(Minghui.org) Mi esposo era un miembro veterano del partido comunista chino (PCCh). fue profundamente adoctrinado y sufrió lavado de cerebro y entonces creyó las mentiras que el PCCh diseminó sobre Falun Gong. Cada vez que mencionaba a Falun Gong o lo alentaba a renunciar al PCCh, se enojaba y no me escuchaba. Tenía que mudarme, pero no podía llevar a nuestro hijo conmigo.

Mi esposo comenzó a sufrir úlceras bucales en marzo de 2015. El dolor era difícil de soportar, y el doctor no le daba alivio.

Contemplaba la posibilidad de suicidarse por el dolor y compró un veneno que escondió en la casa. Nuestro hijo encontró el veneno y le rogó que buscara ayuda. Mi esposo le dijo que ya había gastado 10.000 yuanes y no podía aliviar su dolor. Mi hijo prometió que lo ayudaría a encontrar un mejor hospital y a pagar los costos.

Mi hija y mi hijo llevaron a su padre al hospital central de Xinxiang. Me llamaron y me apuré hasta allí. Mientras esperaban al médico mi esposo dijo que el dolor empeoraba.

Alivio para el dolor

Le dije que recitara: “Falun Dafa es bueno; Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno”. Los tres recitamos las tres oraciones al unísono. Después de 10 minutos, mi esposo nos dijo que ya no tenía dolor.

Un doctor le diagnosticó úlcera bucal y prescribió medicinas. Antes de regresar a casa lo convencí de renunciar al PCCh y le di un amuleto de Falun Gong. También le pedí que recite las dos oraciones que le enseñé y asintió con su cabeza. Llamé luego y mi hijo dijo que su padre estaba bien y el dolor no había regresado.

Justo cinco días después, mi esposo me pidió a través de nuestro hijo que regresara a la casa. Nuestro hijo le recordó que no nos llevábamos bien. Mi esposo dijo que me dijera que ya no pelearía más conmigo.

Antes cuando llegaba a casa no me saludaba. Pero esta vez, cuando pasé por la puerta puso sus manos juntas frente al pecho y dijo que su maestro había llegado al hogar.

“Por favor, no me llames maestro”, le dije: “Fue el Maestro Li, el fundador de Falun Gong quien te ha salvado”.

Le pedí que siguiera recitando las oraciones.

“Si, seguiré recitando las oraciones”, dijo, “mi vida ha sido salvada y estoy muy agradecido por ello”.

En el día de Año Nuevo Chino, estaba mostrando mis respetos a Shifu frente a su retrato y le pregunté a mi esposo si tenía algo para decir.

“Shifu, mi salud es muy buena ahora”, dijo: “Perdóname, porque soy una persona de mente simple que no sabe cómo expresarse bien. Le agradezco por salvar mi vida”.