(Minghui.org) Conocí a Falun Dafa a comienzos de 1999, y practiqué hasta el inicio de la persecución en julio de ese año. No tuve un completo entendimiento, por lo que renuncié a la práctica debido a la intensa presión por parte del gobierno. Ahora lo lamento.

Afortunadamente, en 2009 me encontré con una practicante local, y con su ayuda, reanudé mi cultivación en Dafa. Recuperé mi salud, me veo y me siento más joven. Me enfoqué en mejorar mi carácter moral y ser más paciente y honesta. Mi vida cambió para mejor, y ha sido absolutamente maravillosa.

Reanudé mi cultivación en Dafa

Me crucé con una practicante local en las afueras del Hospital de Medicina China de la ciudad en 2009. Luego de saludarnos, dijo: “¿Qué te sucede? No te ves muy bien”.

“Tengo diabetes en su última etapa y una serie de complicaciones. El mes pasado estuve hospitalizada algunas veces”.

“¿No recuerdas cómo te sentías cuando practicabas Falun Dafa? ¿No te sentías bien?”.

“Por supuesto”.

“Entonces ¿por qué no lo retomas?”.

Asentí con la cabeza. “Está bien, lo haré”. Tan pronto como estuve de acuerdo, sentí el Falun girando muy rápido en la zona abdominal. ¡El Maestro nunca me abandonó, estuvo cuidando de mí todos estos años y esperando mi regreso a la práctica! 

Cambié

Desde ese día en 2009, estudié los libros de Dafa e hice los ejercicios diligentemente. Vivo de acuerdo a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y me enfoco en mejorar mi carácter moral.

Mi cuerpo tuvo grandes cambios. Todas mis enfermedades y síntomas de dolor desaparecieron. Ahora tengo un aspecto saludable y me veo mucho más joven que personas de mi edad. Mi familia y amigos están sorprendidos. “Cambiaste mucho. Te ves tan joven que apenas puedo reconocerte”.

“Mamá, ahora eres mucho más bonita y luces más joven”, dijo mi hijo. “¿Recuerdas cuando tenías mal genio y a menudo peleabas con papá? Ahora eres muy agradable”.

Todos mis compañeros de trabajo quieren conocer mi secreto. “Mi secreto es Falun Dafa y sus principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia”, dije.

Sorprendiendo a un granjero

Dafa me enseñó a ser honesta y amable. Una vez, un vendedor en el mercado agrícola me dio algunas naranjas más de las que había pagado. Al devolvérselas, se sorprendió. “Usted es diferente”, dijo. “Todos tratan de conseguir más, pero usted me las regresó. Éstas son de mi propia huerta. Acéptelas”.

Le dije que no podía tomarlas porque practico Falun Dafa. Con curiosidad preguntó. “¿Está diciendo que Falun Dafa es bueno?”.

“Sí. Los practicantes de Falun Dafa son buenas personas porque nuestro Maestro nos enseñó a ser honestos, amables y pacientes”.

Parecía confundido. “Pero los programas de televisión dicen que todos ustedes están en contra del gobierno”.

“No estamos en contra del gobierno”, manifesté. “Jiang Zemin, en ese entonces el líder del régimen comunista, lanzó la persecución por envidia, y sus seguidores fabricaron historias para calumniar a Falun Dafa. Son todas mentiras”.

Continué y le conté sobre la práctica y cómo incontables practicantes inocentes fueron arrestados, detenidos y torturados hasta la muerte por su creencia. Luego de conocer los hechos, el agricultor estuvo de acuerdo en renunciar al PCCh. Estaba muy feliz por él.