(Minghui.org) Como practicantes de Falun Dafa, debemos elevar nuestro reino de cultivación mirando hacia dentro y corrigiendo nuestros errores.

Shifu dijo:

“He dicho antes que, para un Dafa dizi, está bien si cometiste errores. Tan sólo admite tus errores abierta y honestamente y muestra a todos que estás volviendo al camino y quieres hacerlo bien, pues todos te admirarán. Pero si tratas de esconder esas cosas y encubrirlas, esos pensamientos humanos tuyos se volverán cada vez más complicados y fuertes. Y si encima de eso tu xiulian es un completo embrollo, ¿qué pensarán los estudiantes de ti? ¿Qué interpretarán? ¿Y cómo lo considerarán los dioses? ¿Y qué haré yo contigo en el futuro? Salvar a la gente, salvar vidas, es un acto de misericordia. Pero siempre habrá aquellos que no son salvables, después de todo. ¿Quiénes son ellos? Son quienes no se atesoran a sí mismos; esos no pueden ser salvados”. (Enseñanza del Fa en el Fahui de la Costa Oeste 2015)

Algunos practicantes han tenido relaciones inapropiadas con el sexo opuesto, y otros han cometido errores aún peores. Luego, ellos intentan cubrir sus malos actos.

En vez de admitir sus errores, se atreven a implorar inocencia frente a la foto de Shifu. Si eres un practicante verdadero, debes saber que Shifu está mirando a los practicantes a cada minuto. Esos practicantes no se atreven a enfrentar sus propios estados de cultivación. Ellos miran hacia dentro descuidadamente y no le prestan atención a los asuntos fundamentales, de este modo engañándose a sí mismos y a otros.

“Uno no puede engañar a los dioses” era un dicho común del pasado. “Ellos conocen vuestros pensamientos incluso antes que los tengas. Un susurro es un trueno en el Cielo”.

Valor para corregir nuestros errores

Debemos tener el valor para enfrentar nuestros verdaderos estados de cultivación. Es normal cometer errores, pero tenemos que corregirlos en nuestra mente y a través de nuestras acciones.

Confucio dijo una vez: “Tener fallas y no corregirlas cuenta como tener más fallas”. Hubo muchas lecciones de este tipo en la historia.

Tsze-kung, estudiante de Confucio, dijo: “Las fallas de un hombre superior son como eclipses de sol y luna. Él tiene sus fallas, y todos los hombres las ven. Él las corrige y las cambia. Entonces, todos los hombres lo admirarán”.

Sin embargo, si una persona reconoce sus fallas pero se niega a corregirlas e intenta cubrirlas, o se enoja cuando otra persona se lo señala, entonces no solo no puede mantener su dignidad, sino que los demás lo despreciarán.

Durante el Periodo de Los Tres Reinos, Yuan Shao, un jefe militar, tenía mejor experiencia, mejor reputación, y un poder militar más fuerte que su rival, Cao Cao.

El consejero de Yuan, Tian Feng, le sugirió luchar una guerra prolongada para desgastar a Cao Cao, un táctico muy habilidoso, en vez de enfrentarlo en batallas decisivas. Yuan se ofendió por su consejo y envió a Tian a la prisión.

Cuando Yuan perdió una batalla contra Cao Cao, en vez de admitir su error, Yuan temió que Tian se relamiese. Hizo matar a Tian Feng y así perdió su mejor consejero. Incapaz de admitir su falla y aceptar críticas, Yuan Shao perdió la guerra contra Cao Cao en unos años.

El estado mental determina la actitud

Una persona sabia se examina constantemente, corrige sus errores, y eleva su estándar moral. Para ser un cultivador virtuoso, uno debe tener una conciencia limpia.

La actitud de una persona hacia sus propios errores está determinada por el estado mental y estándar moral de uno.

Desafortunadamente, muchos practicantes se niegan a escuchar los consejos y a admitir sus errores. Ellos intentan cubrirlo o se enojan cuando alguien se los señala. Tal vez evitaron perder la cara, pero en el proceso, ellos perdieron oportunidades de corregirse y elevarse.