(Minghui.org) Me gustaría compartir algunas experiencias de cultivación acerca de un reciente incidente en nuestra área cuando, al eliminar nuestros apegos humanos y al trabajar juntos, como un solo cuerpo, logramos rescatar en 15 días a los compañeros practicantes arrestados.

El 30 de agosto de 2016, algunos practicantes de nuestra área fueron seguidos por policías encubiertos cuando clarificaban los hechos a la gente. Tres fueron detenidos ilegalmente y llevados a la comisaría local.

Me enteré ese día, a las 7:40 p.m., y corrí a la comisaría. Un grupo de practicantes ya estaba allí, y había denunciado la estación de policía al sitio web Minghui. Intentamos esclarecer los hechos a la policía y exigir la liberación de los tres practicantes, pero sin éxito.

Pasaron varias horas. Algunos practicantes se fueron a casa, pero ocho nos quedamos. Nos sentamos en nuestros coches para enviar pensamientos rectos cerca del lugar.

Tres coches de policía salieron de la estación después de las 2:00 a.m. A las 3:50 a.m. aproximadamente, escuchamos un alboroto y policías hablando a través de altavoces. Los vi empujando a dos practicantes en un coche y alejándose. Uno de los tres había sido liberado anteriormente.

Los seguimos hasta el centro de detención y vimos a los dos practicantes.

Llegué a casa como a las 5:00 a.m. Me sentía terrible y vacío. No mucho después, los practicantes comenzaron a llamarme para saber lo que había sucedido, y algunos también vinieron a mi casa. Empecé a quejarme de ellos en mi corazón: "¿Dónde estuvieron antes? Ahora es demasiado tarde".

También me resentí con los practicantes que no quisieron llamar por teléfono a la comisaría cuando se lo pedí. Al final, tuve que buscar un coche y, junto con otros cinco practicantes, tratamos de llamar al jefe de la comisaría de policía. Nuestras llamadas entraron, pero nadie contestó.

Decidimos enviar mensajes de texto al jefe de la policía, pero solo el teléfono de una practicante podía hacerlo. Mientras ella estaba escribiendo el mensaje, un practicante tocó en la ventana, diciendo que necesitaba usar el coche. Comencé a quejarme de nuevo en mi corazón: "¿Cómo puedes ser tan tonto que ni siquiera te das cuenta de lo que es importante? No sabes lo que estás haciendo".

Tratamos de llamar al jefe de policía otra vez, pero tampoco contestó. A las 22:40 p.m., como teníamos que descargar el software para poder enviar mensajes usando nuestros teléfonos, nos dirigimos a un practicante local para pedirle ayuda. Viendo la expresión en su cara, comencé a molestarme de nuevo, pensando: “No te importa mucho, porque no te sucedió a ti”.

En nuestra área, hay decenas de celulares que pueden hacer llamadas de clarificación de la verdad, pero sólo unos pocos cumplieron sus propósitos en momentos críticos.

Algunos practicantes no fueron notificados del incidente, algunos recibieron la información pero fallaron en difundirla y sólo enviaron pensamientos rectos por su cuenta. Ellos sólo hicieron lo que se les dijo, sin pensar en cómo cooperar más activamente con todo el cuerpo. Había también otros que iban a enviar pensamientos rectos cerca de la estación, pero luego se iban a sus casas por varias razones. Los que no se enteraron del incidente, se fueron a la cama temprano.

Viendo los problemas, surgieron mis apegos humanos. Perdí mi temperamento y critiqué a los compañeros practicantes duramente –un comportamiento típico de alguien adoctrinado por la cultura del PCCh. Quería que ellos hicieran lo que yo consideraba apropiado y a mi manera.

Pensé que tenía buenas razones para perder mi temperamento, porque lo que decía y pensaba era lo recto: si no perdía mi temperamento, no iban a recordar lo que les dije.

Me quejé de los demás incesantemente e interferí con el ambiente de cultivación.

