(Minghui.org) Fui a dormir una noche alrededor de las 10:00 p.m. luego de leer el último jingwen de Shifu. Pude ver escenas espléndidas y maravillosas con mi tianmu.

Había un salón enorme lleno de mesas de banquete y mucha gente. Todos estaban esperando una celebración. Vi a un practicante con ropas blancas parado frente a mí.

Me dirigí hacia él, pero no dijo nada, sino que me miró muy seriamente.

Pude ver el corazón del practicante a plenitud, y yo mismo no tenía apegos humanos o nociones en ese momento.

Ambos caminamos hacia adelante, y lado a lado esparcimos rocío de miel (significando crear conciencia) en un plato hondo que cargábamos. Subimos muchos escalones y llegamos al escalón final luego de superar muchas dificultades.

La escena del éxito por venir era espléndida y maravillosa. Se manifestaba como una nube auspiciosa que fluía por todas partes.

Parecía que una enorme puerta en el cielo se abría, y música con tambores y campanas se podía escuchar. Shifu apareció con rayos dorados ilimitados. Sólo se presentó brevemente, luego asumió su forma humana de nuevo con traje y corbata, y se fue al mundo humano.

El practicante y yo aparecimos completamente como seres iluminados. Vi que mi cuerpo era enorme. Vi uno de mis dedos y no podía ver su forma entera.

Vi que había tres diamantes dorados conectados en mi mano, y parecía entender: debemos cooperar bien sin ningún apego o nociones humanas para poder caminar bien la última parte de nuestro viaje. Sólo siendo puros e indestructibles como el diamante podemos cada practicante lograr esa meta.