(Minghui.org) Cuando mi madre empezó a practicar Falun Dafa, hubo cambios drásticos y muy bienvenidos en mi casa. Esto es lo que pasó.

Cuando mi madre se casó con mi padre, se volvió madrastra de dos chicas, una de seis y la otra de apenas dos años.

En ese momento, la familia de mi padre era muy pobre, y mucha gente creía que mi madre no sería capaz de sobrepasar las dificultades.

Pero ella era siempre muy amable y paciente y trató a sus hijastras como si fueran sus propias hijas, aún después de que yo nací.

Cuando era pequeña, nunca tuve ropa nueva sino que usaba ropa heredada de mis dos hermanas mayores.

Mi madre también hizo que todas compartiéramos por igual. A veces, cuando no había suficiente comida para todas, siempre nos dejaba comer hasta que nos llenábamos y ella se comía las migajas.

Mi padre era un hombre malo. En vez de ser agradecido por una mujer que cuidaba de su casa e hijas, se enojaba con ella a menudo y, a veces, incluso la golpeaba.

Cuando tomaba, se volvía aún peor. Destrozaba cuencos y platos y hasta la televisión.

Mis hermanas y yo le teníamos mucho miedo.

Como era la costumbre, cuando entraron a la secundaria, mis dos hermanas se fueron de la casa: primero la hermana mayor y luego la otra. Sólo quedamos mi madre y yo para sobrellevar el peso del mal carácter de mi padre.

Una vez, mi padre se peleó con mi madre por algo trivial y nos echó fuera de la casa. Estaba lloviendo, así que junto con mi madre nos refugiamos bajo un cobertizo.

Le pregunté: “¿Hasta cuándo tendremos que aguantar sus abusos?”.

Mi mamá me abrazó fuerte y lloramos las dos.

Después de ese día, empecé a odiar a mi padre. Le guardaba mucho rencor y juré en secreto que estudiaría duro, para que un día pudiera encontrar un buen trabajo, llevar a mi madre conmigo y ¡abandonar aquel lugar horrible que llamábamos hogar!

Sabía que mi madre debió haber sufrido más amargamente que yo y mis hermanas. Me acordé que, en una ocasión, quiso dejar a mi padre, pero mis hermanas y yo nos habíamos colgado de su ropa y le rogamos que no se vaya. Así que se había quedado para sufrir año tras año.

Cuando mi hermana mayor regresó a casa después de la Universidad y se dio cuenta que mi padre había continuado a abusar de ella, intentó persuadir a mi madre para que se divorciara de él.

Mi madre empezó a llorar y le dijo: “Si me divorciaría de su padre y me iría, ¿qué sería de ustedes tres?”.

Mi hermana le respondió inmediatamente: “¡Nos iríamos contigo, por supuesto!".

Mi madre suspiró: “Entonces ya no tendrían un padre. Ya que me quedé, por lo menos tienen sus ambos padres. ¡Si me voy, rompería la familia!".

Mi hermana lloró y no pudo decir ni una palabra, pero recuerdo hasta este día su grito desconsolado: “¡Madre!”.

Mi madre es una persona tan buena. Todo el mundo dice: "Una buena acción se recompensa con otra buena acción". No podía entender por qué su vida era tan amarga.

Lloraba a menudo. Poco a poco, había cambiado de ser una persona optimista y alegre, que reía mucho, a una taciturna e introvertida, que apenas hablaba. En aquel entonces tenía sólo 30 años, ¡pero su cabello ya se había vuelto blanco!

En 1997, me fui a la escuela secundaria. Físicamente era libre, pero en mi corazón no me sentía libre. Es cierto que finalmente había dejado el hogar, pero mi madre todavía vivía en aquel infierno y no había nadie quien la protegiera y consolara.

En mi mente repasaba imágenes de mi padre gritándole y golpeándola, de ollas y sartenes volando y pegándola. Sin embargo, cuando llamaba a casa, mi madre siempre decía que todo estaba bien y no había de qué preocuparse. ¿Cómo podría no preocuparme?

Un gran cambio

Recuerdo un fin de semana cuando fui a casa con el temor de siempre, a toda prisa para verla, pero temiendo el encuentro con mi padre.

Abrí la puerta y entré. Mi madre estaba feliz de verme. Percibí una cierta tranquilidad en ella y en la casa. Miré alrededor. No parecía haber ningún signo de violencia que normalmente detectaba en el pasado.

Desde entonces, cada vez que iba a casa, notaba cómo cambiaba. Volvieron las risas y sus sonrisas surgían nuevamente del corazón. Parecía tener mucha energía y ya no mostraba tener problemas.

Finalmente, le pregunté: “¿Mi padre te sigue pegando?”.

Mi madre contestó con una sonrisa: “Bueno, tu padre ha cambiado. Su carácter ha mejorado mucho. Está practicando Falun Dafa. Me dijo que Falun Dafa es grandioso y que debería practicarlo, también”.

