(Minghui.org) Tenía 55 años en 2005 y padecía una enfermedad incurable. Salí del hospital y me enviaron a casa a que esperara mi deceso, pero no lo sabía.

Durante la tercera noche en casa, me desmayé varias veces. Mi esposo y mi hijo finalmente confesaron mi situación real. En ese momento, de repente, pensé en una señora que una vez intentó convencerme de practicar Falun Dafa. Decidí darme una oportunidad.

Empecé a gritar: “¡Falun Dafa es Bueno! Maestro Li, por favor, ¡sálveme! ¡No quiero morir! Mi voz se hizo cada vez más fuerte. Mi familia vio que estaba hablando y se alegraron.

En ese momento, mi hijo, que estaba arreglando mi funeral, regresó a casa. Toda la familia gritamos juntos: “¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad, Benevolencia, Tolerancia es bueno!” Después de un rato quedé dormida.

Fue maravilloso, al día siguiente podía comer. Comencé a practicar Falun Dafa a finales de 2005.

Una semana después me recuperé. Shifu Li me salvó del abismo de la muerte y me dio una nueva vida.

Shifu dijo:

Como te llevamos hacia un camino recto, durante el curso de la cultivación-refinamiento del Fa Dentro del Mundo, estamos siempre purificando tu cuerpo, purificando tu cuerpo y purificando tu cuerpo, hasta que éste sea trasformado completamente por materia de alta energía”. (Lección Segunda, Zhuan Falun)

Pero no podía soltar mi enfermedad por completo. Cuando no me sentía bien pensaba: "¿Por qué el Maestro Li no me ayuda, aunque hago bastante bien las tres cosas? ¿Será que el Maestro no me cuida? ¿O no me quiere como discípulo?”.

Una compañera practicante vino a mi casa para ayudarme y me dijo que soltara mis preocupaciones. Me dijo que el Maestro nos dijo:

“si no puedes dejar ese corazón, si no puedes dejar esa enfermedad, no podemos hacer nada, no somos capaces de ayudarte. ¿Por qué? Porque en este universo existe un principio como éste: de acuerdo con la Escuela Fo, todos los asuntos entre la gente común tienen relación causal y predestinada; el nacimiento, el envejecimiento, las enfermedades y la muerte existen simplemente de esta manera entre la gente común. El yeli producido por los actos malos cometidos por el hombre en el pasado es lo que causa las enfermedades o las tribulaciones”. (Zhuan Falun)

Al escuchar esto, le mentí y le dije que ya había soltado mis preocupaciones y apegos, cuando, en realidad, no lo había hecho para nada. Incluso escribí mi testamento varias veces y lo di a mi familia.

A comienzos de enero de 2015, puse un pañuelo de papel en mi nariz, me preocupaba que esté todo el tiempo resfriada. Sin darme cuenta, inhalé y no podía sacar el pañuelo. Tuve que ir al hospital para que me lo sacaran.

Me tomaron una radiografía para ver donde estaba localizado el pañuelo. Al ver la radiografía, el doctor me dijo que había algo creciendo en mi cabeza. “Parece un tumor cerebral”, dijo. Agregó que debían hospitalizarme y operarme.

Mi hijo también me obligaba a quedarme en el hospital. Me negué rotundamente y dije a mi hijo y al doctor: “Me iré a casa cuando me saquen el pañuelo”. Mi hijo se preocupó y se quejó, diciendo que debía escucharlo. Si no lo hacía, ya no me reconocería como su madre y no me llevaría de vuelta a casa.

Le respondí: “Si no me reconoces como tu madre, entonces no te reconozco como mi hijo. Si no me llevas a casa, puedo ir sola. Todos estos años, no escuché de verdad las enseñanzas del Maestro. De ahora en más, sólo escucharé las enseñanzas de Shifu y practicaré Falun Dafa hasta el final. Si no me puedo cultivar bien, tampoco tendré arrepentimientos si muero o vivo”.

Dije estas palabras en voz alta, en el pasillo del hospital. Estaba muy tranquila y no tenía miedo. Mucha gente me escuchó y se acercó a verme. Salí del hospital y fui a casa.

Reflexionando sobre la manera en que hice las cosas en aquellos años, me di cuenta que mentí a Shifu Li, mentí a mis compañeros practicantes, y al final, me mentí. Pensaba que mientras hiciera bien las tres cosas, me recuperaría de mi enfermedad y no moriría.

Ante mis compañeros practicantes, parecía ser muy diligente, pero, en verdad, mi objetivo era curar mi enfermedad. Durante esos años, la enfermedad me atormentaba y me sentía cansada y amargada. En el superficie, practicaba Dafa, pero de hecho no comprendía de verdad a Dafa y tampoco me asimilé al Fa.

Esta vez, finalmente entendí todo desde el punto de vista del Fa y realmente solté mi apego a la vida y la muerte.

Con la ayuda de mis compañeros practicantes, ahora camino firmemente por el sendero de la práctica de cultivación. Puedo hacer las tres cosas bien y también las tareas del hogar. ¡He experimentado lo que significa estar libre de enfermedades!

Sinceramente espero que aquellos practicantes que empezaron a cultivarse como yo, por la razón de curar sus enfermedades, puedan firmemente cultivarse en Dafa y no mentir, no cometer los mismos errores que cometí yo. Espero que verdaderamente se entreguen a la práctica de Dafa sin intenciones. Suelten todos los apegos de la gente común. Atesoren este maravilloso y profundo Dafa.

¡Gracias Venerado Shifu!