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Gobernar un país con benevolencia

Jul. 6, 2016 |   Por Qinshan

(Minghui.org) Mencio, o Mengzi (372 a. C. – 289 a. C.), es uno de los filósofos más famosos en la historia China. Una vez dijo: “Fue por benevolencia que las tres dinastías de Xia, Shang y Zhou obtuvieron el trono, y fue por no ser benevolentes que lo perdieron. De la misma forma se determinan la caída y prosperidad, y la preservación y deterioro del Estado”.

También dijo: “Si el Emperador no es benevolente, no puede prevenir que alguien le suceda al trono. Si el Jefe de Estado no es benevolente, no puede preservar su mando. Si un alto noble o funcionario no es benevolente, no podrá preservar su templo ancestral. Si un erudito u hombre común no es benevolente, no podrá preservar sus cuatro extremidades”.

“La gente de hoy odia a la muerte y a la ruina, pero aun así se regocijan de no ser benevolentes —¡es como alguien que odia emborracharse pero sigue tomando vino!”. [1]

En la antigua China se creía que al valorar los principios morales, una persona influye su entorno y puede vivir en paz y armonía dentro de su entorno. Si toda la población se comporta de esa forma, está garantizado que el país será próspero y que la sociedad será próspera y pacífica.

El consejo de Yanzi a los reyes Zhuang y Jing

Yanzi (578 a. C. – 500 a. C.) fue un político y diplomático famoso del período de Chun y Qiu, cuando China estaba dividida en varios países.

El rey Zhuang del reinado de Qi quería atacar al reinado de Jin. Le pidió consejo a Yanzi. Yanzi respondió: “Esto no debería llevarse a cabo. Tienes mucho, y aun así deseas más. Tu deseo continúa creciendo, al igual que tu arrogancia. Una persona que tiene mucho y aun así desea más se traerá peligro”. Al escuchar las palabras de Yanzi, el Rey Zhuang se sintió decepcionado. Entonces, Yanzi resignó a su puesto y se mudó al campo.

El Rey Zhuang atacó a Jin a la fuerza y obtuvo una breve victoria. También atacó a Lu. Pero un año más tarde, el Rey Zhuang fue asesinado por uno de sus propios ministros.

Cuando el Rey Jing quiso atacar a Lu, Yanzi le aconsejó: “El rey Lu es benevolente y recto. Es muy querido por su pueblo. Quien ataque a un país tal, solo puede buscarse un ominoso peligro. También he oído que solo cuando un rey tiene una gran virtud para mantener a su país estable y a su gente feliz puede levantar un ejercito para luchar una guerra”. El Rey Jing tomó el consejo de Yanzi y no atacó a Lu.

Los comentarios de Wuju sobre el palacio Zhanghua

El Rey Ling del reinado de Chu ordenó la construcción de un gran palacio. Llevó varios años y una enorme cantidad de mano de obra; casi vació el tesoro del país. Cuando el palacio Zhanghua se completó, el Rey Ling y todos sus ministros ingresaron a la torre elevada del palacio.

El Rey Ling comentó: “¡Qué bella que es esta torre!”. Wuju, uno de sus ministros, le dijo al rey: “Un rey sabio es virtuoso y respetado. Disfruta de mantener a su gente feliz y satisfecha, toma consejo de aquellos de gran virtud, y la gente de lugares remotos le prometen lealtad por su virtuosa reputación”.

“No considera construir una torre alta con pilares tallados y vigas pintadas tan hermosas, o con música estrepitosa de una enorme orquesta tan disfrutable, o con un paisaje bello y lujoso tan placentero para la vista”.

“¿De qué vale construir un hermoso palacio, mientras se vacía el tesoro del país? Cuando una persona tiene demasiados deseos egoístas, su benevolencia y justicia de seguro decaen. Si su majestad considera que esta torre es bella, temo que nuestro país está en peligro”.

La advertencia de Wuju se materializó cuatro años después, cuando el Rey Ling fue destronado por su hermano y otros funcionarios de la corte. Se ahorcó en un refugio.

El Rey Mu perdona a los campesinos

El Rey Mu del reinado de Qin tenía un establo en donde guardaba todo tipo de caballos famosos. Un día, varios de los caballos habían desaparecido. El funcionario a cargo del establo estaba muy asustado. Pensó que el rey estaría furioso y lo mandaría a ejecutar. El funcionario buscó por todas partes, y finalmente encontró objetos que parecían huesos de caballos en un pueblo cercano. Sospechó que los campesinos habían matado y comido a los caballos. Arrestó a trescientos campesinos en el pueblo y los llevó al rey.

El funcionario de lijo al Rey Mu que los campesinos habían comido a los caballos y que debían ser ejecutados. Para su sorpresa, el Rey Mu no se enojó. Perdonó a los campesinos y los regresó a sus hogares.

Unos años después, el Rey Mu entró en batalla con otro país. Su ejercito estaba rodeado y estaba a punto de ser derrotado. El Rey Mu mismo estaba también en peligro. En este momento crítico, una pequeña tropa de jinetes rompió el frente del enemigo y luchó junto al ejército del Rey Mu. Los jinetes lucharon valientemente, y el enemigo se replegó. El Rey Mu logró llegar a terreno seguro. Estuvo profundamente agradecido con los jinetes y les preguntó quiénes eran. Los jinetes respondieron que ellos eran los campesinos que habían comido los caballos del Rey Mu.

El perdón y la benevolencia del Rey Mu finalmente lo salvaron a él mismo.

[1] Basado en Mencio, traducido por James Legge