(Minghui.org) Un practicante de 68 años, a quien con afecto llamo “hermano mayor”, todavía tiene muy buena salud. A perdido algunos dientes pero, después de comenzar a practicar Falun Gong, nuevos dientes comenzaron a crecer en sus huecos, la pérdida de pigmento en su piel, desapareció.

Era adicto a jugar Mahjong y le costaba mucho dejarlo. Se libró de ser arrestado justo antes de que la policía irrumpiera en un salón de juegos.

Experimentando la belleza de la práctica

Cuando hizo el quinto ejercicio por primera vez, tuvo un insoportable dolor en sus piernas. Recordó lo que dijo el Maestro:

“Puede surgir que estando sentado allí, te sientas tan maravilloso como si estuvieras sentado dentro de una cascara de huevo” (Zhuan Falun).

Pensó: ¿Cómo podría lograr eso? Al pensar esto, de repente entro en un estado de tranquilidad y no fue consciente de dónde estaban sus piernas.

Una noche después de comenzar a practicar, apagó las luces. El techo parecía un cielo estrellado. Era muy brillante. Lo primero que pensó fue que era un sueño, pero se dio cuenta que era su tercer ojo que estaba abierto.

Perseguido por su creencia

Fue arrestado y llevado a un centro de detención por su creencia en Falun Gong. Fue obligado a permanecer en el suelo, inmovilizado. Sus brazos y piernas estaban encogidas y esposadas. Un guardia puso un trozo de madera bajo su espalda, lo cual le causaba un dolor insoportable.

Cuando aguantó todo lo que pudo, escuchó una voz. “Si tuvieras este dolor así durante tres meses, ¿todavía practicarías?”.

El hermano mayor respondió: “Si tuviera este dolor toda la vida, aún practicaría”.

Tan pronto tuvo ese pensamiento, el dolor despareció. Se sintió como si estuviera tumbado en el sofá.

Permaneció inmovilizado de esa manera durante tres días. No le llevaron comida. Un guardia después le dio un cuenco de copos de avena y le dijo que un practicante en la habitación de al lado suyo no había comido durante días, así que el hermano mayor dijo al guardia, “Dale mis copos de avena al otro practicante”.

El jefe de la oficina 610 provincial fue al centro de detención e intentó que renunciara a su creencia, pero el hermano mayor se negó. Él en realidad usaba esta oportunidad para hablar al hombre sobre Falun Gong y la persecución. Al final, el jefe de la oficina 610 dijo: “Encontraré el mejor campo de trabajo en nuestra provincia para ti. La comida y las condiciones serán mejores para ti allí. Pero tendrás que estar allí dos años”.

Pensó: “No, el Maestro tiene la última palabra”. Comenzó una huelga de hambre para resistirse a la persecución y fue liberado 15 días después.

Un día volvía a casa de otra ciudad. En el camino, habló con dos conductores sobre Falun Dafa. Uno de ellos aceptó lo que le dijo, pero el otro no.

A medio camino, el conductor detuvo el vehículo y fue a la comisaría de policía a denunciarle. Sin embargo, la policía de allí no quería involucrarse en la persecución.

Cuando el conductor volvió de la comisaría de policía, le pidió que abandonara el vehículo. El hermano mayor le dijo que recordara que decir “Falun Dafa es bueno” le traería buena fortuna.

Eran las 8 de la tarde, y tuvo que andar solo por la carretera en la oscuridad. Parecía haber andado un poco cuando se percató que su casa estaba allí frente a él. Se dio cuanta que el Maestro le había ayudado.

Desde el pasado mayo, 200.000 personas han firmado demandas contra Jiang Zemin por comenzar la persecución a Falun Gong. El hermano mayor hizo lo mismo por un familiar. Fue a la oficina de correos y envió la demanda.

El joven de la oficina de correos se negó a enviarla por él. El hermano mayor le habló sobre Falun Gong, pero se seguía negando. Le dijo que su jefe no le permitiría hacerlo.

Así que le contó al jefe sobre la persecución de Falun Gong y que los órganos de practicantes vivos están siendo sustraídos por dinero. “Es hora de juzgar a Jiang”. Le dijo. Después de escucharle, el jefe accedió a enviarlo.