(Minghui.org) El grado del oro radica en su pureza. Cuanto menos impurezas, mayor es la pureza, y mayor es el grado.

Complejidad de pensamientos humanos

En mi entendimiento, el reino de los practicantes yace en la pureza de su mente. Menos distracciones, más fuertes los pensamientos rectos, y más alto es su reino.

Los alquimistas, usan un fuego feroz en su trabajo de refinamiento, porque las impurezas finales o sustancias, pueden ser separadas sólo a altas temperaturas. Igualmente, un practicante tiene que pasar por todo tipo de dificultades, porque sus profundos pensamientos malos pueden ser sólo expuestos y eliminados de esta forma.

Por lo tanto, es extremadamente importante prestar atención a los pensamientos de uno, y es especialmente importante examinar el primer pensamiento cuando los conflictos, problemas o tribulaciones aparecen. Uno debe examinar el primer pensamiento y eliminar cualquier noción que no se encuentre en el estándar de Dafa. Con sólo hacerlo puede uno constantemente purificarse y elevar el nivel en la cultivación.

Sin embargo, la dificultad yace en el hecho de que algunas veces es difícil ver a través de nuestros pensamientos debido a la complejidad de las nociones humanas, así como la interferencia causada por el sentimiento profundamente arraigado y el interés propio. Además, los pensamientos humanos, tienden a ocultarse astutamente. Si un practicante no puede enfrentarse a un conflicto y tiende a esquivar la responsabilidad con excusas, entonces agrega dificultades adicionales a la ya difícil práctica de cultivación.

Aunque algunos conflictos no son notables, hay muchos pensamientos humanos que, si podemos discernirlos, proporcionan grandes oportunidades para la cultivación. Me gustaría compartir una experiencia reciente al descubrir algunos pensamientos profundamente ocultos.

Los errores no tienen que avergonzarnos

Con mi esposa tuvimos desacuerdos sobre cómo nuestros hijos hicieron sus tareas. Luego de una gran pelea, miré adentro y descubrí mis apegos a la competencia, no querer ser influenciado por otros, y mi testarudez. Pensé: “debo encontrar mis problemas. Debo disculparme con ella”. Pero algo en lo más profundo, estaba tratando de no disculparse, lo cual reconocí como el miedo a perder la cara. Resumiendo, sabía que estaba equivocado, pero no quería admitirlo.

Para los estándares de Dafa, admitir los errores de uno, no es algo para estar avergonzado, pero ser lo suficientemente valiente para admitir los errores es lo que un practicante debe ser capaz de hacer. Todos cometemos errores, pero la clave es ser capaz de admitirlos y corregirlos en el futuro. Pero los pensamientos humanos, tienden a ir por el camino contrario, y nos impiden asimilarnos al Fa.

Disculpas condicionales

Me gustaría analizar algunas actividades mentales más profundas y sutiles que descubrí en esta situación. Cuando estaba pensando en disculparme, sentí miedo de que mi esposa me criticara. Sentí que debía evadir la situación y rever su actitud primero. Si ella era fría conmigo, preferiría esperar para disculparme; si parecía estar bien, entonces me disculparía.

Quizás ustedes ya se hayan empezado a reír de mí. De hecho, ¡mis pensamientos eran así de complejos! Mis disculpas eran condicionales: “Me disculparé si tu eres buena conmigo, voy a esperar si eres cruel conmigo”.

Cuando fui a casa para el almuerzo al siguiente día, mi esposa ya había puesto la comida sobre la mesa. Me di cuenta que su actitud había mejorado, entonces, decidí disculparme. Además, le expliqué mis pensamientos. Fue muy comprensiva.

Estrictamente hablando, mi disculpa fue menos que sincera. Luego de darme cuenta que estuve mal, debí disculparme en primer lugar, pero agregué una condición. Esta fue una disculpa condicional y no cumplió con los estándares de Dafa –¡es equivalente a añadir condiciones a mi mejora en la práctica de cultivación!

La cultivación es más que sólo hablar de la boca para afuera

Durante la tarde, decidí seguir la forma de mi esposa al educar a nuestro hijo y dejar ir mi yo para evitar conflictos. Miré a nuestro hijo haciendo su tarea. Mi esposa chequeó cuando terminó y le dijo que reescriba algunos caracteres porque se veían feos. Nuestro hijo dio un montón de razones por las cuales no debería hacerlo. Mi esposa se irritó y le dijo que reescriba todo.

Mi hijo me pidió ayuda. A pesar de que no estaba de acuerdo con mi esposa, no quería crear un conflicto nuevamente. Entonces le dije a mi hijo: “Escucha a tu madre. Reescribe todo”.

No tuvo más opción que reescribir su tarea con lágrimas en los ojos, y mi esposa seguía gritándole. Pensé: “¿para qué debo mirar para adentro? No debería hacer nada. Si él se rehusaba a reescribir y si ella no podía hacer nada al respecto, me pediría ayuda. Entonces quedaría demostrado que estaba equivocada. Por eso no debería hacer nada por ahora”.

Me gustaría analizar esta mala noción. En la superficie, no debía hacer nada para desafiar a mi esposa, y le dije a mi hijo que escuchara a su mamá, pero no estaba de acuerdo con ella en mi corazón, y había algunos malos pensamientos en mi corazón.

En lugar de compartir sus entendimientos con ella sinceramente, mi profundo pensamiento fue: "No tengo ninguna posibilidad contra ti, así que quiero ver secretamente que te avergüenzas. Esperaré y veré cómo terminas esto cuando no puedas controlar la situación”. Esto ha sucedido antes: nuestro hijo se negó a hacerlo y mi esposa no podía hacer nada más que estar allí sintiéndose molesta, y tuve que arreglar el desorden.

Observé los sutiles cambios profundos en mis pensamientos sin perder nada, como si estuviera fuera de mi cuerpo viendo mi falsedad desplegarse. Nunca había mirado las cosas de esta manera antes porque la mayor parte del tiempo me estaba centrando en las acciones de la superficie, con la resolución de mis problemas como objetivo. Esta vez sentí que estaba cultivándome a través de este incidente y no perdiendo la oportunidad.

Realmente vi mis defectos. A pesar de que no hice ni dije nada, seguía apegado y poco convencido. Estaba de acuerdo verbalmente, pero en desacuerdo en mi corazón, y esperar para ver a que los demás se avergüencen es realmente un mal pensamiento.

Últimamente he tenido muchos incidentes similares y he entendido que la práctica de la cultivación no es algo a lo que sólo debemos prestar atención, que no se trata de cuánto trabajo se ha hecho o de cuántos problemas se han resuelto. En cambio, se trata de si los pensamientos de uno realmente han sido purificados. Esta es la esencia de la práctica de cultivación.

Estas experiencias recientes han reforzado mi entendiemiento de la enseñanza de Shifu en Enseñanza del Fa en el Fahui de San Francisco:

“¿Pero acaso los dioses no están mirando cualquier idea que surge? ¿Dices que te cultivas, pero qué es xiulian? ¿Es eso el xiulian para que otros vean? ¡Eso es falso! Cómo se mueven tus pensamientos, esa recién es la verdad. Pues, ¿quién puede ver tus pensamientos? Entre los practicantes, ¿pueden ver las actividades de los pensamientos? Él solo puede ver la manifestación superficial guiada por tus pensamientos, pero él no puede ver cuál es tu propósito fundamental. ¿Quién lo puede ver? ¡Los dioses lo pueden ver! ¡Los Fashen de Shifu lo pueden ver! ¡La infinita cantidad e innumerables vidas lo pueden ver!”.