(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Gong en 1998 cuando contraje cáncer de estómago, y pronto desapareció.
Un año después, un doctor me dijo que había tenido un derrame cerebral luego de ser torturado por negarme a renunciar a mi creencia. Esto, también sucumbió.
Aquí, me gustaría compartir cómo ocurrió.
El 27 de abril de 1998 regresé del Hospital Wuhan después de haber sido tratado de cáncer. Eran las 4:00 de la tarde y mi esposa todavía estaba trabajando. Comencé a preparar la cena para nuestros hijos.
De repente sentí que alguien agarraba mi camisa, me arrastraba hacia atrás y perdí una zapatilla.
Pensé que se estaban burlando y me irrité. Cuando miré hacia la cocina, vi que un panel del techo había caído justo donde estuve parado. Se rompió sobre la sartén y llenó la sala de polvo.
Vi algo rotando pero no sabía qué era.
Más tarde me encontré con un amigo y le conté sobre el incidente. “Podía haber muerto”, comenté.
Escuchó y luego me mostró el libro Zhuan Falun. Lo abrió y me señaló la foto del Falun en la segunda página. “¿Es esto lo que viste rotando?”.
¡Era eso!
“Lleva el libro a tu casa y léelo”, me dijo. “El Maestro Li [el Fundador de Falun Gong] te salvó”.
Solo fui a la escuela por dos años. Había muchos caracteres chinos que no entendía, pero seguí leyéndolo como pude. Fue tan valioso para mí que no podía parar de llorar.
Cinco días después, vi a mi amigo nuevamente y le pedí que me enseñara los ejercicios. En esa época, tenía cáncer estomacal en su último estado, y el padecimiento a menudo me torturaba. Leí Zhuan Falun una vez, comencé a hacer los ejercicios y el dolor disminuyó gradualmente.
Un día me encontré con un amigo que era médico. “Recuerdo que tenías cáncer de estómago”, dijo. “¿Qué hospital te curó?”.
“Ningún hospital. Practico Falun Gong”.
Quedó sorprendido.
El partido comunista chino lanzó la persecución de Falun Gong el 20 de julio de 1999. Pronto fui arrestado y sentenciado a ocho años de prisión.
Un día, de repente, me desvanecí después de ser torturado. El hospital dijo que había tenido un derrame cerebral. El jefe de la división me ordenó que solicite libertad condicional médica, pero me negué. “Soy inocente. ¿Por qué necesito ser rescatado?”.
Sin embargo mi solicitud de libertad condicional, fue rechazada.
En los días siguientes, me mantuve recitando “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”.
Más tarde la prisión me envió nuevamente al hospital, y los médicos no podían creer que los síntomas de derrame cerebral habían desaparecido. Me preguntaron cómo ocurrió el milagro. Respondí que el jefe de la división sabía exactamente qué pasó.
Entonces el principal les contó: “¡Todo lo que hizo fue recitar `Falun Dafa es bueno´! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia- es bueno!”.