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Ninguna tribulación puede impedirme practicar Falun Gong

Sept. 24, 2016 |   Por un practicante de Falun Dafa en la provincia de Guizhou, China

(Minghui.org) Soy una mujer del pueblo de la etnia Miao. Era analfabeta y no podía entender el chino mandarín. Me mudé a la ciudad para tener una vida mejor en 1993 y lentamente aprendí algunos dialectos, los que me ayudaron a comunicarme con la gente local.

Comencé a aprender mandarín después de hacerme practicante de Falun Dafa en 1998. Me tomó 10 años leer todos los libros de Dafa y las enseñanzas del Fa del Maestro.

Ahora puedo decirle a la gente los hechos sobre Falun Dafa en mandarín.

Haciéndome practicante

Un día en septiembre de 1998, estaba visitando unos amigos y fui atraída por la foto del Maestro Li. Mientras más la veía, más pensaba que el Maestro Li se veía como un dios o Buda y lo mencioné.

Mis amigos dijeron que estaba predestinada a practicar Falun Dafa. Fue entonces que me introdujeron a esta práctica de cultivación y me enseñaron los cinco ejercicios.

También adquirí una copia de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa ese día. Desde entonces, hice los ejercicios cada día.

No mucho tiempo después que entré en esta práctica de cultivación, mi cuerpo entero de pronto empezó a temblar. Me daba comezón y se sentía como si algo se arrastrara dentro de mí. Además, mi estómago parecía lleno de algo pesado.

Estaba preocupada y corrí al hospital, pero no encontraron nada mal. Probé con remedios hierbales para detener el temblor y no funcionaron. Fue entonces que pensé en el Maestro.

Le pedí al Maestro que me ayudara a detener el temblor y que me dejara dormir. Milagrosamente, el temblor se detuvo inmediatamente y pronto me di cuenta de que me había recuperado de mis enfermedades. Entonces, recordé lo que me habían dicho los practicantes: el Maestro limpió mi cuerpo.

Aprendiendo el mandarín real

Quería leer el libro, pero no sabía cómo. Tampoco entendía cuando otras personas leían las enseñanzas del Fa.

Mirando la foto del Maestro dentro de Zhuan Falun lloré.

Un día, cuando sostuve Zhuan Falun, de repente vi que cada palabra en el libro parpadeaba. Sentí que el Maestro me estaba incitando a que yo debería leer el libro. Fue entonces que estuve determinada a aprender mandarín.

Comencé aprendiendo los caracteres primero de mi hijo y después de mi esposo, hasta que ambos se frustraron. Fui a la escuela y pregunté a los estudiantes en la entrada antes y después de las horas de clase. También aprendí de compañeros practicantes.

Cuando le pedí ayuda a mi hijo otra vez, me enseñó chino pinyin, y sugirió que entonces podría aprender cómo leer el mandarín usando un diccionario.

Para mi, aprender pinyin era tan difícil como aprender mandarín. Llegué a las lágrimas varias veces. Pero estaba determinada a aprender mandarín, para poder leer los libros de Falun Dafa.

Persistiendo en la cultivación

Para 2008 había leído todos los libros de Dafa y las enseñanzas de Fa, pero no entendía bien auú lo que estaba leyendo hasta 2013. Fue entonces que realmente entendí el significado de la cultivación -un practicante tiene que cultivarse y activamente mirar hacia adentro, no pasivamente.

Mi esposo apoyaba mi cultivación hasta el inicio de la persecución en 1999. Trató de impedir que practicara. Cuando insistía, él no solo rompió mis libros de Falun Dafa, sino que también me golpeó brutalmente muchas veces. También me pidió varias veces el divorcio.

Mi vida fue difícil después de divorciarme en 2010. Me salí de la casa y viví sola. Para vivir hacía composturas de ropa y era estafada por la gente. No era fácil para mí hablarle a la gente sobre Falun Dafa por mi limitado conocimiento del mandarín. Frecuentemente era acosada por hombres cuando sabían que vivía sola. Me sentí atemorizada y dejé de hablar con la gente sobre Falun Dafa.

Esta dura vida me obligó a tratar de recuperar a mi ex esposo, pero no funcionó. Pensé en encontrar otro hombre apropiado para casarme y comencé a tener apego a la comodidad y a la lujuria.

Mis tribulaciones eran un signo de que tenía que dejar ir mis apegos. Para quitármelos, corregí mi comportamiento. Le pedí ayuda al Maestro. Finalmente, fui liberada de la situación.

Todos necesitan escuchar los hechos sobre Dafa

Para cumplir con mi misión de salvar a los seres conscientes, decidí contarle a la gente sobre Falun Dafa. Al principio, no podía explicar los hechos claramente. Por eso solo le hablaba a gente que conocía. Pasivamente seguí a otros practicantes distribuyendo materiales informativos.

Tenía miedo de hablar con extraños, pero mejoré poco a poco y me volví más activa.

Un día fui arrestada en mi ciudad natal cuando le estaba contando a la gente los hechos, ayudando a la gente a renunciar al partido comunista chino (PCCh), y repartiendo amuletos de Falun Dafa. Cuando estaba en la patrulla, le dije al policía que recordara que “Falun Dafa es bueno” y que “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”.

Cuando fui llevada a un centro de detención, dije a los guardias que cualquier cosa que vieran en la televisión era fabricada. Les dije que no podrían tomarme una foto. De hecho, trataron por cinco días y fracasaron. Fui liberada diez días después.

Fui arrestada con otros practicantes en 2012. En el departamento de policía, le contamos a los oficiales sobre el milagroso poder de Dafa a través de nuestras experiencias personales. Un oficial preguntó si Falun Dafa era realmente tan grandioso. Otro oficial interrumpió y dijo: “¿Cómo se atreven a decir la verdad? Nosotros ni siguiera nos atrevemos a hacerlo”. Entonces, fuimos llevados a un centro de detención.

Le enseñé a los internos del centro de detención los ejercicios. También les enseñé a recitar “Falun Dafa es bueno” y “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Cuando nos dijeron que leyéramos las reglas de la prisión, en su lugar recité el Lunyu del Maestro.

Un día cuando estaba enviando pensamientos rectos, vi algo colorido arremolinándose alrededor. Sentí que el Maestro me estaba motivando. Esa noche soñé que una puerta caía desde arriba y que había golpeado otra puerta para que saliera. Fui liberada al día siguiente.

En una ocasión, me crucé con varios budistas. Les dije sobre la persecución a Falun Dafa. Los convencí a renunciar al PCCh, porque les dije que ellos creen en Buda y el PCCh enseña el ateísmo.

Para mí, salvar a los seres conscientes es lo más importante.