(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa a finales del año 1995. Como dice Zhuan Falun, podía sentir un Falun rotando en mi abdomen y entendí también que Shifu Li me plantó fuertes mecanismos de energía. Todas mis enfermedades desaparecieron; estaba en forma física y mentalmente.

Recuerdo dos historias donde Shifu me protegió durante grandes tribulaciones.

Primera historia

Fui detenido en un campo de trabajo forzado en el año 2001. El campo utilizó todo tipo de tácticas engañosas y tortura para forzar a los practicantes de Falun Dafa a renunciar a sus creencias. Yo inicié una huelga de hambre para protestar la persecución.

Al quinto y sexto día, los guardias ordenaron a otros prisioneros que no me permitieran dormir. Tenía frío, estaba mareado y sólo veía oscuridad frente a mí.

Estaba rodeado de guardias y prisioneros que habían sido manipulados por las mentiras del régimen comunista chino. Intentaron forzarme a escribir las "tres garantías" y renunciar mi práctica de Falun Dafa.

Sabía que no era diligente, pero le pedí a Shifu en mi mente que no me dejara atrás.

De repente vi a Shifu. Tenía la misma apariencia que en la foto en Zhuan Falun Vol. II. Estaba sentado con las piernas cruzadas, y había tres palabras a nivel de sus rodillas: Verdad, Compasión y Tolerancia. Las palabras brillaban con una cálida luz. Mi mente se aclaró. El estado en el que estaba era indescriptible, y mi mente se volvió muy estable.

Inicié una huelga de hambre por 15 días hasta que quedé al borde de la muerte. El campo de trabajo forzado me dejó en un hospital y se fue. Luego mi familia me llevó a casa.

Segunda historia

Viajé fuera de la ciudad para producir volantes sobre la persecución de Falun Dafa en el año 2002. Fui arrestado y enviado a un centro de detenciones. Nuevamente inicié una huelga de hambre en forma de protesta.

Los guardias hicieron que otros prisioneros me atacaran. Estaba muy débil. El centro de detenciones temía tener que asumir la responsabilidad por mi muerte, así que me conectaron a una vía intravenosa con solución salina. Gradualmente sentí que mi cuerpo se adormecía.

No abrí los ojos, pero vi una gran flor de loto aparecer cerca de mí. Se veía tan real que casi podía tocarla. También vi a muchos Fo rodeándome de forma muy organizada.

Quedé impactado pero esto fortaleció mi confianza. Mis pensamientos rectos se fortalecieron y casi no sentía dolor.

Mi huelga de hambre duró un mes. Los guardias ya no podían inyectarme con el fluido intravenoso, porque tomaba mucho esfuerzo poner la aguja en mi brazo. Decidieron llevarme de regreso a casa.

Sobreviví bajo la protección compasiva de Shifu y estoy agradecido por su misericordiosa salvación.