(Minghui.org) Soy un practicante joven de Falun Dafa. Aunque no soy diligente, Shifu nunca ha renunciado a mi, y me ha arreglado el mejor ambiente de cultivación.

Tomando responsabilidad por un error

Cuando mi empleador se mudó a una ubicación que quedaba muy lejos de mi casa en 2014, yo renuncié.

La gerencia me ofreció el trabajo nuevamente después de un mes, porque no pudieron encontrar a un sustituto apropiado. Ya que yo aun estaba sin trabajo, acepté la oferta porque consideré que esto podría estar arreglado por Shifu. Además, había personas que no habían oído hablar sobre Falun Dafa y la persecución.

La contadora responsable de comprar los pasajes para viajes laborales estaba fuera de la oficina. Entonces me pidieron que comprase mi propio pasaje.

Lo compré con descuento. Dada mi falta de experiencia, sin embargo, reservé la fecha y hora equivocadas. La empresa solo podía hacer la devolución de parte del precio, ya que se trataba de una oferta especial. Este error me costaría unos 600 yuanes.

Pensé sobre qué hacer. Podría reclamar por mi inexperiencia y por el hecho de que no me habían dicho sobre el procedimiento correcto. Sin embargo, el gerente y la contadora tendrían que pagar por mi error.

Shifu dijo:

“Hoy en día, la gente es justamente así; cuando se encuentra con un problema, primero evade su responsabilidad, sin importarle si tienen la culpa o no”. (Zhuan Falun)

Saqué 600 yuanes de mi cuenta bancaria y pagué por mi error. El gerente se sorprendió y buscó una forma de evadir mi error. Sin embargo, me negué. Como cultivador, debo hacer las cosas acorde a Dafa.

Pensando primero en los otros

Acepté el trabajo como contable, el cual era muy duro, porque la compañía se estaba reestructurando. Durante dos meses tuve que cancelar y abrir nuevas cuentas en distintos bancos. Mi volumen de trabajo incluía la contabilidad de las ocho empresas de mi jefe y los seguros de tres compañías. Como resultado, necesitaba trabajar alrededor de 13 horas al día, incluyendo viajes.

A veces, me sentí cansado al llegar a casa tarde por la noche, y estaba celoso de otros empleados. Después, me di cuenta que, como cultivador, debo primero pensar en las necesidades de los otros.

Mis parientes pensaban que yo era  tonto, porque la empresa estaba muy lejos de casa. Además, yo debía trabajar duro y no me pagaban muy bien. Sin embargo, le había prometido a mi jefe que no renunciaría.

Mi trabajo duro y dedicación tuvo recompensa. Me promocionaron y mi sueldo se duplicó. Si no practicase Falun Dafa, yo hubiese renunciado a este trabajo hace ya mucho tiempo.