(Minghui.org) Para la madre y el hijo Liu Chunli y Jia Mingzhend, que viven en Sídney, Australia, practicar meditación pacíficamente en China podría significar arresto, detención, tortura y años de prisión.

Se trasladaron a Australia en 2012, cuando Mingzhen tenía trece años. Ya pasaron cuatro años, sin embargo Jia Ye, el esposo de Chunli y padre de Mingzhen, continúa encarcelado en la prisión de Weinan en la provincia de Shaanxi.

La madre y el hijo piden ayuda, una vez más, para la liberación del inocente miembro de su familia.

Ye era empleado de la planta de energía del condado de Hu cuando el partido comunista chino comenzó a perseguir a Falun Gong en 1999. Debido a que fue a Beijing en el año 2000 a apelar por Falun Gong, fue detenido en una comisaría por un mes. Posteriormente perdió su trabajo y fue obligado a pagar una multa.

El segundo arresto ocurrió en 2001, cuando se rehusó a asistir a una sesión de lavado de cerebro diseñada para hacerlo renunciar a sus creencias. Luego fue enviado a un campo de trabajo forzado por un período de 18 meses.

Dos meses después de ser liberado, en 2002, funcionarios de la planta de energía fueron hasta su casa para arrestarlo nuevamente. Como la familia se rehusó a abrir la puerta, enviaron a guardias para que vigilaran durante todo el día.

Dos días después, Ye saltó por la ventana desde su tercer piso para escapar. Su espalda baja y tobillo resultaron seriamente heridos en la caída. No obstante, caminó cerca de 30 kilómetros para evitar ser capturado por la policía.

Ye no podía regresar a casa, de lo contrario las autoridades lo detendrían. Sin embargo fue arrestado por tercera vez en junio de 2008 y sentenciado a 8 años de prisión.

Fue mantenido en confinamiento solitario, se asignó a reclusos para que lo vigilaran todo el tiempo, y los guardias lo torturaron intentando que renunciara a su creencia en Falun Gong. En abril de 2013, lo colocaron cabeza abajo en una litera e introdujeron un líquido acre por su nariz. Debido a las continuas torturas físicas y mentales, comenzó a vomitar sangre en septiembre de ese año, pero los guardias ignoraron los síntomas y no se le dio ningún tratamiento médico.

Residente australiana Liu Chunli, con su hijo Jia Mingzhen, sosteniendo carteles en Sídney, en junio de 2015, pidiendo ayuda para rescatar a su marido detenido en China.

Mingzhen vivió rodeado de presiones y terror, creciendo sin su padre, y en medio de un acoso constante de la policía. Su padre ahora lleva 7 años y 10 meses encarcelado. Mingzhen y su madre están pidiendo ayuda para asegurar su liberación, y que la familia vuelva a reunirse.

Prisión de Weinan en la provincia de Shaanxi: +86-913-2065291, +86-913-2065007