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La decisión más recta de mi vida

Feb. 9, 2016 |   Por un practicante en la provincia de Liaoning, China

(Minghui.org) Soy un contador de 56 años de edad. Antes de cultivarme en Falun Dafa, sufría de muchas enfermedades incluyendo mareos, colecistitis, y reumatismo. Tenía que lavarme las manos con agua caliente incluso los días más calurosos del verano, y si comía por ejemplo un pedazo de manzana de la heladera, me dolía todo el cuerpo.

Debido al reumatismo, tenía que usar yeso médico en mi espalda, el cual a veces se podría. Cuando tenía 32 años, incluso mi médico me decía que parecía tener 10 años más.

El 10 de marzo de 1996, es el día que nunca olvidaré. Ese día, le pedí al personal de mi trabajo que me cubriera porque iba a ir al hospital para darme una inyección para el dolor. Uno de ellos me dijo: “¿Para qué te pones inyecciones? Hoy en día, toda la gente practica Falun Gong y sus enfermedades se van sin tomar medicamentos ni inyecciones”.

“¿Si? Entonces intentaré”. Poco después de tomar esa decisión, me encontré con el libro Zhuan Falun , el libro principal de Falun Dafa, en una mesa. En la parte de atrás de la tapa, tenía una flor de loto, y esa noche me quedé sorprendido de soñar con la flor de loto del libro. Poco después de ese sueño, vi un Falun ovalado colorido del tamaño de un grano de arroz flotando para atrás y delante como si estuviera debajo de mis párpados.

Cultivación

Compré el libro de Zhuan Falun, y con gran respeto leí todo el libro en tres días. Después de terminar, estaba muy emocionado. Nunca había leído un libro tan maravilloso en toda mi vida. Pronto fui al sitio de práctica local para aprender los ejercicios. Cuando estaba haciendo el segundo ejercicio, sentí que el Maestro Li verdaderamente me estaba plantando el Falun en el abdomen. Lo podía sentir realmente.

Cuando regresé a casa ese día y me fui a dormir, tenía unas sensaciones de frío, como viento, en mi espalda. Solo que se sentían muy cómodas. Sentí que el viento salía de mi espalda el segundo día. Para el tercer día, el reumatismo, que me había acosado por décadas, desapareció. Desde entonces nunca lo he vuelto a tener, y mis mareos y colecistitis, como también otras enfermedades, todas desaparecieron.

No hay palabras para expresar mi gratitud al Maestro Li. En mi mente, era como si 10.000 palabras se formaban en una pregunta: “Maestro, ¿por qué es tan bueno conmigo?”.

En ese momento, recordé mis 56 años de vida, desde mi juventud hasta el presente. De todas las cosas que hice, las cosas que recuerdo, entre las memorias felices, dolor, tribulaciones, pena y alegría, la cosa más recto fue elegir transitar la cultivación en Falun Dafa.

Dafa salvo mi vida

Un día de 2007, iba en una camioneta por la autopista del trabajo a mi casa. Éramos tres en la camioneta, cuando de repente un enorme camión nos chocó desde atrás. Fue una situación sumamente peligrosa. Justo en el momento en que la camioneta estaba por chocar contra el guardar rail, grité: “¡Detengan el auto!”. Instantáneamente, la camioneta se detuvo.

Luego grité: “¡Falun Dafa es bueno! ¡Shifu por favor ayúdeme!”.

La cabeza y las piernas del conductor estaban sangrando. El otro pasajero tenía una herida en el pecho y respiraba con dificultad. Yo era él único que no se había lastimado.

Llamé a la policía desde mi celular. Al llegar, el policía estaba asombrado: “¿Usted estaba en la camioneta? ¿Por qué no está herido?”.

Contesté: “Es porque grité ‘Falun Dafa es bueno’ y mi Maestro me rescató”.

“Es bueno tener fe en Falun Dafa”, dijo el oficial. “He encontrado situaciones similares a la suya anteriormente”.