(Minghui.org) Cuando sucede un desastre, todos rezan a los dioses o budas. Incluso si uno no sabe nada sobre los dioses, es la naturaleza humana que lo lleva a uno a buscar protección de los dioses cuando se encuentra en dificultades.

La búsqueda lleva al éxito

Soy una profesora de 55 años que una vez estuvo buscando a un hombre santo, no a una divinidad como en las religiones, sino más bien un tipo de curandero que me ayudara a remover mis manchas y cicatrices.

Cuando tenía casi cuarenta años, mi apariencia se volvió bastante fea. Además de otras desfiguraciones, mi cara era de color ocre y círculos oscuros rodeaban mis ojos, como si estuviera usando lentes. Me atemorizaba enfrentarme a mi familia, amigos y estudiantes.

Tenía pena de mi misma, no quería mirarme en un espejo o que me tomaran fotos. Todas mis enfermedades se mostraban en mi cara de alguna manera. Además, desarrollé marcas de la edad y pigmentaciones oscuras en mi cara antes de cumplir los 40 años. Cuando nos veían juntas a mi madre y a mí, la gente pensaba que éramos hermanas, lo cual me enfadaba.

Es por eso que le pedí a mi madre que me ayudara a encontrar a un maestro de qigong que me tratase. Había probado con acupuntura, busqué a un taoísta en las montañas, y le pedí a señoras que estaban poseídas por animales que ahondaran en la historia de mi familia y mis enfermedades. Nadie fue capaz de ayudarme, por el contrario mi situación empeoró.

Cuando estaba en la casa de mi hermano menor cuidando a su hija, de pronto sentí la urgencia de leer uno de sus libros. Era algo bastante raro para mí, ya que no disfrutaba la lectura. Busqué libros en los estantes de mi hermano, pero solo había libros técnicos.

Finalmente, mi madre dijo que tenía el libro que estaba buscando, sin embargo me había negado a mirarlo. Le dije, que ese era un libro de qigong, que enseñaba cosas raras justo como otros libros similares. Mi madre me respondió que no era como otros libros. Ya que ella no podía convencerme, decidí no leerlo.

Como mi madre continuó insistiendo a pesar de mi malestar, finalmente decidí echarle un vistazo al libro que me ofrecía. En la cubierta decía: Zhuan Falun. Me dijeron que este era el libro principal de Falun Gong.

En la tercera página, el Maestro Li Hongzhi, el fundador de Falun Gong, dijo: “Porque en este universo existe un principio como éste: de acuerdo con la Escuela Fo, todos los asuntos entre la gente común tienen relación causal y predestinada; el nacimiento, el envejecimiento, las enfermedades y la muerte existen simplemente de esta manera entre la gente común”. (Zhuan Falun)

La palabra “Fo” me recordó un incidente que había tomado lugar hacía una década.

Irrespetando al Fo

Cuando tenía un poco más de veinte años, seis colegas y yo realizamos un viaje a las montañas Emei durante nuestras vacaciones de verano. Ellos quemaron incienso y se inclinaron en frente de las estatuas de buda en cada uno de los templos, lo cual me molestó.

Cuando se volvieron a inclinar, comenté que incluso a las estatuas de las pusa había que quitarles el polvo, así que ¿por qué teníamos que inclinarnos delante de esas estatuas? Me dijeron que estaba siendo irrespetuosa, lo cual no me molestó, porque era joven, arrogante y estaba orgullosa de ser una atea.

Para dejar un punto sobre el ateísmo en claro, me paré sobre un pedestal que sostenía la estatua de una pusa. Me dijeron que estaba siendo terca. De pronto, me caí del pedestal y me desmayé, pero estaba segura que nadie me había empujado. A pesar de eso, escuché decir a alguien que tenía una relación predestinada con buda, y que no debía ser irrespetuosa con los budas.

Me enfrenté a otra ronda de acusaciones antes de que decidiéramos bajar de la montaña. En el camino de regreso, me caí y me rompí el tobillo. Justo pasó un hombre por nuestro lado. Tenía una canasta en su espalda, una canasta fuerte con dos capas de caña, que se usa para cargar a una persona. El aceptó cargarme para bajar de la montaña por 20 yuanes. Un doctor en el hospital de la ciudad de Chengdu me trató el tobillo.

En ese momento, me arrepentí de mis acciones. Muchos años han pasado, pero aun recuerdo vívidamente que fue lo que pasó durante mi viaje a las montañas Emei. Cuando vi la palabra Fo, me recordó que bien podría ser que tuviese una relación predestinada.

