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​Un encuentro sagrado

Jul. 20, 2015 |   Por un practicante de Falun Dafa de China

(Minghui.org) Soy de Anyang, provincia de Henan. Hubo una época en que vivía sin esperanza, porque sufría de todo tipo de enfermedades: del corazón, del riñón, artritis reumatoide y gastroenteritis. También empecé a tener dolores agudos de cabeza que me causaban visión borrosa. Y, por si fuera poco, me diagnosticaron un tumor cerebral.

A finales de 1994, después de seis meses de tratamiento conservador que no dio resultados, me programaron para una cirugía. Estaba realmente preocupado por cómo iba a resultar. Antes de la cirugía, decidí visitar a mis familiares una vez más en mi ciudad natal Changchun, de la provincia Jilin.

Un día en el otoño de 1994, mi hijo me acompañó en un viaje en tren, de Anyang a Changchun. El tren estaba muy lleno ese día, y no había asientos disponibles. Estábamos en el pasillo, esperando que se desocupe un asiento en la siguiente parada. Un hombre joven, alto, que se veía muy amable, se acercó, me llevó a su asiento y me pidió sentarme. “Está bien, sólo siéntese. La gente de al lado va a bajar en la parada siguiente", me dijo.

Cuando se desocupó otro asiento, se sentó y charlamos. "Somos originarios de la misma ciudad. Soy de Changchun y ya había estado antes en Anyang. Es un buen lugar”, me dijo con una sonrisa.

De repente, me sentí extremadamente somnoliento y caí en un sueño profundo. Debí de haber dormido más de tres paradas. Cuando desperté, me sorprendí encontrar que me había apoyado en sus rodillas todo el tiempo. Me sentí realmente mal y no paré de disculparme: "Lo siento mucho. ¡No puedo creer que me dormí tan profundamente!".

Me dijo: “No se preocupe. Ahora ya está bien”.

Cuando el tren llegó a Qiqihar, el joven y sus compañeros se fueron, mientras que nosotros seguimos hasta Changchun. Después de llegar a la casa de mi tía, todavía me sentía somnoliento y dormí durante otros tres días. Ella dijo que debí haber estado muy cansado y que finalmente pude recuperar el sueño perdido.

Esto era extraño: después de que conocí al joven en el tren, dormí mucho. Dos semanas después, volví a mi casa en Anyang, pero seguía estando preocupado por mi estancia en el hospital y la cirugía.

Cuando volví de Changchun, noté que ya no tenía dolores de cabeza ni visión borrosa. Estaba pensando: ¿Por qué debería tener una cirugía si ya no sentía molestias? ¿Qué habrá pasado con mis dolores de cabeza? Me preguntaba sobre eso y contaba mis bendiciones.

En 1995, durante las vacaciones de año nuevo, mi vecina me trajo el libro Zhuan Falun y me dijo: "Este es un libro precioso. Después de leerlo, entenderás todo".

Cuando abrí el libro, me sorprendí ver la foto del autor y no pude contener mi emoción. "¡Lo conozco!", dije. "¡Él es el joven bondadoso que me cedió su asiento!".

Mi vecina exclamó: "¡Qué afortunado eres! ¡Tienes una fuerte relación predestinada con el Maestro Li Hongzhi y Dafa!".

Después de que terminé de leer Zhuan Falun, ¡entendí todo! ¡Fue el Maestro Li quien me puso en un estado anestésico y eliminó mi tumor cerebral en el tren! ¡Era la persona más afortunada que existía! Que tonto había sido, no haber pensado en ello.

La noche en que me di cuenta de lo que había encontrado, Shifu me enseñó qué hacer en un sueño. Fui al centro de asistencia principal, busqué al coordinador y me llevé a casa un set completo de materiales y libros de Dafa.

Con profunda gratitud hacia el Maestro Li por su salvación misericordiosa, me sumergí completamente en la cultivación de Falun Dafa.