(Minghui.org) Tengo 67 años y comencé a practicar Falun Dafa en agosto de 2012. A partir de la práctica pude eliminar mi enojo y resentimiento y desarrollar un corazón compasivo y bondadoso.

Cómo Dafa salvó mi vida

Padecí serias enfermedades a los 40 años, como insuficiencia cardíaca, presión alta, altos índices de colesterol; y estaba tomando antidepresivos. Durante muchos años fui a hospitales y consumí varios medicamentos pero nada realmente ayudaba. Al contrario, mi salud empeoraba. Antes de comenzar a practicar Falun Dafa me enfermé tanto que no podía ni subir las escaleras.

En esa época vivía con mi hija. No podía ayudarla con el trabajo hogareño o el cuidado de su niña, y mi nieta debía quedarse conmigo todos los días. Gasté muchísimo dinero e interferí seriamente la vida de mi hija; constantemente ejercía presión y carga sobre mis hijos.

Mis cuñados son practicantes de Falun Dafa y mi hermano me sugirió que probara la práctica. Al cabo de dos semanas comencé a leer Zhuan Falun, antes de aprender los ejercicios, y mi salud mejoró. Dejé de tomar medicamentos, me volví enérgica y comencé a hacer las tareas del hogar. Hasta acompañé a mi familia a un viaje, lo que hubiese sido imposible para mi antes.

Abusos de mi ex marido

Estuve casada por más de 30 años. En esos años sufrí tremendamente. Para sobrevivir a su violento temperamento me divorcié.

Mi ex marido a menudo arrasaba con todo. Cuando nuestros hijos eran pequeños con frecuencia le daba hachazos a la puerta, sin ningún motivo. Nuestros hijos se asustaban, pero no tenían dónde esconderse. No importaba como traté de cuidarlo con todo mi corazón, el nunca estaba conforme.

Las discusiones eran algo diario entre nosotros al comienzo de nuestro matrimonio; durante dos o tres años no me dirigió la palabra. Luego directamente dejó de hablarme por varios años. También hacía lo que sea por generarme sufrimiento.

Él era director de una fábrica y ganaba mucho dinero. Sin embargo, solo me daba un poquito de dinero para comprar verduras y casi nada a nuestros niños. No cuidaba de nuestros hijos; yo los crié. Le dio todo el dinero que ganó a sus padres y hermanos. Sus hermanos se hicieron muy ricos con su ayuda, mientras que nuestros hijos y yo no teníamos nada.

Luego de pasar por este constante estrés durante años, comencé a sufrir del corazón. El médico entendía mi situación y me dijo: “Debes alejarte de el rápidamente, de otro modo corres riesgo de morir”. Para sobrevivir decidí divorciarme y mis hijos apoyaron la decisión.

Luego del divorcio

En el juicio de divorcio la corte dictó que a cada uno le correspondía la mitad de la casa. Al poco tiempo él se casó nuevamente y se fue de la casa. Yo me quedé en la casa, seis años después se divorció nuevamente. Llamó a nuestros hijos y les dijo que no le quedaba nada, que no tenía dónde vivir y que estaba durmiendo en una casilla rota.

Eliminando mi resentimiento y tratándolo con bondad

Para entonces yo ya había estado practicando Dafa por más de un año. Como practicante supe que debía tratarlo con bondad. Considerando su triste situación pensé que debía dejarlo vivir en la casa y me fui a vivir con mi hija. Sin embargo, me fue muy difícil eliminar mi resentimiento hacia él, el cual se había formado con los años.

Me enojaba con el simple recuerdo de cómo me había tratado. Entonces recordaba las enseñanzas del Maestro, quien nos dice que en lo que sea que hagamos, siempre debemos considerar a los otros primero, y ser tolerantes. Hice todo lo posible por disolver el resentimiento una y otra vez, siguiendo las enseñanzas del Maestro.

Mantuve en mi mente el entendimiento que cualquier posesión mundana no es lo que yo quiero, que yo solo quiero Dafa. Me mudé a la casa de mi hija mayor.

Mi ex marido primero se fue a vivir en la habitación de nuestra segunda hija, pero no se mudó de inmediato. Aunque yo ya me había ido de la casa, aún no podía abandonar mi resentimiento completamente. Durante los primeros meses, cada vez que pensaba en el hecho de que él se estaba mudando nuevamente a la casa, me ponía mal. Cuando oía algo acerca de él me ponía mal.

Luego de varios meses de estudio del Fa y de intercambiar experiencias con otros practicantes, finalmente logré eliminar el resentimiento por completo. Después, cuando me enteré que definitivamente se había mudado, mi mente estuvo calma y tranquila. Debido a que él nunca había cuidado de los niños cuando eran pequeños, ellos se quejaban de él. Les aconsejé que sean amables y que lo cuidasen, porque a pesar de todo él es su padre.