(Minghui.org) Shao Yong (1011 A.C. – 1077 A.C.) fue uno de los eruditos de la historia china. Fue un filósofo, cosmólogo, poeta, e historiador que vivió durante la Dinastía Song. Era muy respetado por sus virtudes y profundo conocimiento de la iconografía y la numerología.

Comienzos

Los ancestros de Shao eran de Fanyang, provincia de Hebei. Él nació en un área conocida como Hengzhang. Luego su familia se mudó al condado de Gongcheng, ahora ciudad de Huixian, provincia de Henan.

Gao Gu, el padre de Shao, fue un hombre de honor con un temperamento sencillo. Fue un erudito de la filosofía y amaba leer. Bajo su influencia, Shao estudió literatura clásica desde muy joven. Luego, Shao estudió en escuelas privadas, muchas dirigidas por monjes budistas. También viajó extensivamente, ampliando sus horizontes.

I Ching – Libro de Cambios

I Ching es un antiguo texto de adivinación y uno de los clásicos más antiguos de China. Ha sido la base para la práctica de la adivinación durante siglos en China.

Se dice que Shao tenía dos macetas con forma de almohada. Leyendo en su habitación una tarde de verano, vio una rata corriendo alrededor. Rápidamente, tomó una de las macetas y se la lanzó a la rata. La maceta no le pegó a la rata y se partió en dos.

Shao encontró un pedazo de papel dentro de la maceta que decía: “La almohada se rompe cuando la rata pasa”. Shao lo encontró muy extraño. Luego rompió la otra maceta con forma de almohada y encontró otro pedazo de papel que decía: “Esa está rota, esta también”. Debido a esta experiencia, su interés en la adivinación se depertó.

El oficial administrativo de Gongcheng en ese tiempo era Li Zhicai. Li era un discípulo de la tercera generación del famoso daoísta Chen Tuan. Él estudió extensivamente el I Ching y quería pasar su aprendizaje. Impresionado por el carácter de Shao Yong, Li le enseñó numerología e iconografía. Le regaló a Shao libros como Hetu, Loushu, Bagua, y Taiji.

Shao dedicó los próximos 20 años a estudiar el I Ching. En ese tiempo, la mayoría de los eruditos estudiaba I Ching usando un enfoque moral y literal. Shao usó otro enfoque, uno que estaba basado en conceptos cosmológicos y numerológicos. Escribió Huangji Jingshi (Libro de los Principios Mundiales Supremos del Orden) y Guanwu Neiwaipian. La gente creía que podía predecir todos los asuntos en la vida, incluyendo el apogeo y la caída de la sociedad, usando los métodos de Shao Yong.

Según historiadores de la Dinastía Song, Shao era extraordinariamente inteligente y capaz de predecir el futuro con suma precisión. Shao Yong escribió libros sobre adivinación, entre ellos Meihua Yishu, Tieban Shenshu, Heluo Zhenshu, y otros. En el famoso Poema de la Flor de Ciruelo, Shao profetizó cambios mayores para la historia china desde la Dinastía Song hasta hoy, e incluso el futuro. Muchos creen que la historia probó que sus predicciones fueron correctas.

Un modelo de generaciones futuras

El estudio del I Ching también llevó a Shao Yong a su camino de auto cultivación. Él creía que una persona tenía que seguir el Dao del cielo y la tierra en su conducta y discurso. Dijo que hay una forma celestial en todos los asuntos del universo. Cuando uno se asimila a la forma celestial, uno no solo nutre su cuerpo y alma, sino que obtiene verdadera felicidad.

Shao Yong creía que una persona tiene que esforzarse para tener la virtud de un sabio. Tal tipo de persona es perceptiva a los cambios cósmicos, entiende el mundo natural, y tiene experiencia en los asuntos humanos.

Para alcanzar eso, Shao creía que uno tenía que cultivar su corazón, o como él lo describió: “Hablar de ello no es tan bueno como ponerlo en acción; ponerlo en acción no es tan bueno como poner el corazón”.

Shao Yong mismo puso mucho énfasis en su propia cultivación moral. Su conducta y maneras se convirtieron en un modelo para las generaciones futuras. Según historiadores de la Dinastía Song, Shao trataba a la gente con genuina sinceridad sin importar su estatus social. Tenía un buen corazón y siempre era fácil de llevar. Cuando hablaba con la gente, evitaba hablar de sus fallas y en vez acentuaba sus virtudes. Cuando le hacían preguntas, siempre contestaba genuinamente, sin imponer su propia visión.

Shao Yonh nunca asumió una posición en el gobierno, a pesar de tener amistad con muchos funcionarios de alto rango. Era muy respetado por su alto carácter moral y su conocimiento por personas de todo tipo de vida. Donde fuera que iba, la gente se acerba para saludarlo. Algunos incluso construyeron casas como la de Shao, esperando que él se quedara con ellos.

Una conversación entre un pescador y un leñador

Shao Yong creía que, cuando una persona valoraba la virtud, sería amable y humilde, y la sociedad sería próspera; cuando la gente va detrás de las ganancias y el interés propio, pelean por el poder y la ganancia, y la sociedad en cambio sería un caos.

En la historia del Pesador y el Leñador, Shao escribió sobre las consecuencias de buscar el interés propio.

Un pescador estaba pescando en la orilla del río. Un leñador pasó y preguntó: “¿Qué está haciendo?”

“Pescando”, contestó el pescador.

“Puede atrapar un pez solo usando una caña de pescar ¿verdad?”, preguntó el leñador.

“Sí”, respondió el pescador.

“¿Qué pasa si no pone la carnada en la caña?”, preguntó el pescador.

“Eso no funcionaría”, contestó el pescador.

“Así que el pez queda enganchado no por la caña, sino por la carnada”; suspiró el leñador. “El pez pierde su vida solo por ese pequeño pedazo de carnada. Algunas personas son como el pez –arruinan sus vidas solo por un poco de interés personal”.

Shao Yonh murió a la edad de 67 años. Muchos emperadores le concedieron títulos honorarios después de su muerte.