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Profesor de Taiwán: Encontré la práctica de cultivación que puede salvar a la gente (Parte 1 de 3)

Ago. 31, 2016 |   Por Xu Peiyan

(Minghui.org) Siempre he tenido un fuerte deseo de ser como un tipo de salvador desde que era un niño. No sabía realmente a quien supuestamente iba a salvar o de donde tuviera que estar salvando gente, pero había un tipo de instinto dentro de mí que guiaba mis acciones. Por eso escogí enseñar como mi carrera – creía que la educación podía salvar a la gente.

A los 35 años, volví a Taiwán después de recibir mi doctorado en educación de una universidad americana. Fue al mismo tiempo cuando me vino un interés en la espiritualidad. Intenté en muchas escuelas, incluido el budismo, taoísmo, e incluso como un tipo de práctica New-Age del mundo occidental. Pero nada parecía satisfacerme; necesitaba una práctica que pudiera salvar a la gente.

Un día, vi un pequeño anuncio de una noticia mientras navegaba en Internet. En el titulo se leía “Practicantes de Falun Gong continúan con su protesta pacífica en Taipéi 101”. Por curiosidad, empecé a investigar este grupo espiritual en Internet. Fui guiado al sitio web de Minghui y desde ahí algo cambió en mí –sabía que había encontrado un camino recto.

“¡Santo cielo! ¡Falun Gong es una práctica para salvar a la gente!”

Estaba sorprendido de encontrar que los artículos escritos por los practicantes eran capaces de conmoverme tanto. Incluso los artículos escritos por algunos practicantes que tuvieron una limitada educación y los artículos dictados a otros por analfabetos –todos eran muy conmovedores y poderosos, y emitían una energía positiva. Eran suficientes para conmoverme hasta las lágrimas.

Había tantos artículos para leer en el sitio web de Minghui y me hacía muy feliz; era como si hubiera encontrado un tesoro escondido. Empecé a leer estos artículos vorazmente.

Leí cientos de artículos por practicantes de todas las clases sociales. Leí sobre sus tribulaciones y maravillosas experiencias.

Me dije: “Esta gente es simplemente maravillosa. No hay otro grupo de gente con el que se pueda comparar”.

Sus experiencias personales son registros de la cultivación en el periodo de la rectificación del Fa. Las palabras pueden ser planeadas, pero las historias contadas a través de estas podían sacudir la tierra.

También estaba impresionado que gente de más de 100 países están practicando Falun Gong. De todas las edades, educación, nacionalidad, o estatus social, estrictamente se cultivaban al extraordinario estándar de Dafa.

Además, silenciosamente salvan a la gente por contarle a la gente de China como fueron inconscientemente engañados por las mentiras del partido comunista que difama la Ley Buda. Le están diciendo a la gente que elijan el lado recto para que puedan liberarse.

Algo que es más precioso es que tratan las tribulaciones como parte de la cultivación y las ven como cosas buenas.

Entendiendo la nobleza de un verdadero cultivador

Estaba asombrado que los practicantes de Falun Gong podían viajar distancias extraordinarias para salvar a la gente, al punto de trascender la vida y la muerte. Por lo que vi en otras escuelas de cultivación, no hubo otros cultivadores capaces de hacer lo mismo. Llegué a la conclusión de que Falun Gong y su Maestro son extraordinarios.

Día tras día, me sentaba frente a mi computadora leyendo sobre estas experiencias de practicantes y frecuentemente me conmovía hasta las lágrimas. Nunca he derramado tantas lágrimas en mi vida. Este proceso purificó mi corazón y me mostró verdadero desinterés.

También tuve un mejor entendimiento de “compasión” y sus diferentes manifestaciones. Me di cuenta que tenía la tendencia de criticar a otros debido a la envidia, competencia y la mentalidad de ostentar. Aprendí a no juzgar la dignidad de una persona basándose en su nivel de educación.

Eliminé todo lo de las otras prácticas que aprendí en el pasado. Minghui me mostró realmente qué es la cultivación –es elevar el xinxing de uno a pesar del sufrimiento y las tribulaciones. Es llegar al estado que no puede ser obtenido por recitar las escrituras, pedir por el “guanding”, o buscar el tianmu.

Por un largo tiempo, supe que el valor de la vida no se juzga por la riqueza que uno posee, y que todas las vidas son significativas. Finalmente entendí que lo que diferencia a una persona es su moralidad y la capacidad para sacrificarse por otros, porque eso es lo más cercano a la divinidad que un humano puede alcanzar. Y es el verdadero propósito de ser un humano.

(Continuará)