Me quedé estupefacta. ¿Cómo podría una persona que gritaba y golpeaba haber cambiado drásticamente tan rápido?

Pero los cambios de mi madre eran reales. Sus sonrisas no eran fingidas.

Bajo la influencia y persuasión de mi padre, ella había comenzado a practicar Falun Dafa.

Me quedé asombrada cuando la vi leyendo un libro en casa. Mi madre sólo había asistido a dos años de escuela primaria y no le había interesado para nada la lectura de ningún libro.

Le pregunté con gran curiosidad: “¿Qué libro estás leyendo?”.

Mi madre me dijo que echara un vistazo yo misma. En la cubierta leí Zhuan Falun.

Recordé vagamente que, cuando visité a mi abuela durante las vacaciones de verano, ella me había hablado sobre ese mismo libro. Me había dicho que era un libro sobre cultivación y me pidió que se lo llevara a mi padre para que lo leyera.

En esa época, estaba profundamente influenciada por la educación ateísta del partido comunista chino (PCCh). Me negué y le dije que mi padre no estaría interesado.

Después de todo, parecía que mi padre había conseguido el libro. Parecía que él y Falun Dafa realmente tenían algún tipo de relación predestinada.

Cuando vi a mi madre sosteniendo Zhuan Falun y leyéndolo con tanta devoción, pensé: "Este libro debe ser realmente maravilloso. ¡Puede cambiar la mente y el corazón de la gente! Mi padre leyó el libro y su mal carácter desapareció, ya no peleaba o hacía sufrir a mi madre. Ella leyó el libro porque mi padre cambió, y ahora es optimista y de buen humor todos los días".

Finalmente pude tranquilizar mi corazón y comencé a apreciar lo que era la calidez de un hogar. Las nubes oscuras se habían ido. Las peleas ya eran historia y habían sido reemplazadas por risas y alegría.

Una vez, después de cenar, salimos juntos a pasear. Mi madre y mi padre me llevaban de la mano. Estaba tan feliz que me puse a llorar. ¡Fue una escena que había aparecido sólo en mis sueños! ¡Ahora los sueños se habían convertido en realidad!

No fue sino hasta después de que me convertí en una practicante de Falun Dafa, mucho más tarde, y comencé a leer Zhuan Falun una y otra vez, que finalmente comprendí la enseñanza de Shifu cuando dice: "…siendo una persona que refina gong, hay que llegar a no devolver el golpe ni los insultos" (Zhuan Falun). Es por eso que mi padre fue capaz de cambiar. Como practicantes de Dafa, tenemos que pensar primero en los demás.

¡Zhuan Falun nos enseña a ser buenas personas! Mis padres leyeron el libro y mejoraron mucho su carácter. ¡Ahora son capaces de ofrecernos un hogar verdaderamente acogedor y feliz!

Comienza la persecución

Después del 20 de julio de 1999, nos confrontamos con cambios drásticos. Jiang Zemin y su grupo de villanos lanzaron, por celos, la brutal persecución en contra de Falun Dafa.

Mi madre estaba perpleja: "¿Qué pasa con el gobierno? ¿Por qué prohíbe una práctica tan buena?".

Sin poder estudiar el Fa con el grupo o tener un lugar para reunirse con los demás practicantes para hacer los ejercicios, mi padre se alejó, empezó a unirse a otros grupos y terminó dándole la espalda a Dafa.

Mi madre sentía un vacío en su corazón y no sabía qué hacer.

En 2001, el mundo se sorprendió con la difusión repetida de la “autoinmolación en la Plaza Tiananmen” y otras mentiras malvadas, fabricadas por el PCCh. La devastación se sentía profundamente en toda la nación.

Mis hermanas y yo estábamos preocupadas por nuestra madre. Temíamos que se uniría a esos “autoinmoladores”, así que le vigilábamos cada movimiento como halcones.

Mientras escribo sobre esto, ¡todavía estoy horrorizada por el increíblemente siniestro PCCh, que es capaz de cosas tan despreciables para engañar a su propio pueblo y a todo el mundo, incriminando a Falun Dafa! Mucha gente creyó sus mentiras y fue profundamente envenenada. ¿Cómo puede un gobierno utilizar estas tácticas malvadas para perturbar a la gente decente, infundirle odio y ponerla en contra de otras personas decentes?

Mis hermanas y yo tratamos de persuadir a nuestra madre: "¡Quédate en casa a practicar, si es necesario, pero por favor no te vayas a Beijing a apelar o a prenderte fuego en la plaza Tiananmen!".

Mi madre nos dijo: "Los verdaderos practicantes nunca harían eso. Shifu nos prohíbe matar. ¿Cómo podría Él animar a la gente a suicidarse?".

Nos tomó mucho tiempo de cuidadosa observación para convencernos de que nuestra madre era normal y racional en todos los sentidos, antes de tranquilizar nuestros corazones.