Zhuan Falun: No es un libro común

Continúe leyendo Zhuan Falun. Todas sus palabras le hablaban a mi corazón. Me sentía entusiasmada y marqué oraciones que pensé eran importantes porque quería releerlas después. Luego, de pronto me di cuenta que ya que cada una de las frases era importante, iba a tener que marcar cada una de las palabras. Pero como no podía esperar para terminar de leerlo, me di por vencida en tener que marcar cualquier frase en lo absoluto. Decidí que iba a marcar solo las frases importantes durante la segunda lectura. Cuando ya estaba llegando al final, me di cuenta que este no era un libro común, y que no debía ser marcado en lo absoluto, me arrepentí y culpé a mi madre por no habérmelo dicho.

Mi madre me dijo que no tenía idea porque aún no había leído el libro. Me pareció extraño porque pensaba que había practicado Falun Gong durante varios meses, y debido a que todas sus enfermedades se habían curado. ¿Cómo podía ser que ella nunca haya leído el libro?

Me dijo que a pesar que todos habían comprado el libro, muchos de los practicantes eran analfabetos. Hacían los ejercicios, lo cual los liberaba de sus enfermedades. Le dije que tenía que leer el libro una y otra vez.

Mi madre no había leído Zhuan Falun porque ella había aprendido muchas prácticas de qigong y había comprado toda clase de libros. Así que solo le prestaba atención a los ejercicios de qigong. Pensó que Zhuan Falun era simplemente otra clase de libro de qigong. Varios practicantes de qigong que conoció en el parque le dijeron que Falun Gong era mejor y que tenía efectos curativos milagrosos. Es por eso que empezó a practicar Falun Gong. Otros que se cambiaron a Falun Gong también sintieron la efectividad.

Fue entonces que supe que todas las enfermedades de mi madre habían desaparecido gracias a Falun Gong. Ahora tiene 75 años, y ha estado en un buen estado de salud todos estos años.

Décadas de adoctrinamiento destruidas

Después de que terminé de leer Zhuan Falun, sentí ondas de choque en mi corazón. Sabía que este era un evento significativo en mi vida. Al mismo tiempo, no estaba segura de lo que debía hacer. La manera en la que había observado y pensado las cosas durante décadas había sido destruida.

Mi madre me pidió que mire los videos de las lecciones del Fa de Shifu, así que empecé a mirarlas en la escuela donde trabajaba. A la mitad de estar mirando las conferencias, sentí un fuerte dolor en los callos de mis pies. Me puse de pie, y caminé hacia fuera del salón de clases.

El secretario del partido de la escuela me preguntó qué había sucedido. Me explicaron que “era algo bueno. Desaparecerá si lo soportas un tiempo”. Me recordaron lo que había leído en Zhuan Falun, regresé a mi sitio y terminé de ver los videos de la conferencia.

En mi camino a casa, mis pensamientos todavía estaban dando vueltas a las conferencias del Fa. Muchas cosas pasaron por mi cabeza en los días siguientes. Sin embargo, después de esa noche, mis pies nunca más sintieron dolor. Estaba bastante sorprendida, y decidí practicar Falun Gong con todo mi corazón. Era julio de 1997.

Durante el primer mes de práctica. Me recuperé de todas mis enfermedades. Sin embargo, algunas marcas en mi cara llevaron varios años en eliminarse.

Todos los días iba con mi madre al sitio de práctica. Después de hacer los ejercicios, leíamos Zhuan Falun. A pesar que éramos varias docenas de personas durante los ejercicios, solo una docena más o menos se quedaban a leer el libro. La mayoría de los practicantes estaban jubilados, y muchos prestaban más atención a hacer los ejercicios que a estudiar.

Mientras más y más personas se nos unían, tuvimos que establecer otros sitios de práctica. Pronto hubieron ocho sitios de práctica en nuestra área.

Difundiendo Falun Gong

Shifu Li, el fundador de Falun Gong vino a Yunnan a encontrarse con doce practicantes en el hotel Baoshan de Kunming. Era 1998. Al día siguiente nos informaron sobre la visita de Shifu y entendimos que era nuestra responsabilidad difundir el Fa.

Durante mis vacaciones de verano e invierno, fui con compañeros practicantes a varios condados para promover Falun Gong. Varios practicantes tenían mas de 60 años, pero tenían la energía de la gente joven. Viajamos por bus, tren, carreta a caballo y a pie.

Durante este viaje, parecía que muchas personas estaban esperando por nosotros. Incluso personas que no conocíamos nos invitaban a comer con ellos y quedarnos a pasar la noche. No nos miraban con sospecha y hablaban francamente con nosotros; era como si fuéramos parientes.

Nos contaron muchas historias de como las vidas de las personas se habían revertido o habían cambiado por completo. Escuchamos de personas que eran analfabetas y que de repente podían leer los libros de Dafa.

Estas historias eran un testimonio vivo de lo que dijo Shifu:

“…con relaciones predestinadas de miles de vidas

Conectadas todas por el hilo de Dafa” (“El difícil camino hacia el estado divino” de Hong Yin II)

Sucesos extraordinarios

Un día, otro practicante y yo estábamos esperando en un sitio de práctica para que las personas compren Zhuan Falun. Estábamos usando camisetas rojas. De pronto, una mujer de más o menos 30 años llegó, tomo una copia de Zhuan Falun y preguntó cuánto nos debía. Nos dijo que no había leído el libro y procedió a contarnos su historia.

