(Minghui.org) Llamé a mi madre de 79 años una mañana. Sonaba extraña en el teléfono así que fui a su casa. En vez de salir a saludarme como de costumbre, se quedó en cama en silencio.

Tenía fiebre y no podía pararse. Su cara estaba hinchada y se veía más anciana que de costumbre. Dijo que no podía mantenerse enfocada durante el estudio del Fa y no había hecho los ejercicios por tres días. Entendí que mi madre estaba en serios problemas esta vez porque siempre podía mantener sus pensamientos rectos y hacer los ejercicios sin importar qué le sucediera a su cuerpo.

Envié pensamientos rectos para ella esa tarde. Mejoró un poco pero su condición regresó esa noche. Hice que mi hermano encontrara a otros practicantes para que vinieran a ayudar a enviar pensamientos rectos.

Vino uno y envió pensamientos rectos por una hora. Mi madre pudo sentarse y su piel se veía más delicada. Otro practicante vino, y nosotros tres juntos enviamos pensamientos rectos por otra hora. Mi madre mejoró aun más. A la mañana siguiente la condición de mi madre se había estabilizado.

Esa noche, la condición de mi madre empeoró de nuevo. Tenía fiebre y le costaba respirar. A la mañana siguiente, hice que otros dos practicantes vinieran a enviar pensamientos rectos por dos horas. Mi madre entonces mejoró. Esa tarde, otro practicante vino y envió pensamientos rectos por dos horas. Al día siguiente tres practicantes más se unieron. Todos enviamos juntos pensamientos rectos. Después de ello mi madre se sintió bien.

Uno de los practicantes podía ver en otras dimensiones. Dijo que el campo de mi madre estaba lleno del mal. Entendí lo que dijo porque desde el 2006 nunca había visto a mi madre enviar pensamientos rectos para limpiar su propio campo. No escuchaba mis advertencias y me decía que no se sentía cómoda sentada por tanto tiempo para limpiar su dimensión. Entendí que el mal en su dimensión estaba interfiriendo con su cuerpo para que se sintiera así.

Quiero poner de ejemplo la historia de mi madre para recordar a todos que nunca cometan el mismo error. Deberíamos escuchar a Shifu y limpiar nuestros propios campos. No deberíamos permitir que el mal interfiera o nos cause problemas a nosotros y a otros en lo que respecta a la salvación de la gente.

Quiero expresar mi profunda gratitud a los practicantes que me ayudaron a enviar pensamientos rectos para mi madre. Me conmovió su altruismo y su disponibilidad inmediata. Realmente hicieron lo que Shifu dice en "Exponiendo el Fa en el Fahui de Washington D.C., 2002":

" La cosa que a él le concierne, también te concierne a ti, y lo que a ti te concierne le concierne a él también"