Es así de siniestro el PCCh. Con el fin de desacreditar y deshacerse de un grupo de gente buena, envenenó a todos a lo largo del país. La mayoría de la gente es como nosotros, ingenua y crédula, confiando en nuestro gobierno explícitamente. Eso es verdaderamente alarmante y preocupante.

A pesar de haber perdido el grupo de estudio del Fa y el ambiente para la práctica de los ejercicios, mi madre no renunció a Falun Dafa. Quería que recordáramos que Falun Dafa enseña a las personas a ser buenas.

Una firme cultivadora

Mi madre vive su vida de acuerdo a los principios de Falun Dafa: Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Ella tiene un corazón magnánimo y hace todo para los demás.

La suegra de mi hermana mayor no se quiso tomar la molestia de cuidar de su nieto. El suegro de mi segunda hermana tiene mal carácter y es incapaz de vigilar a sus nietos. Así que mi madre asume todas las responsabilidades de cuidar a los niños.

Diez años han pasado volando. Mi madre crió a sus nietos sin ninguna queja, con infinita paciencia, tolerancia y comprensión.

Ella cuida a los nietos, lava la ropa, cocina todas las comidas y atiende a cada tarea doméstica, grande o pequeña. Mi padre, mis hermanas, mi hermano, mi marido y yo podemos trabajar en nuestros diferentes empleos sin preocuparnos, gracias a mi madre, quien es sana, trabajadora y competente.

Cuando mis hermanas y sus maridos elogian y le agradecen a mi madre, ella siempre contesta que es porque es una practicante de Falun Dafa y Shifu le ha dado buena salud.

A menudo pienso en cómo, antes de practicar Falun Dafa, era a menudo malhumorada e insatisfecha. Pero ahora rara vez se queja. Ocasionalmente, cuando tiene un desacuerdo con mi padre o con cualquiera de nosotros, sus hijas, ella siempre mira hacia adentro y trata de averiguar dónde pudo haber hecho algo mal.

Más importante aún, cuando veo y oigo a otras personas apurándose a comprar medicinas para sus padres, o llevarlos al hospital, o hablando de sus padres enfermos, siempre me siento muy bendecida, porque por más de una docena de años, desde que empezó a practicar Falun Dafa, mi madre nunca ha ido al hospital o ha necesitado algún medicamento.

Si otros practicantes me hubieran dicho que no necesitaban medicinas porque no estaban enfermos, no los habría creído. Después de presenciar lo que le pasó a mi madre, tuve que admitir que ¡Falun Dafa es realmente increíble!

Nuestra familia evita la desgracia

Mi madre nos dijo: "Falun Dafa es Fo Fa, la Ley de Buda. Si ustedes creen que Falun Dafa es bueno y apoyan mi práctica, se beneficiarán y recibirán grandes bendiciones".

No le presté mucha atención a lo que dijo, pero sucedieron cosas que me permitieron presenciar lo increíble que es Falun Dafa verdaderamente.

Una vez mi hermana nos llevaba en coche a algún lugar. En un giro brusco, perdió el control del auto. El coche anduvo prácticamente en una rueda con las otras tres en el aire. Sin embargo, no se volteó sino que se enderezó por sí mismo. Mi madre, que estaba sentada en el asiento del pasajero, de inmediato juntó sus palmas frente al pecho, pidiéndole a Shifu que nos mantenga a salvo y luego agradeciéndole por habernos salvado.

Después de recuperarme de la conmoción, le pregunté a mi hermana qué había sucedido.

Dijo: “Cuando di la vuelta a la esquina, de repente, mi mente se puso en blanco".

Mi madre dijo: "El coche iba muy rápido. Es un milagro que no se dio vueltas. ¡Fue Shifu quien nos protegió!".

En otra ocasión, mi hija estaba jugando en la cama y se golpeó su cabeza accidentalmente en la repisa de la ventana. Se raspó su ceja y gritó de dolor.

Mi madre dijo rápidamente: “¡Falun Dafa es bueno! ¡Shifu, por favor, ayuda a esta niña!”.

Le pidió a mi hija que diga: “¡Falun Dafa es bueno! ¡Shifu, por favor, ayúdame!”. Mi hija dijo las palabras mientras seguía llorando, pero luego se detuvo y dijo que ya no le dolía.

La llevamos al hospital donde necesitó cuatro puntos de sutura. No lloró y la herida prácticamente sanó durante la noche.

¡Mi madre me dijo que le agradezca a Shifu! ¡Le agradecí sinceramente a Shifu con todo mi corazón!

Hay muchas más historias que podría contar. Sólo quiero dar las gracias una y otra vez. ¡Quiero agradecer a Dafa! ¡Quiero agradecer a Shifu! ¡Quiero agradecerle a Shifu por habernos dado a Dafa, y así poder aprender a ser mejores personas y seguir elevándonos!

Falun Dafa es benevolente con todos los seres conscientes. Si realmente creemos que "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!", nos regodearemos siempre en la magnífica luz de Dafa!