(Minghui.org) Mi esposo empezó a practicar Falun Gong en 1997, y nos casamos en 1998. Aunque en ese momento no era practicante, en mi corazón siempre supe que Falun Dafa era bueno. Siempre apoyé a mi esposo en la validación del Fa.

A comienzos de 2013, mi esposo comenzó un grupo de estudio del Fa en nuestra casa. Cinco o seis practicantes venían al estudio todos los días. Son muy amables y se apoyan mutuamente. Después de un tiempo me uní con ellos a estudiar el Fa. Así me convertí en una cultivadora.

Pensando en Shifu en los momentos críticos

Poco después de ser cultivadora, tuve un sueño extraño una noche. Una aterrorizante mujer fantasma me sacó la lengua. No tuve miedo, pero luego intentó meterse en mi cuerpo desde el lado derecho. Me puse nerviosa e intenté gritar, pero no podía emitir sonido alguno. Intenté moverme pero tampoco pude.

Vi que seguía metiéndose en mi cuerpo. Me sentí fría y sin sensibilidad en el lado izquierdo del cuerpo. Allí tuve tanto miedo, pensé en Shifu: “¡Shifu, ayúdeme!”. De inmediato, el fantasma desapareció. Mi cuerpo volvió a la normalidad, y me desperté. Me di cuenta de que probablemente debía algo a ese fantasma en el pasado. Vino para que pagara la deuda y para evitar que practique Falun Dafa.

Esta fue mi experiencia personal. Sé que Shifu me protege. Mi esposo me dijo: “En un momento crítico, cuando piensas en Shifu, ya no eres más una persona común. Esto muestra que crees verdaderamente en Dafa y en Shifu. Debes atesorar esta preciosa oportunidad de ser Dafa dizi y debes ser diligente en tu cultivación”.

Pasando la prueba

Después de estudiar el Fa por un año, un día todo mi rostro se puso rojo e hinchado. Empeoraba a cada momento. Mi cara estaba totalmente desfigurada y la piel me dolía. Se puso tan mal que no pude ir a trabajar.

Mis amigos no practicantes intentaron convencerme de que viera a un médico. Mi esposo dijo: “No te preocupes, intenta eliminar tu miedo. Debes hacer tu propia elección”.

De verdad no tenía miedo, porque entendía que esto era una prueba para mí. Esta era una oportunidad para que elimine mi yeli. Sabía que debía hacerlo desde el punto de vista del Fa. Al séptimo día, me recuperé por completo sin ningún tipo de tratamiento.

Pasé la prueba. Esto era una manifestación de las maravillas de Dafa. Mis amigos y familiares dijeron que nunca lo habrían creído si no lo hubieran visto con sus propios ojos.