Falun Dafa Minghui.org www.minghui.org IMPRIMIR

Finalmente aprendí a mirarme internamente y eliminar mis nociones humanas

Ago. 20, 2016 |   Por un practicante de Falun Dafa en Toronto

(Minghui.org) ¡Saludos respetado Shifu y compañeros practicantes! 

Cultivándome como Coordinador

Todos los años alquilamos de 3 a 4 autobuses grandes para viajar al Fahui de Nueva York. Recientemente asignamos a varios coordinadores para encargarse de esto, y soy una de ellas. Ya que hacemos esto solo una o dos veces al año, me provee de una oportunidad única para cultivarme. Entendí que no es fácil ser un coordinador. En el proceso de servir a otros, muchos de mis apegos son expuestos y eliminados. ¡Realmente me he beneficiado con esta experiencia!

Al comienzo estaba muy preocupada por si cualquier cosa salía mal. Mientras recolectaba el pago por el viaje en autobús, me preocupaba pensar que el monto podría no ser el correcto. Cuando cruzamos la frontera e ingresamos a los EEUU, me preocupaba que algunos practicantes tengan algún problema e impacten negativamente en nuestro programa. Cuando nos detuvimos por un descanso, me preocupaba que algunos practicantes se queden, olvidados.

Al participar de actividades en el transcurso del Fahui, me preocupaba que los practicantes lleguen tarde o no estén presentes en el momento de partir. Esto ocurrió una vez que esperábamos a uno o dos practicantes en el ajetreado centro urbano de Nueva York. Me preocupaba que la policía aparezca y que no demos una buena impresión al conductor. En todo el trayecto del viaje casi no duermo y todo el tiempo estoy preocupada acerca de qué hacer después. Sin embargo, cuando vi que el coordinador principal lucía tan en paz, lidiando con situaciones pequeñas y grandes calmadamente, vi la diferencia entre el estado de mi cultivación y el de él. Mis compañeros practicantes me ayudaron y me dieron ánimos. Luego, mi rol como coordinadora de autobús me dejó una memoria muy preciosa.

Cuando concluimos las actividades luego del Fahui del año pasado, todos nos encontramos en el punto de encuentro para subirnos al autobús. Cuatro de los autobuses ya estaban allí. Todos querían salir del centro urbano antes de la hora pico. Sin embargo, dos miembros de nuestro autobús faltaban. Los llamamos por celular pero no respondían. Los conductores de los otros tres autobuses no quisieron esperar más, así que se fueron. Comencé a quejarme de estos dos practicantes.

En ese momento supimos de ellos cuando pidieron prestado un celular de un practicante local y nos llamaron. Nos preguntaron por qué no los habíamos visto en el comienzo del desfile. Me molesté y les dije que todo el resto sabía que debían esperar en el punto final del desfile, ¡excepto ellos! Le pedimos al conductor de buscarlos en donde estaban, pero como ya era la hora pico el sintió que sería muy complicado. Les dije que vengan por su cuenta. Los esperamos desde las 4 p.m. hasta las 6 p.m., y aún no aparecían.

Después de haber esperado por dos horas nos dimos cuenta de que ellos estaban viniendo a pie. Varios practicantes fueron a las intersecciones cercanas para buscarlos. Algunos esperaron dentro del autobús y enviaron pensamientos rectos. Algunos dijeron que yo debería ser estricta y emitir una queja al coordinador principal, otros se arrepintieron de haber tomado este autobús grande. Aunque el conductor parecía una buena persona, no podía hacer mucho. 

Finalmente llamé al coordinador general y él me dijo que simplemente esperase. Mi corazón se me salía y me brotaban todo tipo de malos pensamientos. No había forma de comunicarse con ellos ya que no tenían un celular. Me quedé allí parada, buscando en la multitud de gente. Sabía que yo había hecho algo mal, porque mi corazón estaba movido. Seguí quejándome de ellos y los malos pensamientos seguían brotando. No me miré internamente.

Shifu dijo: “Bajo cualquier circunstancia difícil, todos, mantengan sus corazones calmados. Sólo manteniéndose inamovibles, serán capaces de manejar todas las situaciones”. (Exponiendo el Fa en el Fahui del Medio Oeste de los Estados Unidos)

No pude mantenerme calma y desafectada. Le pedí a Shifu que me diese una oportunidad para corregirme. En el momento en que tuve ese pensamiento, los vi corriendo hacia nosotros. ¡Me sentí tan aliviada!

