(Minghui.org) Tengo 100 años. La más joven de mis cuatro hijas estaba gravemente enferma hace 10 años. Sin embargo, poco tiempo después de que empezó a practicar Falun Gong, todas sus dolencias desaparecieron.

A menudo, me animaba a recitar: ”Falun Dafa es bueno” y “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Siento que he escapado en muchas ocasiones de sufrir lesiones corporales porque recito esas palabras frecuentemente.

Otra hija mía ha sido engañada por las calumnias del partido comunista chino (PCCh) hacia Falun Gong. Como resultado, tiene muchas reticencias sobre la práctica. Siempre que la escucho decir cosas malas sobre Falun Gong, le digo: “¡Para de ayudar al partido a difundir sus mentiras venenosas!”.

Una noche en 2007, me desperté repentinamente con la sensación de que me estuviera cayendo polvo sobre la cara. Unos segundos después de moverme al otro lado de la cama, escuché un fuerte estruendo.

Encendí mi linterna y descubrí que un gran trozo del techo de tejas y barro, había caído justamente en el sitio del que me había quitado. Si no me hubiera quitado, sé que no habría sobrevivido. Cuando miré hacia arriba, vi un gran agujero en el techo, mi habitación no tenía cubierta.

Contemplé con calma el incidente y me di cuenta que fue el Maestro Li quién me despertó. Dije en voz alta: “¡Gracias Maestro por salvarme la vida!”.

He tenido resbalones y caídas hasta en ocho ocasiones durante los últimos años, sin embargo, nunca he sufrido ninguna lesión seria. A continuación expongo algunos ejemplos:

Un día, tropecé y caí sobre unas pequeñas piedras decorativas que rodean mi rosal. Aunque me magullé los pies y se me hincharon, no sentí ningún dolor. Me mantuve recitando: “Falun Dafa es bueno”, y tres días después estaba totalmente recuperado.

Hace dos años, perdí el equilibrio y me golpeé en la cabeza con un poste. Una de mis hijas estaba en casa en ese momento y corrió fuera cuando escuchó el gran estruendo.

Cuando me vio tendido en el suelo, empezó a llorar: “¿Estás bien? ¿Vamos al hospital?” me preguntó. Le dije con calma: “Estoy bien. El Maestro Li me protege. No te preocupes”.

Advertí que había un gran bulto en un lateral de mi cabeza, que me dolía un poco. En vez de recurrir a los medicamentos, empecé a recitar: “Falun Dafa es bueno” y me recuperé en cinco días.

Mis hijas invitaron a nuestros vecinos y a algunas autoridades locales a nuestra casa para celebrar mi cumpleaños número 100. Fue una fiesta muy concurrida.

A la noche siguiente, me sentí mareado durante la cena en casa de mi hija menor. Poco después, me desmayé en sus hombros, perdí la conciencia. Ella me gritó: “¿Estás bien? Por favor, recita Falun Dafa es bueno”. Después, desperté y noté que aún me sentía bastante mareado. Dije muy lentamente: “Falun Dafa es bueno”.

Me encontré totalmente recuperado en unos pocos días, y ya volví a ser capaz de cuidarme solo. Mis hijas se turnan, para visitarme por las tardes, para asegurarse de que estoy bien.

Siempre les digo: “Agradezco vuestra preocupación, pero por favor, presten atención a vuestros propios asuntos. ¡Estoy bien!”.