(Minghui.org) Aunque he estado cultivándome durante casi 10 años, no tenía idea de cuál era mi apego fundamental. Hace poco estuve en estado de ánimo bajo y tuve que obligarme a leer una lección de Zhuan Falun todos los días. Algunos días, ni siquiera me podía obligar a terminar de leer una lección completa y mucho menos hacer los ejercicios.

Estaba triste por mi estado de cultivación. Descubrí que estaba más cerca de ser una persona común que un cultivador. Incluso pensé que debía dejar la cultivación.Tenía un serio dilema.

Me tranquilicé y me pregunté cómo había llegado a un nivel tan bajo. Mirando mis apegos uno por uno, encontré tantos que sentí que nunca me había cultivado verdaderamente. Las cosas que yo había hecho, fueron hechas para mostrar a otros practicantes lo grande que era.

Había argumentado que tenía razón y que otros estaban equivocados usando mis nociones humanas. Me sentí superior a los demás y engañé a otros practicantes con mis nociones humanas. De hecho, yo había mirado hacia afuera las faltas de los demás, tenía quejas, me aferraba a mi mentalidad de luchar contra otros y tenía apegos a la exhibición, la lujuria, el miedo y la búsqueda de la sabiduría mundana.

Sí, tenía tantos pensamientos degenerados. Envié pensamientos rectos para eliminarlos a todos y decidí comenzar de cero mi cultivación para convertirme en un verdadero discípulo del Maestro.

Cada uno de nosotros es discípulo del Maestro y un cultivador entre la gente común. No podemos ver los pensamientos de los demás a través de nuestros ojos humanos. El Maestro es el único que puede decir quién es un verdadero cultivador y quienes solamente están a la deriva. Nadie más está en posición de comentar sobre los estados de cultivaciónde otros.

Los practicantes que reciben más elogios son más propensosa tener algunos problemas. Soy un ejemplo típico. Tenía apegos a la fama, la exhibición y la exultación. Mientras tengamos tales apegos, las viejas fuerzas se aprovecharán de ellos para destruirnos.

Somos practicantes de Falun Dafa, así que no importa si damos elogios o los recibimos, tenemos que pensar mucho sobre nuestras palabras y acciones. No debemos complacernos continuamente o causar daño a nuestros compañeros practicantes.

Estamos cultivándonos en este mundo humano y no podemos confiar en nuestras nociones humanas para distinguir lo bueno de lo malo. Me gustaría recordarme y también a los compañeros practicantes que dejemos de fomentar nuestros apegos a la fama. No es bueno para los compañeros practicantes dar y recibir tantos cumplidos.

Todos somos discípulos del Maestro. El Maestro tiene la capacidad de decir si cumplimos con los requisitos o no. Debemos ayudarnos mutuamente señalando las deficiencias del otro. Esto es ser verdaderamente responsable con nuestros compañeros practicantes y es la manera correcta de mejorar juntos.

¡Gracias maestro! ¡Gracias, compañeros practicantes! Por favor, no duden en señalar algo inapropiado.