(Minghui.org) “En 2011, cuando casi cumplía 18 años, leí el libro Zhuan Falun, y decidí cultivarme en Falun Gong. Fue el mejor regalo de cumpleaños que podía recibir”, dijo Ghazal Tavanaiei, una joven iraní, a un corresponsal de Minghui.

Ghazal Tavanaiei, joven iraní, practicante de Falun Gong.

Ghazal vive en Dubai con sus padres y hermana. En 2007, su padre obtuvo una copia de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Gong, y comenzó su camino de cultivación.

Ghazal dijo: “Quizás muchos extranjeros piensen que los iraníes vivimos en una sociedad cerrada. Pero de hecho, muchos iraníes están abiertos a prácticas como Falun Gong, que mejoran cuerpo y mente. Muchas personas en Irán creen que las enseñanzas de Falun Gong, Verdad-Benevolencia-Tolerancia, son grandiosas”.

Contó al corresponsal de Minghui los grandes cambios que tuvo luego de que comenzara a practicar Falun Gong.

“Ahora soy menos ambiciosa, y más considerada con los demás”, dijo. “He encontrado el significado de la vida”.

“A veces peleaba con mi hermana menor. Ahora, ella me pregunta porqué ya no discuto más”.

Muchos de mis compañeros en la universidad fuman, beben, se enloquecen en fiestas. La gente nota que soy diferente. No me interesa el cigarrillo ni el alcohol, y sigo principios morales. Cuando la gente me pregunta la razón, les digo que me cultivo en Falun Dafa”.

En mayo de 2015, Ghazal visitó Nueva York para una Fahui, una reunión de intercambio de experiencias, y allí escuchó sobre Ride to Freedom. Un grupo de jóvenes practicantes de Falun Gong, de 13 a 25 años, que planeaban cruzar en bicicleta desde Los Ángeles a Washington DC, para generar conciencia por la persecución a Falun Gong en China, y pedir ayuda para rescatar a huérfanos chinos cuyos padres han muerto por torturas como consecuencia de la persecución.

Ghazal decidió unirse a los ciclistas. La semana pasada, junto a 20 practicantes compañeros de diferentes nacionalidades, terminaron su viaje de 4.800 kilómetros en 45 días.

“Lo que más me conmovió durante la travesía era el apoyo de la sociedad americana”, dijo Ghazal. “Recuerdo que una secretaria de un acalde de una ciudad de Estados Unidos lloró cuando le contamos sobre la persecución”.

“Fue también una gran oportunidad de cultivación”, dijo.

Ghazal no es atlética, ni tampoco tenía entrenamiento en ciclismo. Pero junto a sus compañeros se alentaron y persistieron a pesar de las tormentas y el calor.

“Durante el día pedaleábamos, y acampábamos al aire libre por la noche. Si no fuera por los principios de Verdad-Compasión-Tolerancia, que nos motivan a ser altruistas y considerados con otros, hubiera sido muy difícil para 20 jóvenes, de diferentes culturas, terminar la travesía “Ride to Freedom”.

Cuando preguntamos sobre sus planes a futuro, Ghazal, de 21 años, dijo que su sueño era hacer un documental para contar a la gente sobre Falun Gong. Su maestría en la universidad es dirección de cine.