(Minghui.org) Cada vez más ciudadanos chinos se han sumado a la ola de demandas contra el ex dictador Jiang Zemin por la brutal persecución que lanzó en julio de 1999 contra Falun Gong. Muchos han presentado sus querellas usando sus nombres reales, pero luego fueron acosados o incluso arrestados por esa razón.

Empleador se niega a despedir a un practicante

Un practicante presentó su denuncia contra Jiang Zemin usando su nombre verdadero. Los funcionarios de la oficina 610 de la localidad comenzaron a acosarlo y querían llevarlo al centro de lavado de cerebro intentando que abandonara su fe.

Este practicante trabaja en un organismo estatal del condado. Un día, un integrante del personal de la oficina 610 llamó al director de su oficina y le dijo que informe al practicante que debía presentarse en un lugar a cierta hora. Pero el practicante no lo hizo.

El personal de la oficina 610 llamó al director y le preguntó: “¿Por qué no le informó?”.

“Lo hice”, respondió el director.

“¿Por qué no vino?”, preguntó el oficial de la 610.

“No lo sé”, respondió el director.

“Debe despedirlo”, respondió enojado el oficial de la 610.

“¿Despedirlo? Lo haría si me muestra la documentación sobre esta regulación”.

El oficial de la oficina 610 se quedó en silencio y no dijo nada más.

“¡Renuncié al PCCh!”

Otro practicante del nordeste de China fue llevado al centro de detención local porque presentó su demanda contra Jiang Zemin con su nombre real.

Al cuarto días después de su arresto, sus padres y esposa fueron a la comisaría y pidieron a la policía que lo liberara. La policía se negó.

Su padre le dijo a la policía: “Mi hijo es una buena persona, pero lo tratan como a un enemigo. Ustedes pusieron a la gente en el lado contrario al gobierno. Por esto renunciaré al partido comunista”. Y luego gritó: “¡Abajo el partido comunista!”.

Dos días más tarde, el padre de este practicante recibió un llamado telefónico de la policía y le informaron que su hijo había sido liberado.