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108 nombres en un poste telefónico

Ago. 17, 2016 |   Por un practicante de Falun Gong en China continental

(Minghui.org) Un día de abril de 2008 fui a un pequeño pueblo. Intenté pegar una etiqueta de “Falun Dafa es bueno” sin éxito, a pesar de intentarlo varias veces.

Alguien me gritó mientras trataba de averiguar el por qué no pegaba: “¡No lo haga! No funcionará. No puede tapar la lista de nombres. ¿No sabes lo que es esa lista?”. Volví la cabeza y vi un anciano sentado cerca.

Miré de nuevo el poste y vi que estaba lleno de nombres. Dije: “¡Es una lista de personas que renunciaron al PCCh!”.

El anciano preguntó: “¿también sabe lo que es?”.

“Lo sé, soy un practicante de Falun Gong. ¿Quién lo grabó?”.

Él dijo: “No te lo diré. No sé quién eres”.

Me acerqué a él y le dije: “Soy practicante de Falun Gong. Vine desde lejos para pegar esta etiqueta que dice Falun Dafa es bueno”.

Al decirle mi nombre y número de teléfono pronto confió en mí. Entonces, le pedí una pluma para poder escribir los nombres. ¡Había un total de 108 nombres!

Le pregunté: ¿Quién lo hizo? Es maravilloso”.

Él o pensó por un momento y me contó lo que pasó.

No hace mucho, conocí a un estudiante universitario que vino al pueblo a aprender agricultura. Conoció a mi hijo, que era el director del equipo agrícola de la localidad.

El estudiante convivió en casa de la familia del director y todos lo querían. Este les dijo que deambulaba para evitar la persecución debido a que practicaba Falun Gong. Tras entender el por qué Falun Gong era perseguido, la familia se solidarizó con él y este les ayudó a renunciar al PCCh.

Con el fin de explicar la brutal persecución del régimen comunista a Falun Gong, el estudiante visitó los 54 hogares del pueblo.

Todos en el pueblo, un total de 108 personas, estuvieron de acuerdo en renunciar al partido comunista chino y sus organizaciones juveniles.

El estudiante no sabía cómo subir online los nombres de los aldeanos ya que había perdido contacto con sus compañeros practicantes, por lo que publicó los nombres en el poste telefónico.

Me conmoví por este joven estudiante. Hizo un gran trabajo, incluso cuando tuvo que deambular. Me emocioné al ver la bondad de este anciano y su familia.