Dijo: “Tuve un sueño esta mañana. Sin embargo no era como un sueño sino más bien bastante real. Una persona me dijo que después que me despertase, debería tomar un bus hasta este parque. Dos personas vestidas de rojo estarían vendiendo libros, y que debería comprar uno”. Después de despertarme, estaba sorprendida y decidí intentar hacerlo. Y aquí están, ustedes dos, vestidos de rojo”. Le dimos una pequeña introducción a Falun Gong y la invitamos a aprender los cinco juegos de ejercicios.

Fuimos ampliamente incentivados por estos eventos durante nuestro viaje para promover Falun Gong. En menos de dos años, establecimos centros de asistencia de Falun Gong en todos los condados cercanos.

Dos preguntas antes de ser liberada de la prisión

Después que la persecución empezó en 1999, también me enfrenté a rondas de acoso y encarcelamiento. De hecho, estuve encarcelada durante nueve años. Durante el tiempo que estuve detenida, sin embargo, nunca me dio gripe. Esto ciertamente es un testimonio del poder del Fa.

Antes de mi liberación en el año 2011, un guardia de la prisión me hizo dos preguntas. La primera pregunta fue si me enojaba con otros por lo que decían o hacían en contra de Falun Gong. Le dije que no.

Le expliqué que: “No me enojo, porque estas personas no están al tanto de los hechos. Sin embargo, estoy al tanto de la magnificencia de Falun Gong. Si me enojara con ellos, ¿no me habría cultivado en vano?”.

La otra pregunta que tenía era cómo me había mantenido saludable sin hacer los ejercicios, y si me mantendría saludable sin hacer los ejercicios cuando sea liberada. Le dije que no eran los ejercicios que me mantenían alejada de las enfermedades. Se emocionó bastante, y quería saber porqué mi situación era diferente de la de los otros practicantes que decían que sus enfermedades habían sido curadas al practicar Falun Gong.

Le dije que “era la cultivación en Falun Gong, no solamente hacer los ejercicios. No era que no quería hacer los ejercicios, pero las reclusas me jalaban los brazos para evitar que haga los ejercicios”.

“Cuando entramos en Falun Gong y nos decidimos a cultivarnos, Shifu eliminó nuestras enfermedades. No desarrollamos enfermedades ya que la raíz que la causa ha sido eliminada. Era debido a mi creencia, a negarme a renunciar a la práctica de cultivación, y mi lealtad a Shifu, que las enfermedades eliminadas por Shifu no me fueron devueltas. Era por eso que no había desarrollado ninguna enfermedad”.

La condición psicológica superior de un practicante

Antes de que pasara nueve años en prisión, también fui arrestada en el año 2000 y no fui liberada hasta el 2002. Durante este tiempo, me requirieron tomar dos exámenes psicológicos.

Una oficial me pidió que me reúna con ella. Durante nuestra larga conversación, parecía no importarle mi creencia en Falun Gong, y tampoco me culpaba de nada.

Al final, la oficial me dijo que mi puntaje había sido bastante alto, mucho más alto de lo que uno puede obtener. Al parecer, había asumido debido a la propaganda de difamación de Falun Gong que los practicantes tendrían enfermedades psicológicas. Empezó a cuestionar si es que los dos exámenes quizá estarían diseñados pobremente, y no cumplió con entregar un perfil científico en mi caso. Después de hablar conmigo, creía que los exámenes estaban bien diseñados, lo cual básicamente enfatizaba que mi condición psicológica era superior.

Sin embargo, sabía que mi salud mental era el resultado de mi cultivación en Falun Gong. Los exámenes entonces sirvieron para validar que la práctica no solamente tiene el poder extraordinario de curar, sino también otorga sabiduría a los practicantes, saca a relucir su bondad y los ayuda a retornar a quien es cada uno verdaderamente.

A pesar del curandero

Fue mas allá de mis expectativas que en el trascurso de buscar a un curandero, ¡encontraría el verdadero camino a la divinidad! Quién hubiera imaginado que en este mundo caótico, donde la moralidad está en declive, los dioses y los budas descendieran silenciosamente, tomando la forma de Jesús y Sakya Muni.

Las personas le están rezando a los dioses y a los budas. Sin embargo ¿quiénes son los dioses y budas genuinos? Los demonios difundieron mentiras justamente para prevenir que las personas reconozcan a los dioses, para prevenir que sean salvados. Espero que más gente pueda escapar de la confusión y en vez de eso atesorar el tiempo limitado que queda para cultivarse.

De esta manera, estas personas deben escuchar silenciosamente las persuasiones amables, diciéndole adiós al ateísmo, y tomando el camino hacia la divinidad.