(Minghui.org) Como practicantes de Falun Dafa, seguimos los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Gradualmente nos volvemos honestos, genuinos y sinceros. A los demás le gusta asociarse y confiar en nosotros, contándonos sus dudas y discutiendo sus cuestiones y problemas. Durante tales conversaciones, es inevitable que haya algunos chismes, rumores o alguien que hable a las espaldas de los otros.

Cuando enfrentamos tales cuestiones, mi primer pensamiento es mirar hacia dentro y preguntarme: “¿Por qué estoy escuchando esto? ¿Tengo el mismo apego? ¿Apunta este rumor a mis brechas en la cultivación? ¿Lo que dicen mejora mi cultivación?”. Tales rumores son justo como un espejo, que nos desafían a mirar hacia dentro.

Por momentos olvido mirar hacia dentro, pero no por mucho. Cuando no puedo encontrar el apego inmediatamente, me mantengo excavando profundo. Cuando lo encuentro, lo elimino y mi cultivación ha dado otro paso adelante.

Cuando la gente se queja, ridiculiza o habla mal de otros, no encenderé el fuego. En vez, busco mis deficiencias. Esta atención al asunto particular, como estudiar el Fa, fueron fundamentales en la eliminación de fuertes apegos de odio, pelea con otros y envidia.

Sin cura ni atajos

Dos incidentes ocurrieron en febrero y marzo. Me permitieron ver mis fuertes apegos de interés propio. Me cuestioné: ¿Por qué todavía tengo esos fuertes apegos después de cultivarme hace tanto? Sé que no hay cura o atajos. Sólo puedo eliminarlos estudiando el Fa más diligentemente y mirando hacia dentro.

Hablar a espaldas de alguien puede ser un mal hábito. Por lo tanto, he decidido primero mirar hacia dentro cuando la gente degrada o ataca a otros enfrente de mi. Entonces, o bien me mantengo en silencio o le digo a la persona que no tengo que escuchar acerca de eso o que no sé si es verdad. Esto señala que no estoy interesado en ninguna discusión más de este asunto. Si no funciona, intentaré cambiar el tema o irme.

De hecho, algunas personas que hablan a las espaldas de otras, temen confrontar con los demás directamente.

Confrontando el problema

Por ejemplo, en el 2015 mi empresa había reducido la producción debido a pérdidas de ventas. Durante la recesión, el personal de la cocina tomó turnos trabajando medio tiempo.

Me dijeron que cierta persona hacía que su esposa trabajara tiempo completo. Revisé la situación, encontré que estaba diciendo la verdad y que estaba relacionado a mi trabajo. Recordé a esa persona las reglas sobre el trabajo de medio turno y le pedí corregir la situación. Lo aceptó y el asunto se resolvió.

También, alguien me contó que tal y tal bebían mucho y se comportaban mal en un club nocturno. Era mi responsabilidad hablarle. Apreció mi honesto acercamiento y pensó que realmente me preocupé por señalarle sus deficiencias.

Si alguien viciosamente ataca a otro a sus espaldas, no participo. Si lo que dicen es cierto, cambio sus palabras hirientes por sinceras y amables; y le hablo a la persona en cuestión. Siempre aceptan lo que les digo y cambian su comportamiento.

El resultado puede ser diferente, dependiendo cómo elijan actuar sobre la cuestión del chisme o hablando a espaldas de alguien. Si lo hacemos racionalmente, esto nos beneficiará. Si lo hacemos de manera incorrecta, podría volverse en un problema más grande.