(Minghui.org) Durante una de nuestras sesiones de estudio del Fa, una practicante compartió su experiencia de cómo, siempre que pasa por un pueblo, se siente culpable por no entregar materiales de Falun Gong a todos sus habitantes.

Otra practicante dijo que a la mañana siguiente iba a entregar materiales en un pueblo cercano. En aquel entonces, todos teníamos muchos apegos que limitaban nuestra capacidad de entregar materiales y, cuando salíamos, tratábamos de evitar hablar con la gente cara a cara.

A la mañana siguiente, las dos practicantes fueron a entregar materiales en los pueblos cercanos. Después, nos dijeron que habían ayudado a 17 personas a renunciar al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas. Contaron que los aldeanos eran muy acogedores y que una persona, después de haber renunciado al partido, incluso las invitó a su casa para ofrecerles agua. Otra persona agarró con entusiasmo el Minghui Semanal, y otra les dijo que había más gente en el pueblo, por lo que sería bueno seguir difundiendo la información. Como resultado, agotaron los materiales.

Al escuchar sus experiencias, nos conmovimos profundamente.

Algún tiempo después, fui con otro practicante a un pueblo, para hablar con la gente acerca de Falun Gong. Primero enviamos pensamientos rectos para eliminar los malos elementos e interferencias. Cuando llegamos a un camino principal del pueblo, hablamos con un chico de 10-12 años. Su madre se negó a recibir nuestros materiales y se alejo con su hijo.

No nos desanimamos y visitamos cada casa del pueblo. Si las puertas de las casas estaban abiertas, entrábamos a hablar con la gente. Si las puertas estaban cerradas, dejábamos los materiales fuera.

Cuando entrábamos, les decíamos: "Estamos entregando buena fortuna. Las personas que conocen la verdad tendrán buenas recompensas". Casi todos los que conocimos estuvieron de acuerdo en renunciar al PCCh o al menos aceptaron nuestros materiales. Una persona que renunció al partido nos dijo que era un buen momento para visitar a los aldeanos, porque estaban comiendo en sus casas.

Una señora que nos la encontramos en un mercado, nos dejó ayudarle a renunciar al partido y luego nos invitó a su casa para cenar. Le dijimos que nos estaban esperando en nuestras casas para cenar pero, si sus familiares estaban en la casa, iríamos para hablar con ellos. Después la seguimos a su casa, y le ayudamos a su marido a renunciar al PCCh.

En el pasado, esto no hubiera sido posible, porque solíamos tratar de evitar ser vistos cuando íbamos a entregar los materiales por la noche.

Pasaron algunos ciclistas y les hicimos señales para que se detengan y nos escuchen. La mayoría de ellos pararon y estuvieron de acuerdo en renunciar al PCCh. Una persona me preguntó: "¿Cómo tienes el valor de hacer esto?". Le dije que somos buenas personas y que la información que entregamos sólo le pide a la gente que sea buena y que renuncie al partido para estar a salvo. Pasaron unos vehículos con ventanas abiertas. Saludé a los pasajeros y les di materiales de clarificación. Les dije: "¡Conozcan la verdad y tendrán un buen futuro!".

También nos encontramos con algunas personas hostiles. Un hombre amenazó que nos iba a reportar a la policía. Le dije: "Lo que estamos haciendo es algo bueno. Apoyamos a la gente a mantenerse a salvo, ayudándole a renunciar al partido y a sus organizaciones afiliadas".

En una casa había un perro y la puerta estaba cerrada. Dejé algunos materiales y me fui. Cuando estaba a unos 50 metros de distancia en mi bici, la dueña salió a ver quién estaba allí. Me hizo señales que me alejara y luego se apresuró a entrar en su casa.

Un hombre anciano estaba leyendo el Minghui Semanal en su granja. Cuando llegué, me dijo que era un miembro del PCCh, pero aceptó felizmente el alias que le di para renunciar al partido. Además, me invitó a cenar.

Cuando íbamos saliendo de la aldea, pasó por allí un triciclo. Saludamos y le dijimos a la pareja que le daríamos un amuleto de Dafa. La pareja se detuvo a escuchar, renunció al PCCh y aceptó el amuleto.

Junto con el otro practicante, ayudamos a 27 personas a renunciar al partido en un día. A través de esta experiencia se fortaleció mi confianza, y mi xinxing mejoró mucho.

He dejado de preocuparme por el entorno o las circunstancias cuando clarifico la verdad. Hablo con la gente donde sea que me detengo. Una vez que veo gente, hablo con ellos acerca de Falun Gong y de las renuncias al partido. Muchas personas realmente deciden renunciar. Sé que Shifu me está fortaleciendo.

Me he dado cuenta que Shifu ha pavimentado nuestro camino. Sea que la gente esté parada ante nosotros, que se quede en su casa esperando a decirle la verdad, o que acepte los materiales de clarificación – Shifu ha arreglado todo. Nosotros sólo lo hacemos. Como tal, parece que ya no queda mucha maldad en otras dimensiones.

La mayoría de la gente, especialmente en las aldeas remotas, no tenía malos pensamientos acerca de Dafa, excepto unos pocos que aún temían el PCCh. Mientras podemos salir y hablar con ellos cara a cara, la gente nos va a aceptar y afortunadamente tendrá un buen futuro. Los aldeanos han abierto las puertas de par en par. Están esperando ser salvados.

Este es mi primer artículo para Minghui. Por favor, señalen amablemente, si hay algo que no esté alineado con el Fa.