(Minghui.org) La sangre de mi hija es de tipo A negativo. Tuvo una hemorragia muy severa durante la cesárea. Los médicos se dieron cuenta que en el banco de sangre del hospital no había la de su tipo, y tenían mucho miedo de informárnoslo. Lo único que pudieron hacer fue presionar continuamente sobre su abdomen para forzar las contracciones. Estuvo en estado crítico por seis horas. Yo creí que sobreviviría con la ayuda misericordiosa del Maestro porque siempre llevaba un amuleto de Dafa.

Mi nieta nació con una enfermedad hemolítica (los glóbulos rojos son destruidos). Durmió todo el día, no lloró ni comió, tampoco mejoró. Tenía parálisis cerebral congénita y un tumor del tamaño de un huevo en el cerebro. El médico dijo que no había esperanza para ella y que mi hija no podría tener otro bebé.

Sentí que el mundo se me acababa, todos los familiares lloraban. Mi nuera pidió que transfirieran a la niña a otro hospital en Harbin, pero respondieron que no podía viajar. También solicitamos que informen a mi hija para que fuera a verla por última vez.

Mi yerno me pidió que no le contara la situación y que solo deje que la vea.

Le dije a su familia: “Soy practicante de Falun Dafa. Quiero que la bebé escuche las conferencias de Falun Dafa. ¿Está bien si se las reproducimos?”.

Respondieron: “Haga todo lo que crea necesario. No tenemos idea qué hacer”.

Inmediatamente tomé un taxi a casa para buscar el reproductor de MP3 con las conferencias del Maestro Li. Algunos trataron de detenerme y preguntaron cómo alguien tan pequeño entendería algo. Pensaron que mi acción era ridícula, yo solo pensé que el Maestro Li podía salvarla.

En mi corazón le dije al Maestro: “Le enseñaré a la niña a estudiar el Fa y hacer los ejercicios. Ella es tu pequeña discípula. Por favor, salva su vida”.

La bebé escuchó las conferencias por más de dos horas. Más tarde, lloró y tomó un poco de leche. Mi yerno y sus tías estaban muy felices y le dijeron: “¡Escucha más! ¡Escucha más!”. Escuchó otras dos horas, tomó más leche y continuó recuperándose. El segundo día le hicieron un chequeo, todo estaba bien; y el médico desconcertado.

Muchos empleados del hospital sabían que no había tratamiento posible para mi nieta y que su condición era crítica. Pero estaba bien al día siguiente. Por lo que sorprendieron y me preguntaron qué pasó. Les conté que era un milagro de Falun Dafa.

Mi yerno dijo: “De ahora en más, nadie puede decir nada malo sobre Falun Dafa frente a mí”.

Ahora cree en Dafa y frecuentemente permite que su hija escuche las conferencias del Maestro Li. Ya no tuvo que ir más al hospital por medicinas o tratamientos. Sus tías continuaron desconfiando por algún tiempo y temiendo que todavía algo malo podía sucederle.

Ahora, la niña tiene 100 días de vida, está muy saludable y es muy inteligente. Estamos muy agradecidos a Falun Dafa.