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Siendo mejor persona entre la gente buena

Sept. 20, 2016 |   ​Por una practicante de Falun Dafa de la provincia de Hebei, China

(Minghui.org) Soy una mujer anciana de setenta y cinco años de edad, y he vivido muchas experiencias asombrosas desde que empecé a practicar Falun Dafa. Lo más destacable es que muchas enfermedades crónicas complicadas han desaparecido.

Además, era analfabeta antes de practicar Falun Dafa, sin embargo, ahora puedo leer y he leído docenas de libros.

Solía observar inconscientemente como pasaba mi vida, sin ningún propósito, pero ahora he tomado conciencia y vivo siendo una buena persona. ¡Soy muy feliz! Estos cambios asombrosos sucedieron porque me convertí en una cultivadora de Falun Dafa.

Desde que comencé a cultivarme, me he conducido de acuerdo a los principios fundamentales de Falun Dafa: Verdad-Benevolencia-Tolerancia, e intento ser una buena persona, sin importar dónde me encuentre.

Ahora que mis enfermedades se han curado con la práctica, puedo hacer algunos trabajos en mi granja. He estado cultivando y vendiendo verduras por mi cuenta desde hace cuatro años.

No he gastado ni un céntimo en medicamentos o facturas de hospital desde que me convertí en un practicante.

Demostrando: Verdad-Benevolencia-Tolerancia

Hoy en día, la ética y la moralidad en China han caído en picada, la gente miente y estafa a los demás por unos pocos céntimos. Como resultado, es muy difícil encontrar alimentos verdaderamente orgánicos.

El Maestro de Falun Dafa nos enseña a pensar primero en los demás, y por eso no uso pesticidas ni químicos en mis verduras. Son realmente ecológicas.

Cuando vendo mis verduras, les doy a mis clientes más de lo que me pagan y mis precios son los más bajos. Todos mis clientes también tienen claro que soy una buena persona y muchos saben que practico Falun Dafa.

Alguien dijo: “Una buena persona vivirá una vida segura y en paz, así que, ¡esta señora anciana vivirá cien años! Es tan mayor, sin embargo, viene desde muy lejos a vendernos excelentes y económicas verduras”.

Mis clientes también me tratan muy bien. Hubo una señora mayor que insistió en darme de comer, lo hizo porque no le gustaba ver que me volvía a casa con hambre. A veces incluso me obligaba a comer antes de marcharme.

La florista del puesto de al lado, me dijo: “Después de pasar un tiempo con usted, creo que es una persona buena. Mi salud era muy delicada, pero después de pasar tanto tiempo con usted, he recobrado el apetito y duermo mejor. ¡Mi asma ha mejorado también!”.

Le conté muchas cosas sobre Falun Dafa, y se las contó a su hijo cuando llegó a casa. Él le pidió a su madre que aprendiera la práctica. Ella empezó a estudiar el libro “Zhuan Falun” y a practicar la cultivación.

Famosa por ser buena persona

En mi pueblo todos tienen claro que soy una persona buena y soy famosa por eso.

Una vez, fui a la charcutería a comprar huevos, se me cayó uno accidentalmente y se rompió. Le dije al cajero que quería pagarlo.

El cajero me preguntó: “¿Por qué es tan honesta? Una señora mayor rompió ayer dos huevos y no dijo ni una palabra”.

Una mujer que estaba al lado dijo: “Es famosa por ser una buena persona”.

Ayudando a una pareja de jóvenes a volverse mejores

Una vez encargué a una pareja joven que me hiciera un colchón grande para mi cama. Cuando abrí el colchón, encontré muchos desperdicios de espuma, trapos y escombros dentro.

Esto se hacía para añadirle peso al colchón, porque los colchones se vendían al peso. Mi colchón por su tamaño debería haberme costado diez pesos pero, debido a los trapos y los escombros, su precio subió hasta los veintiséis pesos.

Hice frente a la pareja, pero no querían admitir estas irregularidades. También les solicité que me devolvieran el dinero. Les expliqué que todo cuanto hacen tiene sus consecuencias.

Les dije: “Miren, qué difíciles son vuestras vidas, viviendo en una pequeña y miserable casa, casi siempre constipados. Vuestros padres tienen que cuidar de vuestros hijos. Si no les aviso, y les cuento estos principios, vuestra próxima vida será incluso más dura”.

Después de esto, la pareja admitió su mala conducta, y me suplicó que los perdonara. Incluso querían devolverme el dinero, pero no lo acepté.

Les dije: “Lo que quiero realmente es que se vuelvan mejores y por eso he venido. No deberían hacer esto más, porque es verdaderamente malo para vosotros”.

Ellos dijeron que nunca podrían agradecérmelo lo suficiente. Les dije que practicaba Falun Dafa, y dijeron que sabían que los practicantes de Falun Dafa eran personas buenas.