(Minghui.org) Soy un joven practicante de Falun Dafa. En el último año, tuve la oportunidad de poder repartir calendarios de Minghui a gente que encontraba en la calle. Descubrí que cada vez más y más chinos se vuelven receptivos a conocer la verdad de Falun Dafa.

Abajo son algunas de las experiencias que encontré mientras repartía calendarios de Minghui.

Una joven mujer me dio un volante. Por suerte, aproveché la oportunidad de darle a ella un calendario de Minghui. Le dije “¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!”. De repente sus ojos se iluminaron y aceptó el calendario con una sonrisa.

Le entregué un calendario a una señora mayor. Después de que descubrió que el calendario contenía información de Falun Dafa, dijo: “Por favor se cuidadoso y presta atención a tu seguridad”. Le agradecí y me fui caminando. Cuando me detuve y me di vuelta, vi que ella todavía estaba mirándome. Caminé de vuelta y le dije: “¡Falun Dafa es bueno!” y ella me contestoó: “¡Sí, lo es —es muy bueno!”,

Una vez un anciano granjero se sentó en una entrada cerca de donde yo estaba entregando calendarios. Caminé hacia él y le entregué uno. Me preguntó qué era. Le dije: “Por favor recuerde que ¡Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!”. Inmediatamente entendió que era un calendario de Falun Dafa, y su mirada pensativa desapareció. “¡Si, es bueno!”, dijo. Felizmente se llevó el calendario con él.

Una mañana un camión de basura bajaba una calle, en dirección a mí. La primera vez que lo vi, no quise darle un calendario porque creía que posiblemente lo tiraría o lo vendería como papel para reciclar. Pero a medida que se acercaba. Recordé que podía ser una persona que tenía relación predestinada con Dafa, así que me acerqué y le ofrecí un calendario.

Abrí el calendario y se lo mostré. Una vez que vio que era un calendario de Falun Dafa, sonrió. “Maravilloso”, dijo. “¿Puedo tener uno?”. dije que sí, por supuesto. “Cuidaré muy bien de él”, me respondió, y caminó con su carga de basura y reciclables.

Un día le entregué un calendario a un hombre que tenía una apariencia fría en su rostro. Él lo miro y se dio cuenta que era un calendario de Falun Dafa. Su cara se relajó y aceptó el calendario con una sonrisa. Dije: “Puede colgarlo en la pared de su cuarto, y lo mantendrá a salvo”. Estuvo agradecido y contestó: “Es una buena idea, gracias”.