Me dijeron que quisieron apurarse, y decidieron tomar un bus. Pero el tránsito era tan pesado. Estaban muy preocupados pero no tenían forma de contactarse conmigo. Entendí que no fue su culpa. Cuando tenemos fuertes apegos humanos, el resultado termina siendo lo contrario. Mientras más preocupados estamos, peor es el resultado. Mi entendimiento es que esto ocurrió porque no nos tratamos como practicantes, no tuvimos verdadera fe en Shifu y en el Fa, no nos miramos internamente, y no tratamos a los practicantes con bondad.

Cuando finalmente todos estuvimos dentro del autobús, compartí este entendimiento con mis compañeros practicantes. Todos nos miramos internamente y tuvimos un muy buen intercambio. Sentí cómo mis quejas se disolvían completamente. Cuando miré a estos dos practicantes, lucían tan buenos. El resto de los practicantes se abrieron y todos compartieron sus pensamientos. Todos nos beneficiamos de este intercambio. El conductor no se detuvo hasta el final. Luego de dos o tres horas nos dimos cuenta de que nuestro autobús había pasado a los otros dos autobuses que habían salido temprano. Todos nos emocionamos mucho y sentimos que Shifu nos estaba alentando a que cultivemos nuestros corazones.

Eliminando el ego

Antes del Fahui de Nueva York de este año, el coordinador de la Banda Marchante Tian Guo pidió que Toronto llevase los grandes instrumentos, incluyendo Sousafones, Tubas, etc a Nueva York, para que las bandas de otros países las usasen. Debido a que yo estaba a cargo del gran autobús para la banda, el coordinador me pidió que llevase esos instrumentos a Nueva York.

En el momento en que se me indicó que me encargue del gran autobús, me empezó a doler la cabeza. No sabíamos a quién deberíamos darle estos instrumentos, o a qué país pertenecían. ¿Cómo podríamos dárselos a estos practicantes en tan corto tiempo antes del comienzo del desfile? ¿Quién iba a ayudarme hacer todo esto? Teníamos a 20 practicantes de la banda en el autobús, ¿dónde encontraría a otros 30 miembros dispuestos a ayudarme a trasladar estos instrumentos? ¿Qué ocurriría si al llegar a Nueva York nadie fuese a buscar los instrumentos? Todas estas preguntas me preocupaban, y realmente sentí un apego que no podía desechar. Este tipo de mentalidad me empujó a mirarme internamente, y descubrí que aún utilizaba mi mente humana para considerar las cosas, olvidándome completamente que tengo a Shifu.

Me relajé por completo cuando me di cuenta que Shifu arreglaría todo. Me dije que lo que necesitaba hacer era seguir las enseñanzas de Shifu para mirarme internamente. Tomaría las riendas en el estudio del Fa, y atesoraría a cada compañero practicante, y definitivamente completaría esta tarea. Como era de esperar, Shifu arregló todo ordenadamente, y yo simplemente dividí el trabajo entre los practicantes dentro del autobús. Todos trabajaron juntos para llevar los tres Sousafones y las dos Tubas a los miembros de las bandas de cuatro países. Como resultado, estos instrumentos del Fa cumplieron su poderoso rol en el desfile.

De regreso a casa, tuve la esperanza de que los compañeros practicantes compartiesen sus experiencias. Es por eso que siempre quiero tomar el autobús. Cada vez que escucho los intercambios de nuestros compañeros practicantes, me siento iluminada. ¡Recuerdo los intercambio sinceros y conmovedores de cada practicante!

También vi mi apego a la búsqueda y a sentirme bien de mi misma. En el pasado cuando tuvimos buenos intercambios, algunos practicantes me decían cumplidos, y yo me sentía feliz de haber completado la tarea otorgada por Shifu. Y también aceptaba el cumplido de que “como anfitriona, hice mi trabajo bastante bien, ya que el motivo por el cual los practicantes están teniendo un buen intercambio es porque yo hice un buen trabajo al motivarlos”. Aunque intenté disipar esta idea, aun me colocaba en un lugar importante. Mi egoísmo resultó ser un obstáculo esta vez.

