(Minghui.org) El 18 de octubre en la ciudad de Anshan enjuiciaron a una farmacéutica acusándola de usar un culto para socavar la aplicación de la ley, un pretexto estándar utilizado por el régimen comunista chino en su intento de enmarcar y encarcelar a los practicantes de Falun Gong.

El abogado de la señora Dai Yajuan argumentó que ninguna ley en China criminaliza Falun Gong y que su clienta no debería haber sido perseguida por ejercer el derecho constitucional de libertad de creencia.

También cuestionó la autenticidad de la evidencia de la fiscalía y protestó por la violación de los derechos legales por parte de la policía.

La mujer fue retirada por la fuerza de su casa el 28 de junio. Ninguno de los oficiales mostró su identificación ni orden de registro. La llevaron a la comisaría antes de saquear la casa.

Por ley, la policía debe completar una orden de devolución de registro detallando los bienes incautados, la persona detenida tiene que estar presente y se deben anotar los artículos confiscados. A la señora Dai nunca se le dio la oportunidad de ver lo que llevaron de su casa. Su familia, que no estuvo presente durante la incursión policial, descubrió más tarde que todas las joyas habían desaparecido.

La acusación mencionó el número de libros de Falun Gong confiscados en dos lugares: en uno eran 163 copias y en el otro 169.

El abogado reconoció que de hecho su defendida era dueña de algunos libros de Falun Gong -aunque no tantos como alegaba la policía- pero su posesión era lícita y no causaba daño a nadie ni a la sociedad en general, y menos aún socavaba la aplicación de la ley.

En otra parte la evidencia de la acusación indicaba que la policía interrogó a la señora el 4 de julio y aseguró que su firma estaba en el expediente. Ella declaró que ningún oficial la visitó ese día en el centro de detención para interrogarla.

El abogado solicitó que el juez rechazara las pruebas de la fiscalía y absolviera a su cliente.

El juez suspendió la sesión sin emitir un veredicto.