(Minghui.org) Una practicante llamada An An, de nuestro grupo de estudio del Fa, experimentó ye de enfermedad en 2005. Con la ayuda del grupo, salió delante de la tribulación después de ser testigo del poder extraordinario y maravilloso de Falun Dafa.

La primera vez que An An tuvo síntomas, no les prestó importancia. Luego tuvo un sueño donde seres perversos le decían que querían llevarse su vida. Fue entonces que se puso alerta. An An habló del ye de enfermedad con otros practicantes y les pidió que enviaran pensamientos rectos para ella.

Empezó a faltar al estudio del Fa y estaba demasiado relajada en la cultivación. Como resultado, sus síntomas empeoraron. Le diagnosticaron cáncer cervical.

Los practicantes estudiaron el Fa, enviaron pensamientos rectos y compartieron experiencias con ella. También la alentamos a buscar apegos y rectificarse para que el mal no se aproveche de sus brechas.

Tal vez todos aquellos que ayudaban a An An estaban enfocados en pedirle que busque sus propios apegos, sin darse cuenta que rectificarse ellos mismos también impactaría en ella.

Al principio le echaron la culpa por no haberse cultivado bien. Como resultado, la situación de An An no mejoró incluso después del envío de pensamientos rectos. Sufrió un edema, dolor de estómago y tenía dificultad para orinar.

Después de algunos intercambios, nos dimos cuenta que teníamos que dejar de señalarla con el dedo. Nos dimos cuenta que primero nos teníamos que rectificar nosotros mismos, para no agregar materia negra sobre su situación.

Nos dimos cuenta que teníamos que tomar esto como una preocupación propia. Shifu nos enseñó:

“Las cosas que a él le conciernen, también te concierne a ti, y lo que a ti te concierne le concierne a él también”. (Exponiendo el Fa en el Fahui de Washington DC 2002)

Después de iluminarnos a esto, enviamos fuertes pensamientos rectos para desintegrar la persecución del mal. Luego An An se puso mejor y envió a los practicantes a sus casas con una sonrisa en su rostro.

Al día siguiente, dos practicantes fueron a ver a An An. Para su sorpresa estaba muy mal, su cara estaba hinchada al punto de estar irreconocible. Avisamos a todo el grupo de enviar pensamientos rectos.

Por la noche, todos fuimos a su casa. Era como si la tribulación se hubiera intensificado al límite. Tenía tanto dolor que quería renunciar. Su familia también quería llevarla a un hospital.

Nos juntamos todos a discutir nuestros entendimientos, y vi que nos habíamos rectificado y formando un grupo. Por eso las viejas fuerzas intensificaron la persecución en su intento de hacer que An An renuncie a la cultivación, para finalmente llevarse su vida.

Entonces solidificamos nuestros pensamientos rectos y decidimos no engañarnos con la apariencia superficial de la cosas. Baibai, un practicante, le pidió a la familia de An An que esperara tres días para llevarla al hospital. Luego le dijo a An An: “Aguanta por tres días. Estarás bien. No te des por vencida. Tenemos el Fa y a Shifu con nosotros. Nadie nos puede tocar”.

Shifu dijo:

“Con los dizi repletos de pensamientos rectos,
el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo”.

(Bondades entre el Shifu y los dizi)

Decidimos quedarnos en su casa todo el día estudiando el Fa y enviando pensamientos rectos. Baibai también pidió el día libre para quedarse en lo de An An.

En ese punto, An An ya no podía ver. Cuando era su turno de leer, ella solo repetía después de los demás. Sin embargo, sus pensamientos rectos se fortalecieron, y al día siguiente, podía ver y leer sola.

Luego su hinchazón comenzó a ceder, y se puso bien. Durante esos tres días, todos los que la ayudamos tuvimos una fe indestructible en Shifu y Dafa.

Después de esta experiencia, nos iluminamos al hecho de que los requisitos para los practicantes de Falun Dafa son mucho más altos ahora con la Rectificación del Fa. Mientras las viejas fuerzas perversas continúan atacándonos sin piedad, algunos están experimentando la prueba de la vida y la muerte.

Si seguimos las enseñanzas de Shifu, mejoramos como un todo, y formamos un cuerpo poderoso, las viejas fuerzas no tendrán manera de perseguirnos. Verdaderamente se desintegrarán con los pensamientos rectos de los practicantes.