Al comienzo, no me di cuenta de que este era mi problema, yo intenté persuadir a todos a atesorar esta oportunidad para estar juntos, y que nos arrepentiremos si no intercambiamos. Le pedí a algunos practicantes que eran considerados buenos al compartir que vengan al frente. Luego de que un practicante compartió algo muy conmovedor, llamé a varios, pero no se acercaron. Me surgieron unos malos pensamientos: “¿Es porque están cansados? Yo también estoy cansada. Hay tantos obstáculos hasta para motivarlos a intercambiar. No tengo nada para decir. El intercambio forzado no suena bien. Se arrepentirán si no intercambian ahora”.

Mi sensación de molestia también me hizo mirarme internamente para descubrir mi egoísmo. Envié pensamientos rectos para eliminarlo. Expuse mi egoísmo en ese momento a mis compañeros practicantes en el autobús. Les dije: “Realmente espero que mis compañeros practicantes no sean impactados por mi apego. Necesitamos abrirnos y elevarnos juntos”. Cuando dije esto, todos comenzaron a compartir activamente.

En ese momento, un joven practicante que solía practicar muy bien con su madre, pero que en los años recientes se perdió en la sociedad común, dio un paso al frente para compartir su pérdida con nosotros, su dolor y su lucha, y sobre cómo se conmovió al escuchar la conferencia de Shifu. Todos los practicantes lo aplaudieron. Su madre también se adelantó a compartir. Luego, muchos practicantes de alrededor de 20 años comenzaron a hablar acerca de sus experiencias. Fue muy conmovedor. Me sentí feliz por ellos.

Me di cuenta que el coordinador puede quizás no tener fuertes habilidades o tener que hacer todo él mismo. Mientras más pueda el coordinador dejar de lado su ego, más podrá motivar a los practicantes a cumplir sus habilidades. Aun más, necesita ponerse a un lado, para que otros puedan cumplir sus responsabilidades.

Atesorar a la gente a nuestro alrededor

Mi hija comenzó a cultivarse conmigo a los 4 años de edad. Cuando tenía 6 vinimos a Canadá. Cuando comenzó la persecución me acompañó a todas partes para participar en las actividades de validación del Fa. Fuimos dos veces a Ginebra. A los 9 años me acompañó a la Plaza Tiananmen a desplegar una bandera, varias veces a los Fahui de Estados Unidos y a otras actividades. Fue una de las primeras pequeñas practicantes en sumarse a la Banda Marchante Tian Guo.

Ya que el estado de mi cultivación ha sido inestable, no pude eliminar el apego a mi hija. Cuando creció, se distanció más y más de Dafa, y también dejó de sumarse conmigo en la validación del Fa. Se volvió terca y rebelde. Cualquier cosa que decía lo hacía de forma brusca, a veces tocando justo el punto doloroso de mis apegos. Hice lo mejor posible por controlar mi xinxing, y no moverme. Pensé que sabía cómo mirarme internamente, y que no la trataría como ella me trataba. Entonces, ¿por qué no mejoraba? Frecuentemente perdía su temperamento y parecía estar deprimida. Sabía que tenía que ver conmigo, pero pensé que si pudiese yo alcanzar el estado de no mover mi corazón, ya sería lo suficientemente tolerante. Cualquier otra persona ya hubiese perdido la paciencia. Cuando estaba en un buen estado de  ánimo decía que yo era muy tolerante con su comportamiento. 

No fue hasta después del Fahui y los intercambios con los compañeros practicantes que realmente me iluminé al hecho de que la forma en que  me miraba internamente era solo superficial. Mi tolerancia “…es el Ren de una persona común que está apegada a sus recelos” (“Qué es Ren”, Escrituras escenciales para mayor avance). 

Sentí que no podía hacer nada con la situación de mi hija. No utilicé su comportamiento para reflexionar sobre el mío, ni tampoco me pregunté por qué se comportaba de esta forma. ¿Era porque yo tenía algunos problemas? Cuando comencé a pensar así, me di cuenta que no sabía verdaderamente cómo mirarme internamente. Mi hija y mi marido seguían “actuando” frente a mí, “actuando tristemente”, para ayudarme a ver mis propios apegos. Peor aun, yo me quejaba de ellos en mi corazón: ella tiene poca cualidad de iluminación, ¡demasiado apego al dinero! Él tiene un fuerte apego a la competencia, y fácilmente pelea con otros. A veces hasta me preguntaba por qué se había arreglado que estas dos personas estén conmigo. ¡Los hijos de otros practicantes son tan obedientes! ¿Por qué? Finalmente comprendí que sin importar cómo ellos se comportan o “actúan”, es un reflejo de mi estado de cultivación. Es para que yo mire mis propias fallas. No me di cuenta de esto hasta hace poco.

