deberían hacerse responsables de distribuirlos.

Mirando la pila de calendarios que llenaban mi estantería, me sentí en una pérdida. Pensé que el coordinador debía tener sus razones para cancelar el proyecto, entonces no me quejé. Debía armonizar con los practicantes y encontrar una manera de distribuir los calendarios.

Le dije a mis compañeros practicantes que vengan y agarren tantos calendarios como quieran. Todos aparecieron el día siguiente excepto uno. Por lo tanto, decidí llevarle los calendarios que había pedido. Sin embargo no había nadie cuando llegué a su casa.

Reflexioné acerca de qué hacer. ¿Debería llevarme los calendarios de vuelta aunque viva lejos? ¿Debía dejarlos en su casa? Mientras me sentía indecisa, escuché las palabras: “Con el Maestro y el Fa, no hay nada que temer” Si, no debía estar asustada por nada. Yo misma los entregaría.

Decidí entregar los calendarios en el mercado de granjeros. Sin embargo, eran más de las 10 de la mañana, y el mercado se cerraba poco después de las 11 de la mañana. Mientras pedía la ayuda del Maestro, apareció un taxi delante de mí. Entré y llegué al mercado poco tiempo después.

Puse la bolsa de calendarios en un área limpia, y saqué uno. Esta vez dije directamente al público “¡Regalos de año nuevo para todos! ¡El nuevo año se aproxima! ¡Deseando a todos felicitaciones, salud y seguridad!”

Tan pronto como dejé de hablar, alguien se acercó. Luego de recibir el hermoso y elegante calendario, ella me miró con cara de interrogantes. Le dije que el calendario era un regalo gratis.

Gradualmente más y más gente se aproximó y se hizo difícil mantener la demanda. Por lo tanto simplemente dejo que la gente se sirva sola.

Una mujer anciana me dijo: “Eres una buena persona. Es difícil encontrar gente como usted hoy en día”.

Le contesté: “Estoy cultivando benevolencia. Falun Gong es bueno. ¿Lo sabía?”

Ella dijo: “Si. Sin embargo, la gente buena es tratada injustamente”.

Le respondí: “Si, pero si más gente entiende la verdad sobre Falun Gong, el sufrimiento de los practicantes no sería en vano”.

Antes que se fuera, me dijo que tenga cuidado por mi seguridad. Le dije que si todos entienden la verdad de la forma en que ella lo hizo ciertamente estaría a salvo.