(Minghui.org) La Sra. Bai Fenqin de la ciudad de Qingyang, sufrió abusos brutales desde que el partido comunista chino lanzó la persecución a Falun Gong en 1999. Fue arrestada, detenida, amenazada, extorsionada e interrogada.

Este es el relato de la Sra. Bai:

Mi nombre es Bai Fenqin. Comencé a practicar Falun Gong en 1993. Antes de eso, solía sufrir de muchas enfermedades, como nefritis, neumonía y fibrosis uterina. Como mi familia era muy pobre, no podía costear una operación u otro tratamiento médico. Solo podía acostarme en la cama y esperar la muerte. Afortunadamente, me enteré de Falun Gong durante el tiempo más complicado de mi vida. Todas estas enfermedades desaparecieron completamente en un año de practicar Falun Gong.

Mi esposo comenzó a practicar Falun Gong en 1995 después de ser testigo de mi recuperación milagrosa. Mi madre de 84 años de edad también comenzó a practicarlo. Del mismo modo recuperó su buena salud y no necesitó tomar más medicamentos. Lo más sorprendente, es que ahora ella puede leer todo el libro de Zhuan Falun. Antes de practicar Falun Gong, era una persona analfabeta.

Luego mi hermano también comenzó a practicar. Se recuperó de una enfermedad al estómago sin tomar medicamentos en solo tres meses.

Para 1999, más de 1000 personas en nuestra ciudad estaban practicando, y todos nos esforzábamos para vivir en base a los principios de Falun Gong, Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

En noviembre de 1999, a solo unos meses de que comenzara la persecución, más de diez policías irrumpieron en mi casa. Se llevaron mis libros de Falun Dafa; una foto del Maestro Li (fundador de la práctica), y otras pertenencias. Arrestaron a mi esposo y a mí. Mi esposo fue liberado después que le extorsionaron 2000 yuanes a nuestra familia. Un oficial llamado Huang me dio una bofetada tan fuerte que se me hincharon los ojos.

Luego, me transfirieron a un centro de detención. Solo por haber hecho los ejercicios de Falun Gong una vez, me encadenaron un día entero.

Al día siguiente de ser liberada del centro de detención, fui a Beijing para apelar por Falun Gong. En la plaza Tiananmen, fui arrestada y llevada al centro de detención del distrito de Haiding, donde me electrocutaron con picanas eléctricas. Mi cara entera estaba hinchada. Luego, me llevaron de vuelta al centro de detención. Finalmente, fui liberada pero tuve que pagar 2000 yuanes de nuevo.

Un mes después, fui arrestada y retenida en un centro de rehabilitación de drogas por más de diez días. Pronto, fui transferida al centro de detención Nro. 2 de la provincia de Gansu, donde estuve detenida por más de un año.

No me dejaron dormir, me forzaron a realizar trabajo esclavo, y a quedarme parada o acuclillada bajo el sol ardiente. Cuando me negué a recitar las regulaciones del centro de detención, los guardias hicieron que los reclusos me patearan y dieran puñetazos. Me esposaron a una cama de metal por un largo rato. Aún tengo dolor en las extremidades.

El 17 de julio de 2013, seis oficiales de la policía de Qianyang y la oficina 610 irrumpieron en mi casa. En ese momento yo estaba cuidando de mi nieto. Se llevaron mis libros de Falun Dafa, materiales con información sobre la persecución y otras pertenencias, incluida la mochila de mi nieto.

Me detuvieron en la comisaría de Pengyuan por dos días. Intentaron enviarme al centro de detención. Pronto me enviaron de vuelta a casa. Luego extorsionaron a mi familia 3500 yuanes.