Me siento tan agradecida hacia la gente que me rodea. Decidí cultivarme bien para poder vivir al estándar de ellos, aunque no estén conscientes de ese arreglo. Cuando comencé a pensar de esta forma y a mirarme internamente incondicionalmente, sus actitudes cambiaron. Puedo sentir que se sienten cómodos en mi campo de energía, y que sus actitudes a veces cambian radicalmente.

Recientemente viajé a Ottawa, a Nueva York, y a Montreal. He estado intentando ver las cosas desde la perspectiva de mi marido y tener simpatía hacia él ya que su vida no ha sido fácil. Siento que mi marido, en el fondo de su corazón, también está buscando a Dafa. Si él no está feliz conmigo en el camino, yo debo haber hecho algo malo. Me corrijo sinceramente. Con este estado mental, cuando le dije que debía viajar, el estuvo muy calmo en su mente, y me habló de forma normal. En cuanto a mi hija, es lo mismo. Siempre que pierde su temperamento, me doy cuenta inmediatamente que tengo algunas fallas y rápidamente me miro internamente. Reconocí que fallé y que ella tuvo razón. ¿Por qué no pude ver esto antes? Ella se disculpó inmediatamente diciendo que su actitud estuvo mal. De esta forma, rápidamente pasé la prueba. También estoy consciente de que mi qing aún es muy fuerte —espero que ella pueda regresar rápidamente al camino de la cultivación. 

Shifu dijo:

“Especialmente durante el periodo de la rectificación del Fa, todas las vidas positivas y negativas están pensando en poder ser salvadas, incluso los dioses tan enormes e incontables en los niveles tras niveles más altos, especialmente los seres conscientes en esos mundos. Por eso, todos esos metieron un pie en el mundo humano, en los Tres Reinos, ¿acaso pueden perder esta oportunidad de salvarse que no se encuentra ni en millones de jie? Tú tienes que salvarme, todos dicen que tú tienes que salvarme, tú tienes que salvarme, pero la forma en que se manifesta no es como la lógica y las razones del mundo humano, que cuando pides algo tienes que ser muy cordial, muy humilde: tú me salvas, entonces primero tengo que agradecerte, yo te daré algo provechoso; pero no es así. Según como lo ven ellos, “si puedes salvarme tendrás que llegar a mi nivel. Tienes que tener esta poderosa virtud, recién así puedes salvarme. Si tú no tienes esa virtud poderosa, si no has llegado tan alto como yo, ¿cómo me salvarás?” Entonces ese hace que caigas, que sufras tribulaciones, que elimines tus apegos, y después [ese] establece tu poderosa virtud y cuando te hayas cultivado a ese nivel, recién podrás salvarlo; todos lo hacen de esta manera”. ("Los Dafa dizi tienen que estudiar el Fa"). 


Ahora entiendo que necesito eliminar todos mis pensamientos humanos y nociones, y simplemente enfocarme en cultivarme bien. Es igual al hecho de que, para poder salvar a los seres conscientes que te son asignados, tienes que desarrollar tu poderosa virtud y tu reino, para que ellos deseen ser salvados por ti. Shifu ya ha hecho el mejor arreglo, solo necesitamos llevarlo a cabo. 

Sin importar si ha sido por los arreglos de las viejas fuerzas o los de Shifu, la gente a nuestro alrededor ha venido para asistir a los Dafa dizi en su cultivación. Cuando un Dafa dizi puede verdaderamente mirarse internamente incondicionalmente, considerar todo a su alrededor como un espejo para reflexionar sobre su propia cultivación, en vez de mirar a los otros, cuando nos cultivamos bien, estamos salvando a la gente y a los incontables seres detrás de ellos. 

Es lo mismo con nuestros compañeros practicantes. La forma en que los practicantes se comportan no es necesariamente su verdadero estado de cultivación. Sus comportamientos son para que yo me mire, y me cultive. No debo enfocarme en ellos en vez de cultivarme. Es Shifu quien arregla que ellos se comporten de esa forma para exponer mis apegos. 

Espero que alcancemos las expectativas de Shifu y transitemos bien el camino final. ¡Gracias Shifu! Gracias a todos. 

(Presentado durante el Fahui de Canadá 2016)