(Minghui.org) Un chico de mi pueblo fue envenenado en su casa en julio de 2002. Como mi familia y la familia del chico no se llevaban bien, sospecharon que yo le había matado. Sin ninguna investigación ni evidencia, la policía me envió a un centro de detención y me convertí en una “asesina”.

Yo no maté al chico, así que por supuesto no pude contar a la policía como le había matado. La policía me torturó para extraerme una confesión. Me rompieron las piernas, y la piel se me cubrió de úlceras y heridas. Tenía graves convulsiones en mis extremidades y paralizada una parte de mi cuerpo, mi mente estaba nublada. El tratamiento médico no me ayudó. Estaba al borde de la muerte.

El centro de detención estaba lleno de practicantes de Falun Dafa. El director del centro de detención me dijo un día en marzo del 2003 “ve a practicar Falun Dafa con ellos”. Tenía miedo que si moría en el centro, sería la responsable. El director dio permiso a una practicante llamada Liu Xinai para que me enseñara los ejercicios para que pudiera recuperarme de mis enfermedades.

Liu me dijo que a los practicantes de Falun Dafa se les requiere un alto estándar moral y adherirse a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y que debemos ser honestos y buenas personas. Me dijo que recitara sinceramente “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno” y el Maestro me ayudaría. No podía estar de pie, así que me enseñó a practicar la meditación sentada y a enviar fuertes pensamientos rectos.

Era así de simple, pero un milagro me sucedió al día siguiente. Podía permanecer de pie y andar de nuevo. El director del centro estaba muy sorprendido. Dijo: “Tienes mi permiso para continuar practicando con ellos”. Los practicantes me enseñaron a memorizar los libros de Dafa, y mi salud mejoró día a día.

Me esforcé por asimilarme a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia para ser una buena persona. Cuidé de los compañeros practicantes que eran brutalmente perseguidos. Me sentía muy feliz por los practicantes que eran capaces de dejar el centro de detención con sus pensamientos rectos. Conté a cada interno de mi celda sobre la bondad de Falun Dafa. Compartí mi experiencia personal con ellos. Los internos recitaron sinceramente, “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Recibieron bendiciones, y sus litigios se cerraron sin problemas.

Muchos internos decían que practicarían Dafa después de que fueran excarcelados.

Al final, los guardias y los internos me llamaban “ la que práctica Falun Dafa” en lugar de por mi nombre. No me golpearon de nuevo. Una estudiante universitaria que fue encarcelada por practicar Falun Dafa fue enviada al centro de detención. Me ayudó a preparar una carta de apelación, la cual envié al tribunal intermedio. Después de una investigación y un juicio, se probó mi inocencia. El tribunal también me indemnizó con 180.000 yuanes (27.000$ ) como compensación.

Después de volver a casa, encontré a practicantes locales de Falun Dafa. Ahora estudiamos libros de Dafa y hacemos los juntos los ejercicios. También informamos a los demás sobre Dafa y la persecución.