(Minghui.org) El Sr. Li Waixia es un jubilado de 61 años de edad del condado de Baoqing, provincia de Heilongjiang. Comenzó a practicar Falun Gong en 1997, y la práctica le dio energía. Por negarse a renunciar a su fe bajo las demandas de las autoridades comunistas, fue retenido en un centro de detención en 2008, poco antes de los juegos olímpicos de Beijing.

Liberado después de los juegos olímpicos

El Sr. Li fue arrestado el 27 de julio de 2008, justo antes de los juegos olímpicos, por oficiales de la comisaría de Qinghe cuando él y su esposa visitaron a un viejo colega.

Fue interrogado por un policía que él conocía. Le contó los hechos verdaderos de Falun Gong al oficial y le mencionó los beneficios de practicarlo, y que los practicantes de Falun Gong son ciudadanos que cumplen con la ley.

Sin embargo, fue llevado al centro de detención de Hongxinglong. Después de tomarles sus huellas digitales, lo desvistieron dejándole solo sus pantalones. Incluso le sacaron el cinto. Luego, le colocaron unas cadenas muy pesadas en los tobillos. Sus manos fueron esposadas detrás de su espalda, con un brazo sobre su hombro y el otro sobre la parte baja de la espalda.

Representación de la tortura “encadenado con cadenas pesadas”.

El Sr. Li estuvo en la celda Nro. 6 con nueve criminales. Uno de ellos era un asesino, y los otros eran ladrones. Encadenado y esposado, Li no podía pararse ni sentarse. Por eso, no podía tomar ni comer, menos dormir o usar el baño.

La familia del Sr. Li intentó visitarlo en agosto por primera vez. Sin embargo, no se lo permitieron, y tampoco les dieron una razón.

Lo interrogaron unas cuantas veces. Mientras caminaba 40 o 50 metros cada vez, los guardias le cambiaban las esposas de la espalda y las ponían alrededor de las cadenas. Tenía que doblar su cintura 90º y levantar el peso de las cadenas para poder caminar. Cuando paraba para descansar, los guardias lo maldecían y maltrataban. Las cadenas lastimaron sus tobillos. Las cicatrices aún se pueden ver siete años después.

Este tipo de tortura duró más de 10 días. Su salud se deterioró rápidamente. Justo antes del interrogatorio, se cayó y perdió la conciencia después de caminar apenas 20 metros. Los guardias le sacaron las cadenas y las esposas. Fue liberado después de los juegos olímpicos.

Falun Gong cambia a una persona abusiva

La salud del Sr. Li era pobre antes de comenzar a practicar Falun Gong. Tenía marcas púrpura en el dorso de sus manos, un síntoma de una pobre circulación sanguínea. La piel de su pie izquierdo se puso medio negra y comenzó a emitir un olor inusual. En ese tiempo solo tenía 43 años.

No podía dormir bien. Por las noches, siempre sentía que algo en su garganta lo atragantaba; durante el día, estaba ausente. A menudo tenía dolores de cabeza y en la parte inferior de la espalda. Se sentía débil y no podía levantar nada pesado. Su nivel de energía y memoria deterioraron rápidamente.

Li tenía envidia de todos y todo. Era estrecho de mente y peleaba constantemente. Nunca admitía sus errores y jamás cedía ante una pelea. Era egoísta, sentía que su vida era injusta, y odiaba a todos a los que les iba mejor que a él.

Cuando comenzó a practicar Falun Gong, estudiaba el libro Zhuan Falun y practicaba los ejercicios todos los días. Siguió los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y mejoró su carácter. En poco tiempo, su estado físico también mejoró. En solo tres meses comenzó a dormir bien. Se sentía más energético durante el día, y sus dolores de cabeza y espalda desaparecieron. Podía de nuevo levantar objetos pesados.

Ganando el respeto de sus colegas

La empresa estatal en la que trabajaba quebró en junio de 1998 y se privatizó. Li fue ascendido a gerente de taller por la junta de directores. Estaba a cargo de más de 30 trabajadores y un depósito.

Algunos de sus empleados lo maldecían, mientras que otros lo halagaban o trataban de ganarse su aprecio. Algunos incluso llamaron a la policía para denunciarlo por ser practicante. Sus metas laborales eran muy difíciles de alcanzar, pero nunca se rindió. Manteniendo su fe en Falun Gong, trató a sus colegas con paciencia y dedicación, lentamente ganándose su respeto.