(Minghui.org) Cuatro policías irrumpieron en mi domicilio en noviembre de 2015. Saquearon el lugar, confiscaron mis libros de Falun Gong, material informativo y una computadora.

Me llevaron a la comisaría y me mostraron mi querella penal contra Jiang Zemin, la que había enviado por correo a la corte suprema popular.

Un oficial me preguntó si fui yo el autor de la querella, y le dije que de hecho la había escrito yo mismo. Me preguntó por qué. “¡Para hacer justicia y exponer el mal!”, respondí.

“¿No sabes que es ilegal hacer esto?”.

“En estos 16 años, he sido arrestado y sufrido lavado de cerebro en centros de detención muchas veces”.

También le conté sobre los beneficios que tuve al practicar Falun Dafa. Dije: “Compañeros practicantes y yo hemos tenido una experiencia extraordinaria desde que empezamos a practicar. Además, tantos en todas partes del mundo ahora saben que Falun Gong trae sólo beneficios y no hace daño”.

“Además”, agregué, “estoy ejerciendo mi derecho legítimo a demandar a Jiang Zemin, que lanzó la persecución a Falun Gong. Y está en sus manos elegir el lado de la justicia también”.

Desde el momento en que entré en la comisaría, mantuve pensamientos rectos y fe firme de que Shifu estaba a mi lado. Tomé esta oportunidad para expresar todo lo que estaba en mi mente. Los oficiales, no actuaron más allá de los límites de la razón, sino que escuchaban en silencio y respetuosamente.

Al día siguiente, sin embargo, intentaron ingresarme al centro de detención. Pero los exámenes de admisión física mostraron que estaba “enferma”.

En realidad, si creemos en el Fa y en Shifu con fuertes pensamientos rectos, nadie podrá perseguirnos.

Antecedentes

En 1999, Jiang Zemin, como jefe del partido comunista chino, ignoró a otros miembros permanentes del comité del politburó y lanzó la violenta represión a Falun Gong.

La persecución ha llevado a la muerte a muchos practicantes de Falun Gong en los últimos 16 años. Muchos más han sido torturados por su creencia e incluso asesinados por sus órganos. Jiang Zemin es directamente responsable por el comienzo y continuidad de la brutal persecución.

Bajo su dirección personal, el partido comunista chino estableció un órgano extra legal de seguridad, la “oficina 610”, el 10 de junio de 1999. La organización ignora las fuerzas policiales y el sistema judicial al llevar adelante las directivas sobre Falun Gong: arruinar su reputación, cortar sus recursos financieros, y destruirlos físicamente.

Después de 2002, Jiang ya no estaba al frente del PCCh, pero ha ejercido gran poder desde las sombras, a través de la red de oficiales que él mismo había nombrado.

La ley china permite a los ciudadanos ser demandantes en causas penales, y muchos practicantes están ahora ejerciendo ese derecho presentando demandas penales contra el ex dictador.