(Minghui.org) Una practicante local se enojó y ofendió cuando otra le señaló su problema durante nuestro estudio del Fa grupal.

A continuación, yo le señalé otro problema: pareció enojarse con la practicante que había comenzado a criticarla.

Se sintió agraviada: “¡Lo que ella dijo no tiene ningún sentido!", expresó.

Pasó a contarme el episodio de cómo la tercera practicante una vez se quedó en su casa toda una mañana, charlando de cosas inútiles, mientras ella trataba de volver a su rutina de estudiar el Fa y hacer proyectos para aclarar la verdad. Finalmente se hartó y le pidió que se vaya.

Entonces me desafió: "Según tú, ¿yo sería etiquetada con que estaba enojada con la invitada cuando la eché de mi casa?"

Sintiendo que ella pensó que yo le estaba dando a entender que debía permanecer en silencio cuando se enfrenta a las críticas, le expliqué: "No. No estoy diciendo que nunca debes pedir a un huésped que se vaya o nunca responder a las críticas de otro practicante".

"La clave es mantener una mente tranquila cada vez que reaccionamos a las cosas", continué.

Yo solía tener un problema similar, las emociones tendían a sacar lo peor de mí al recibir o emitir comentarios.

A menudo estaba molesto cuando notaba problemas entre nuestros compañeros practicantes, y nunca rehuí a señalarlos. Sin embargo, mi actitud exasperó a muchos. Se quejaron que yo era poco amable, impaciente y que menospreciaba a los demás.

Al sentir el contragolpe, me desanimaba y hacía mi mejor esfuerzo para mantener la boca cerrada.

Entonces me di cuenta que no estaba tampoco en el Fa. Vi que necesitaba deshacerme de mi arrogancia por las omisiones y deficiencias de otros practicantes, y que estaría bien señalar los problemas sin emitir juicios sobre los otros.

Nuevamente comencé a hablar, y los demás fueron mucho más receptivos cuando marcaba con calma los problemas que había observado.

El Maestro enseñó en Zhuan Falun:

“En nuestra vía, esta parte de cultivación-refinamiento entre la gente común requiere que uno se cultive y refine dentro de la sociedad de la gente común, manteniéndose al máximo grado como la gente común, así que no es que se te pide que pierdas realmente tal o cual cosa en relación con beneficios materiales. No afecta cuán alto es tu rango oficial ni tampoco cuánta fortuna posees, el punto clave está en si puedes dejar o no ese corazón”.

Mi entendimiento es que la verdadera cultivación nos requiere medir siempre las cosas desde la perspectiva del Fa, en vez de dejar llevarnos por nuestras nociones humanas.

Como practicantes, siempre debemos ver las dos caras de la moneda, y cómo emitir o recibir críticas refleja nuestro estado de cultivación.

Cuando señalamos problemas a otras personas, no tenemos que guardar ningún resentimiento o pensamientos negativos.

Por otra parte, si nos toca estar en el lado receptor, debemos mirar primero hacia adentro para identificar nuestros apegos. Debía haber algo que no hicimos bien que invitó a las críticas de los demás. Estaría bien entonces, responder a los comentarios, siempre y cuando no tengamos la necesidad de pelear sobre quién está en lo correcto o equivocado.

En pocas palabras, todos debemos mirar hacia dentro para identificar y dejar de lado nuestros propios apegos, mientras nos encontramos con conflictos en la cultivación y en la vida cotidiana.