(Minghui.org) Hace nueve años, estando en la universidad, viví una experiencia sorprendente. Un verano, no mucho tiempo antes de los exámenes finales, desarrollé una fuerte tos. Persistió con fiebre baja durante toda la noche. Después de varios días apareció un fuerte dolor en el pecho. Me sentía como si me hubieran golpeado con fuerza. Tenía dificultad para respirar y sentí que iba a morir.

En el hospital me diagnosticaron un derrame pleural -líquido en la cavidad torácica, el que requería ser hospitalizado para quitarlo. Los exámenes finales estaban cerca, así que tenía dudas a pesar que parecía ser el único camino para reponerme. Hablé con mi madre y me aconsejó volver a casa de inmediato. Allí me pidió que hiciera los ejercicios de Falun Dafa con ella. Sabía que Falun Dafa era bueno, pero nunca lo tomé en serio.

Los hicimos juntos durante varios días. No estaba seguro de querer continuar– ya que el pecho me dolía aún más. Entonces mi mamá me dijo que necesitaba elegir entre Falun Dafa o el procedimiento recomendado por los médicos en el hospital. No quería ir allí, por lo que continué con los ejercicios.

Dos días más tarde de mi decisión, el malestar disminuyó. Una semana después desperté libre de dolor. Lo único que tenía era una pequeña erupción cerca de la boca. El Maestro Li (el Fundador de Falun Dafa) cuidó de mí.

Estando completamente recuperado, volví de prisa a la universidad para los exámenes. Mis amigos se sorprendieron al verme. Me preguntaron cómo fui capaz de reponerme tan rápido sin tratamiento médico.

Les conté mi secreto. ¡Falun Dafa me salvó!