(Minghui.org) Hace diez años, solía ser una budista devota. Empecé a practicar Falun Gong (también conocido como Falun Dafa) cuando tenía 32 años, después de que me lo presentó mi prima.

Ahora sé el significado de la existencia humana y me guío según los principios de Falun Gong, de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Todas las preguntas que he tenido sobre la vida han sido contestadas después de leer Zhuan Falun, el libro principal de Falun Gong. Ahora entiendo por qué los seres humanos venimos a este mundo y por qué no debemos desperdiciar esta vida persiguiendo objetivos de la gente común.

Inicialmente toda mi familia se opuso fuertemente a mi decisión de practicar Falun Gong. Esto fue debido a la campaña incesante de difamación planeada por el partido comunista chino (PCCh) para perjudicar a la práctica. Fue un período muy emotivo para mí. También me costó trabajo entender por qué era tan difícil practicar una disciplina tan recta.

Sin embargo, debido a mi determinación de practicar Falun Gong, finalmente mi familia dejó de oponerse. Después de que aprendieron más sobre la disciplina, leyendo los materiales informativos que les había dado, todos renunciaron al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

Varios años más tarde, mis padres y mi suegra empezaron también a practicar Falun Gong. Toda mi familia comenzó a ayudar a aclarar la verdad sobre la persecución del régimen chino en contra de la práctica. Con el tiempo, la mayoría de mis familiares y amigos también renunciaron a su membresía al PCCh.

Eventualmente aprendí a evadir el bloqueo de Internet del PCCh, preparar materiales informativos acerca de Falun Gong, hacer banners y producir CD.

Elevando mi xinxing

Al principio, sentí que Falun Gong era bueno, ya que requiere que los practicantes se comporten según principios de alto nivel. Más tarde me di cuenta de que la práctica me pide que sea desinteresada y que elimine las nociones y los apegos humanos.

Tenía una personalidad fuerte y, como tal, siempre quería hacer las cosas a mi manera. Si alguien levantaba objeciones acerca de lo que yo quería hacer, le hacía la vida imposible. Al tomar una decisión, raramente o más bien nunca, consideraba la opinión de otra gente.

Después de practicar Falun Gong, me di cuenta de que mi necesidad de controlar personas y circunstancias, era un grave defecto de carácter. Por lo tanto, comencé a ser más paciente y tolerante con mi esposo. Finalmente aprendí a comentar asuntos importantes con él, sin enfadarme.

Tanto mi esposo como mi suegra dijeron que había cambiado y que me había vuelto más amable y virtuosa.

Como resultado, mi esposo comenzó a apoyar mi decisión de practicar Falun Gong. A pesar de que él no practica, aún así me lleva en coche para resolver trabajos relacionados con Falun Gong, o me ayuda a cargar cajas de volantes y folletos.

Cuando tengo conflictos con los compañeros practicantes, escucho las enseñanzas del maestro Li y miro hacia el interior para encontrar la causa. Una vez, junto con mi padre de 66 años entregamos varias cajas pesadas de CD en el apartamento de un compañero practicante. Tan pronto como habíamos terminado nuestra tarea, el practicante nos reprochó que teníamos el apego de hacer cosas. Nos quedamos aturdidos.

"¿Qué está mal contigo?", pensé cuando ya estaba fuera con mi padre. "No es fácil entregar esos materiales pesados usando un triciclo. Si eres tan bueno estudiando el Fa, ¿por qué no lo haces tú mismo la próxima vez?".

Shifu Li dijo:

“Especialmente en estos años de persecución, entre las cosas que han hecho para validar el Fa, no importa con qué asuntos específicos se hayan encontrado, les he dicho que todo eso es bueno -y esas cosas han aparecido justamente porque te cultivas”.(Enseñando el Fa en la Conferencia de Nueva York 2008)

Me di cuenta de que mis quejas hacia este practicante se debían a mis apegos humanos. Después de compartir mi entendimiento con mi padre, este tema ya nunca volvió.

Empecé a recitar el poema del maestro Li:

“Quién tiene razón, quién no

Cultivador practicante

Busca tú mismo los errores

Elimina todo tipo de corazones humanos

No te quedes atrás en grandes pruebas, pequeñas pruebas, no pienses en caer

El que tiene la razón es él

El que está equivocado soy yo

¿Por qué contienden?”.

(Hong Yin III)

Recordé que no tenía que caer en la trampa de abrir brechas entre los compañeros practicantes. "Debería agradecerle por sus comentarios", pensé. Todos los malos sentimientos hacia esta persona habían desaparecido totalmente en el momento en que había llegado a casa.

Creando consciencia en un tribunal

Recientemente manejé dos horas para asistir a la audiencia de unos practicantes locales que habían sido detenidos hace más de un año. Cuando llegué, vi que el área estaba acordonada y había muchos policías uniformados y vestidos de civil caminando por allí.

Me dieron permiso de ingresar y asistir a la audiencia. Me conmovieron los cuatro practicantes y las declaraciones de defensa de sus abogados. Durante la audiencia, el juez interrumpió repetidamente a los abogados y pidió varios recesos innecesarios.

Sólo se les permitió el acceso en la sala de la corte a ocho miembros de la familia (dos de cada familia), sin embargo, 32 asientos estaban ocupados. Más tarde me enteré de que la oficina 610 había arreglado que 24 empleados de gobierno asistieran también a la audiencia.

"¿No vine aquí para crear conciencia acerca de Falun Gong?", me pregunté. Entonces, durante un receso de la audiencia, pregunté fuertemente: "¿Cuántos de ustedes son miembros de la familia de los acusados? A los miembros de mi familia no les permitieron el acceso, pero a ustedes sí. Los acusados siguen los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en su vida diaria; se esfuerzan por ser buenas personas".

"¿Sabían que Falun Gong se ha difundido en más de 100 países en el mundo? En cada país, excepto China, se permite practicar Falun Gong. Mis amigos en otros países practican Falun Gong. ¿Qué ley está violando Falun Gong? ¿Qué delito cometieron estos cuatro acusados?".

Todos en la sala bajaron sus cabezas y luego se fueron, uno tras otro. Aunque ninguno respondió a mis preguntas, yo sabía que habían reflexionado acerca de mis palabras rectas y solemnes.