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Un generoso y disciplinado Ministro de Ritos

Ago. 15, 2015 |   Adaptado de “Educación Moral” a través de Reflexiones antiguas y la Historia de la Dinastía Ming

(Minghui.org) Yang Zhu vivía en el condado de Wu, que se encuentra en lo que actualmente es la provincia china de Jiangsu. Alcanzó el cargo de Ministro de Ritos en la corte imperial de la dinastía Ming (1368 d.C. -1644 d.C.).

Yang fue conocido por su imparcialidad e integridad a lo largo de toda su carrera. De generación en generación se han transmitido historias sobre su paciencia, tolerancia y honestidad.

Tolerancia excepcional

Yang provenía de una familia pobre. Sus padres murieron cuando era un adolescente. Al igual que su hermano mayor, Yang fue a Wuchang para unirse al ejército y después de algún tiempo se convirtió en maestro.

Su amigo Yang Shiqi, un hombre muy talentoso pero pobre, tenía que buscar alojamiento y comida gratis una y otra vez. Por solidaridad, Yang Zhu recomendó a su amigo al dueño de la escuela para que ocupase su puesto. Yang Zhu luego tomó un trabajo como maestro en una zona remota.

El empleado del cementerio que custodiaba la tumba de la familia de Yang Zhu le informó a Yang que la lápida de sus ancestros había sido derribada por un chico de la aldea. Se creía que esto era una cosa terrible, que arruinaba las bendiciones de las generaciones actuales y futuras de la familia Yang.

En lugar de exigir justicia, Yang preguntó si el niño había resultado herido y el empleado le dijo que estaba bien. Yang se quedó tranquilo. Hizo que el empleado les dijera a los padres del niño que cuidaran bien del niño y que lo perdonaran por lo que hizo.

Vendió su preciado burro

Como Ministro de Ritos, Yang vivió una vida sencilla en la capital. No usaba la silla de manos para transportarse, sino que montaba un burro. Le gustaba el burro y lo montaba para ir a trabajar en la corte imperial. Cuidaba mucho al burro y a menudo lo alimentaba él mismo después que regresaba del trabajo a su casa.

Siendo ya un hombre mayor, el vecino de Yang tuvo un hijo. Este niño siempre lloraba debido al constante rebuzno del burro. Le habló a Yang sobre el problema. Yang vendió inmediatamente su burro. A partir de entonces iba a todas partes a pie.

No ofenderse ante las fechorías de otros

En su ciudad natal un vecino encontró una manera de dirigir la lluvia hacia su patio. Cuando su familia se quejó acerca de esto, él les escribió diciéndoles que así iba a haber más días soleados que días de lluvia.

Este vecino invadió su propiedad erigiendo un muro que le quitaba más de tres pies a la tierra de su familia. Su familia le pidió que interviniera. Yang no pensó mucho en ello y le escribió a su familia.

"No peleen sobre la tierra sin usar. Toda la tierra pertenece al Emperador. ¿Realmente importa sacar provecho de tres pies más?".

El vecino se conmovió mucho. Además de devolverles la tierra movió la pared de nuevo a su patio.

Cuenta la leyenda que cuando los vecinos se enteraron de que un grupo de pandilleros estaban planeando robar a la familia Yang, formaron en el vecindario un grupo de vigilancia. Esta acción salvó a la familia Yang de tener su propiedad y su vida amenazada.

Una noche Yang tuvo un sueño. Se acercó a un huerto y tomó y comió dos ciruelas que estaban a baja altura. Cuando se despertó, estaba arrepentido.

"Todo esto fue debido a mi falta de conocimiento profundo acerca de la justicia y las ganancias personales", pensó él. "Esto ha traído como consecuencia que tomara las ciruelas del huerto de otra persona”.

Después de eso, se puso estándares aún más altos, incluso cuidando sus pensamientos en sueños.