(Minghui.org) Hace más de treinta años, me diagnosticaron un tumor óseo. Fue la época más difícil de mi vida. Mi esposo se había lesionado en el trabajo y estaba hospitalizado. Teníamos un niño pequeño y nuestra situación financiera era grave.

El dolor extremo que me provocaba el tumor me llevó a un nuevo tratamiento que estaba en período de prueba. Los médicos quitaron dos trozos de mi fémur tumoroso y lo reemplazaron con astillas óseas propias. Me insertaron dos varillas de acero de casi sesenta y un centímetros de largo en la médula. Las soldaron juntas y luego las aseguraron con cuatro tornillos de treinta centímetros de largo y dos juegos de alambre de acero.

A menos de una semana de la cirugía, las piezas de acero se rompieron dentro de mi cuerpo y la médula comenzó a infectarse. No me podía mover, hablar ni llorar. Era como si estuviera en estado de coma.

Afortunadamente sobreviví. Estuve en cama por dos años sin moverme, enyesada desde los pies hasta el pecho. Posteriormente, durante los siguientes diez años sólo pude caminar con la ayuda de dos bastones.

Mi salud física era muy pobre. El ritmo cardíaco era irregular. No podía digerir fácilmente los alimentos fríos, ni levantar o transportar algo pesado.

Los médicos estaban muy preocupados por mi condición. A menudo me recordaban que mi tumor óseo era incurable y que fácilmente podía morir si no me cuidaba. A pesar de mis debilidades físicas, todavía luchaba por fama y ganancias. Descarté sus sugerencias porque aún anhelaba los beneficios de la vida cotidiana.

Sólo fui capaz de dejar ir esos apegos y recuperar la calma hace 20 años, después que comencé a practicar Falun Dafa. Tan pronto lo hice, experimenté cambios físicos milagrosos.

Mi ritmo cardíaco pasó a ser regular una hora después que empezara con los ejercicios, y ha sido normal desde entonces. Dentro de las dos semanas siguientes, fui capaz de caminar sin bastón y no tuve más problemas digestivos.

Me volví más fuerte. Ahora puedo levantar casi cinco kilos con una mano. Incluso mis ojos miopes se normalizaron después de décadas de usar lentes.

Tuve varios accidentes sin lesiones. Una vez me caí y me golpeé la parte posterior de la cabeza, lo que causó un gran chichón. Me incorporé inmediatamente y media hora más tarde, cuando fui al grupo de estudio del Fa, el dolor había desaparecido.

En otra oportunidad me caí por unas escaleras de varios metros de altura. Me puse de pie y me marché sin ningún problema.

Tuve tres accidentes con fractura de huesos, pero me recuperé por completo en cuestión de días por hacer diariamente los ejercicios de Falun Gong y estudiar el Fa.

Ahora tengo 70 años. En los últimos 20 no gasté ni un centavo en medicinas ni tratamientos, y he estado más sana que nunca.

Falun Dafa me dio una nueva vida. ¡Si más personas practicaran Falun Gong, nuestro mundo sería mucho mejor!