(Minghui.org) Escuché que tocaron la puerta mientras llevaba a mi nieta a dormir alrededor de las 13 h del 28 de junio. Pregunté quién era y un hombre contestó: “Somos de la comisaría. Abra la puerta. Quiero revisar algo con usted”.

Dos personas estaban paradas afuera. Una con uniforme, la otra con ropa de civil.

“¿Qué están haciendo ustedes aquí?”, pregunté amistosamente. “Si mi vecino los ve, creerá que hice algo malo. ¡Por favor, váyanse!”.

Hablaron entre ellos por unos minutos, entonces el que tenía el uniforme se fue mientras que el otro se quedó esperando en la puerta. Solo mi nieta y yo estábamos en casa a esa hora, así que llamé a mi esposo. Él vino a casa y los tres fuimos con el oficial de policía.

Después de llegar a la comisaría, nos dijeron que nos sentáramos en una banca en el corredor. Esperé ahí por un tiempo, pero nadie vino a verme.

Le pregunté al oficial que nos llevó por qué me pidió que viniera. Él dijo: “Alguien la reportó”.

“Usted solo persigue gente buena”, contesté. “Yo practico Falun Dafa, lo cual ayuda a elevar los valores morales de la gente, y seguimos los principios de Verdad-Compasión-Tolerancia. ¿Qué hay de malo en eso? El partido comunista chino (PCCh) motiva a la gente a engañar a los demás, cometer actos malos y pelear unos contra otros. Usted no hace nada sobre eso, pero en cambio acomete contra la gente buena. ¿Cuál es la razón de esto?”.

El oficial no dijo nada.

Después de un rato, el director de la comisaría salió. Me llevó a un cuarto y me preguntó: “¿Ha usted recogido material informativo de Falun Gong últimamente? Uno de sus amigos practicantes la entregó”.

Entré un poco en pánico porque había como una docena de libros de Dafa en mi casa y algunos materiales informativos de Dafa. También tenía la foto del Maestro y carteles con los caracteres de Verdad-Benevolencia-Tolerancia impresos.

Le dije al director: “Mi nieta se está durmiendo. Quiero que mi esposo la lleve a casa para que descanse”.

Tan pronto llegó a casa, mi esposo empezó a llevarse algunos libros, pero el oficial también llegó pronto. Mi esposo actuó amablemente, y puso la mayoría de los libros en la cama y los cubrió con una cobija.

Unos pocos objetos que no tuvo tiempo de esconder, incluyendo algunos libros de Dafa y la foto del Maestro, terminaron siendo confiscados.

Vi llegar los libros y la foto del Maestro a la comisaría y me sentí muy triste. Lágrimas corrían por mi cara. Le dije al Maestro en mi corazón: “Maestro, no lo hice bien. Las viejas fuerzas se aprovecharon de mí. Lo siento”.

Mis pensamientos se volvieron más fuertes y comencé a enviar pensamientos rectos para eliminar las manos negras detrás de los oficiales de policía que los controlaban. “Regréseme los libros de Dafa sin condiciones”, pensé.

Las manos negras debieron ser eliminadas, ya que el director dijo: “Vemos que su actitud no es mala, ya se puede ir”.

“Debe llevarme los libros de Dafa”, le dije. “No puedo permitir que destruya libros tan valiosos. Ahora es el momento de que todos se posicionen. Regresarme los libros les traerá bendiciones”. El director fue a su oficina, y me regresó la bolsa de los libros de Dafa, y me dijo: “Puede llevarlos con usted”. El Benevolente Maestro vio mis pensamientos y me ayudó.

Estaba muy agradecida, sabiendo que el Maestro estuvo a mi lado todo el tiempo, cuidándome y velando por mí.

No obstante, aún sentía remordimiento cuando llegué a casa porque la foto del Maestro y los carteles aún seguían en la comisaría. No quería dejarlos ahí.

Miraba la foto del Maestro dentro de Zhuan Falun esa noche y le dije al Maestro: “No importa qué precio tenga que pagar, debo tener su foto de vuelta”.

Regresé a la comisaría a la mañana siguiente, pero todos los oficiales estaban en una reunión. Regresé por la tarde, y fui a hablar con el director.

Me preguntó por qué estaba ahí: “Vine a recoger la foto de mi Maestro”.

Me miró con una cara seca. “No puedo regresársela. No se vería bien si usted sale de aquí y la gente la ve”.

Le dije que no sería bueno para él si no me la regresaba.El director estaba dudoso, pero después decidió regresármela.

Fuertes pensamientos rectos me cuidarían

La rectificación del Fa ha llegado hasta este paso, casi al final.

El Maestro dijo:

“…por eso parece que el ambiente es más y más relajado. Pero mientras no esté terminado, esa maldad es igualmente perversa; es como ese veneno, es simplemente veneno, si quieres que deje de ser venenoso, ese no puede. Por eso, no lo tomen ligeramente, en la cultivación hagan su mayor esfuerzo para no permitir que las viejas fuerzas se aprovechen”. (Enseñanza del Fa en Gran Nueva York 2013)

No debemos aflojar o relajarnos en nuestro camino de cultivación y debemos ser rectos cuando seamos confrontados por interferencias de las viejas fuerzas.

Fui arrestada y llevada a un centro de detención el 9 de marzo porque presenté una denuncia penal en contra de Jiang Zemin, el ex líder del partido comunista chino.

Después de mi liberación, envié un artículo al sitio web de Minghui, mientras encontraba los apegos que me llevaron a esta tribulación.

Seguí eliminando mis apegos al miedo, sentimentalismo y otros factores perversos en mi propio campo dimensional. Mis pensamientos rectos se volvieron más fuertes. Bajo la protección del Maestro me sentí muy poderosa cuando enfrentaba a las viejas fuerzas.

Soy una discípula de Dafa andando el camino a la divinidad, así que debo hacer las tres cosas bien. Cumplir con mis votos prehistóricos, salvar seres conscientes y dejar menos remordimientos cuando termine la rectificación del Fa. ¡Debo avanzar diligentemente en mi camino!

Por favor señálenme amablemente cualquier cosa inapropiada.