(Minghui.org) Soy gerente de ventas en una compañía financiera y gano 500.000 yuanes al año. En los últimos años, las ventas totales han bajado drásticamente debido a la recesión económica interna, pero mis ventas han ido aumentando. Sé que mi Maestro, Li Hongzhi, el fundador de Falun Gong, me está cuidando.

Hay un refrán en el mundo comercial que dice: "El cliente es Dios". Es decir, cuando hay más clientes, hay más dinero. Mientras que otros estaban haciendo todo lo posible para encontrar más clientes, en mi caso, los clientes vienen a mí. He vendido bien y he tenido muchos clientes leales.

Al final del primer trimestre del año pasado, había superado mi objetivo anual de ventas. Debido a esto, mis superiores me invitaron a la sede, al entrenamiento de los gerentes de ventas, para compartir mis experiencias exitosas.

Les compartí, sin reserva, el “secreto” de mi éxito durante los últimos 10 años: soy practicante de Falun Gong.

Hace más de 10 años, fui degradado de un puesto de gestión de ventas porque me negué a renunciar a mi creencia en Falun Gong. No tenía ninguna experiencia en ventas y fue un momento difícil para mí, pero no me desanimé.

Traté a los demás con la sinceridad, bondad y perseverancia de un practicante, y pronto me gané la confianza de los clientes. Al confrontarme con ventas lentas o competidores irrazonables, utilicé la sabiduría que he obtenido por practicar Dafa para resolver los problemas y mi rendimiento en el trabajo mejoró rápidamente. Los ejecutivos de la compañía me han estado elogiando muchas veces en la Asamblea General y les recomiendan a otros empleados que aprendan de mí.

Pie herido se cura después de practicar

Hace tres años, acompañé a un cliente en una excursión de un día. Me tropecé con alguna grava en una carretera de la montaña y me herí el pie izquierdo. La lesión era grave y no podía caminar, así que el cliente pagó para que me llevaran a bajar la montaña en un caballo y me pidió varias veces que vaya al hospital, pero me negué.

Por la noche, tuve que lidiar con un dolor terrible para hacer la meditación sentada. Mi pie izquierdo estaba muy hinchado y se deslizaba hacia abajo, así que tenía que colocarlo repetidamente en su posición. Después de hacer esto varias veces, empecé a sudar mucho por el dolor. Finalmente, fui capaz de sentarme con las piernas cruzadas, pero los segundos parecían horas.

El dolor me estaba atormentando y no podía dormir. Recité en silencio una y otra vez: "Difícil de soportar, se puede soportar" (Zhuan Falun) y le pedí a Shifu que me bendiga. De repente, sentí ondas calientes fluyendo lentamente hacia arriba de mi rodilla izquierda y un Falun giró en mi tobillo. Todo mi cuerpo fue rodeado de una inmensa energía y el dolor desapareció.

Al día siguiente, me fui a trabajar como de costumbre. Me tomó una hora para recorrer la distancia que solía hacer en 10 minutos. Mis colegas vieron que tenía el tobillo hinchado y la planta del pie negra y me aconsejaron ir al hospital y descansar un poco. Les sonreí y les dije: "No es nada". Seguí trabajando, no pedí permiso ni por un día e incluso fui en un viaje de negocios. Dos meses después, mi lesión se había curado sin tratamiento.

Shifu me guía para instalar un sistema informático

El año pasado, cuando un sistema software dejó de actualizarse, contacté a una compañera practicante, pidiéndole que me ayudara a instalar la última versión. Ella estaba muy ocupada y me envió una memoria USB con el software del sistema. No sabía qué hacer, porque nunca antes había instalado el sistema.

Las palabras de Shifu me vinieron a la mente: "difícil de hacer, se puede hacer" (Zhuan Falun). Decidí intentarlo. Prendí mi computadora e inserté la memoria USB. ¿Qué seguía? De repente, un pensamiento brilló en mi mente: "Haz clic en el icono verde". Lo hice y apareció una ventana en inglés que no podía leer. "Haz clic en la barra en inglés del medio" pensé, y el sistema se instaló. Sorprendido, me di cuenta de que Shifu me fue guiando, y rompí en llanto. ¡Gracias, Shifu! ¡Gracias!

Dos semanas más tarde, la compañera practicante me dijo que la memoria USB que me había enviado tenía un error de programa y no se podía utilizar. Se maravilló cuando se enteró que había instalado el sistema correctamente.

Recompensada por ayudar a un practicante

Una de mis colegas cree en Falun Gong, pero no es una practicante. Ella ha estado casada por muchos años pero era estéril. Había acudido a diversos hospitales y templos, pero no cambió nada.

Una mañana, varios policías se presentaron en nuestro lugar de trabajo. Ella corrió a mi oficina para avisarme y movió mis discos duros portátiles y las tarjetas bancarias a su cajón. Después de que los oficiales me llevaron, notificó a mi familia acerca de la detención y les consoló.

Dos meses más tarde, ella descubrió que estaba embarazada. Ahora, mi colega le dice a todo el mundo que su hijo es un regalo de Dios y que le traje buena suerte. Le dije que era recompensada por proteger a un practicante de Falun Gong.

Bendecidos por recitar "Falun Dafa es bueno"

Una de mis amigas me llamó al mediodía, sollozando. Su hijo había estado en un accidente de coche, y el doctor le dijo que la pierna debería ser amputada. Me apresuré al hospital y les dije: "Falun Gong puede hacer milagros. ¿Están dispuestos a intentarlo?". La madre y el hijo respondieron al unísono: "¡Sí!". Así que les dije que recitaran sinceramente: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!”.

Mi amiga me llamó la noche siguiente y me dijo que había ocurrido un milagro: el médico había dicho que la amputación ya no era necesaria, ya que la sangre empezó a circular, de repente, en el músculo necrótico de su pierna. Incluso los médicos pensaban que era increíble.

Cuando los visité en el hospital, mi amiga no paraba de agradecerme. Le dije: "El Maestro de Falun Dafa salvó a su hijo". Ella dijo: "Gracias, Maestro de Dafa. Seguro les diré a los demás lo que sucedió, para que se puedan beneficiar".