Mi conducta era contraria a los principios del Fa y de la cultura y los valores tradicionales. Bajo la superficie se ocultaban mis apegos de validarme, la mentalidad de contender y la envidia. Al principio, no me di cuenta que mi conducta no era conforme a los principios del Fa.

Mientras seguí estudiando el Fa, comencé a sentir que mi manera de hacer las cosas era equivocada y, poco a poco, ya no insistí tanto en mis opiniones. Mis apegos humanos también se inflan menos cuando escucho comentarios negativos. Me volví más tranquilo en manejar las cosas que escucho o encuentro.

Especialmente después de que estudié varias veces el jingwen de Shifu ”Los Dafa dizi tienen que estudiar el Fa”, me volví mucho más tranquilo. Miré hacia adentro y me di cuenta de que no lo hice bien en diferentes áreas. Por ejemplo, me uní al proyecto de las llamadas cuando todo el mundo tenía el entusiasmo de hacerlo. Participé en casi todos los proyectos, pero fallé en hacer con mi corazón lo que me correspondía, y menos aún cooperé con los demás con pensamientos rectos.

Hice muchas cosas basado en mi ego, y mi manera de pensar influenciada por la cultura del PCCh interfirió con el trabajo como un solo cuerpo de los compañeros practicantes. Sentía que había defraudado a Shifu, y me di cuenta que me costaba trabajo dar la cara ante los practicantes que había criticado tan duramente. No pude superar este sentimiento por varios días.

Entonces me pregunté: "¿Por qué no puedo enfrentar estos asuntos con dignidad? Debería eliminar estos apegos humanos ahora, que ya los he encontrado. ¿Cómo puedo permitir ser atrapado por un ego tan grande? Ser incapaz de enfrentar mi orgullo y mirar la cultivación con una mentalidad humana son, en esencia, un indicio de no tener fe en Shifu y en el Fa".

Poco a poco me volví más lúcido acerca de mis verdaderos pensamientos y verdadero ser. Me di cuenta que debo estudiar bien el Fa y cultivarme en el Fa en todo momento, para que pueda llevar a cabo mi papel como una partícula del Fa y salvar a más gente. Comencé a basar mi conducta en las enseñanzas de Shifu para cooperar con los demás en armonía.

Los compañeros practicantes también se dieron cuenta dónde se habían quedado cortos en su cultivación.

Durante los próximos 15 días, un grupo de estudio del Fa envió pensamientos rectos cada día, cerca de la estación de policías. Cuando regresaba, compartíamos juntos para buscar cualquier apego humano como, por ejemplo, si deseábamos que los practicantes detenidos sean liberados pronto, si enviábamos pensamientos rectos para fortalecer sólo a nuestros practicantes locales o para fortalecer a todos los compañeros practicantes detenidos, o si difundíamos rumores cuando los escuchábamos. Poco a poco, todos hemos mejorado y nos rectificamos en el Fa.

Un practicante reunió todos los números de teléfonos de las comisarías de policía locales, comités de barrio y personal de la comunidad, ayudó a los practicantes a guardarlos en sus teléfonos, y les enseñó cómo enviar mensajes. También imprimió una lista de los oficiales de la comisaría de policía local y se la entregó a los practicantes, para que puedan esclarecer los hechos por escrito, llamando o enviando mensajes de texto.

Cooperamos bien como un solo cuerpo, y cada uno estuvo haciendo lo que pudo proactivamente, con el Fa guiando nuestras acciones.

Unos 15 días más tarde, los practicantes detenidos fueron liberados. Los recogí en la mañana del Festival del Medio Otoño.

En la tarde, después del estudio del Fa grupal, compartí francamente acerca de mis carencias en la cultivación. Le pedí disculpas a Shifu y a los compañeros practicantes.

Gracias a la compasión de Shifu y a la tolerancia y comprensión de los compañeros practicantes, pude ver dónde me había quedado corto. Decidí aumentar mi capacidad de compasión y de aceptar las diferencias. Me voy a cultivar diligentemente cada día, voy a cooperar bien con todo el cuerpo y salvaré a más gente.

Por favor señalen amablemente cualquier cosa inapropiada.