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Propietario de tienda de empeño es protegido por soldados celestiales

Jul. 27, 2015

(Minghui.org) Durante los primeros años de Jiajing, undécimo emperador de la dinastía Ming (1368 d.C. - 1644 d.C.), un señor de apellido Jin operaba una casa de empeño en el centro del condado de Yizhen, que es hoy en día la provincia de Jiangsu.

Era una época en que los bandidos estaban causando estragos. Casi todas las familias ricas habían sufrido un robo, a excepción de la casa de empeño de Jin.

Las autoridades sospechaban que Jin tenía algún tipo de relación con los bandidos. Los funcionarios les preguntaron a los bandidos que atraparon, por qué no robaron la casa de empeño de Jin.

"Fuimos allí varias veces", dijeron los bandidos. "Pero vimos muchos soldados celestiales con una armadura brillante en la parte superior del techo, así que nos asustamos y no robamos su tienda".

Los funcionarios aún no estaban convencidos. Les pidieron información a los vecinos de Jin.

"Jin es realmente una persona de gran mérito y virtud", dijeron. "Otros rematadores a menudo se aprovechan cuando la gente está desesperada, lo que con frecuencia los conduce a la extorsión. Ellos tasan los artículos excepcionalmente bajos durante la tasación y luego piden precios exorbitantes cuando los clientes quieren canjearlos".

Agregaron: "La tienda de Jin es la única que trata a los clientes de manera justa. Es generoso a la hora de tasar la mercancía y establece fechas de vencimiento en el futuro lejano. Cuando le otorga préstamos a vecinos ancianos e indigentes, su tienda, incluso elimina los intereses sobre el préstamo".

Otros decían: "En invierno, cuando alguien necesita un préstamo para ropa de abrigo, Jin sabe que tienen una necesidad terrible de dinero en efectivo y siempre elimina los intereses. En verano, también renuncia a los intereses para la compra de ropa de estación".

"¡Es por eso que es custodiado por soldados celestiales!".

El magistrado del condado elogió a Jin al enterarse acerca de su conducta.

Fuente: Notas e Investigaciones sobre la Telepatía